Salud
El potencial de las vacunas de covid que aprovechan los científicos para luchar contra otros males
Los científicos están aprovechando la plataforma de ARN mensajero para luchar contra otros males como la gripa, el cáncer y el VIH.
Todas las catástrofes tienen su lado positivo, una de las buenas cosas que dejó la pandemia ha sido el desarrollo de las vacunas que han ayudado a millones a protegerse de ese bicho y reducir así su riesgo de enfermar severamente y morir por covid-19. Gracias a esta nueva tecnología que ha resultado exitosa, científicos en todo el mundo están aprovechando la plataforma de ARN mensajero para una nueva generación de vacunas y drogas contra muchas otras enfermedades.
Esta tecnología se basa en usar la molécula de ARN, “que no es otra cosa que una molécula que codifica información”, dice César Sanz, vicepresidente de asuntos médicos de Moderna. Así como esa tecnología permitió codificar parte del virus y estimular una respuesta inmunológica, “en el contexto de una enfermedad permitiría producir la enzima que está generando un déficit en el paciente o, en el caso de un tratamiento con el cáncer, producir una proteína que pueda influir sobre el comportamiento del tumor”, agrega el experto.
En Moderna hay 37 programas en diferentes fases de desarrollo preclínico y clínico, y de esos, 21 ya están en desarrollo clínico. Uno de los más avanzados es el de VIH. La semana pasada se inyectó esta vacuna experimental en los primeros 60 voluntarios no infectados por VIH, que brindará mucha información. El trabajo se hace con la colaboración de la International AIDS Vaccine Initiative.
Así como la vacuna contra la covid, la inyección utiliza tecnología de ARNm para entregar instrucciones a las proteínas clave para desarrollar una respuesta inmunitaria contra el virus del VIH.
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Según Sanz, en estudios previos se ha visto que ciertos inmunógenos son capaces de activar de manera amplia a los glóbulos blancos de tipo B, que son los que producen unos anticuerpos frente a proteínas del virus. “Este es un ejemplo más de la versatilidad que ofrece la tecnología”, dice el experto. “Una de las propiedades de estas plataformas es la velocidad con que se pueden hacer vacunas sin comprometer la seguridad o la fiabilidad del proceso”. Es tan rápido que cuando apareció ómicron, en noviembre, los científicos de Moderna empezaron a trabajar para hacer una vacuna monovalente contra ella. Hoy se encuentra en estudio en humanos y calculan que estará lista en el segundo semestre de 2022.
Más que una variante, en Moderna consideran a ómicron como un nuevo linaje. “Pensamos que tener una vacuna específica para ómicron puede tener un impacto relevante. La idea sería construir vacunas que puedan cubrir distintas variantes y ofrecer un mayor espectro de protección a la población”.
En cuanto a cáncer, el trabajo es diferente porque las vacunas no son profilácticas sino tratamientos. “Identificamos antígenos o proteínas de la superficie de las células tumorales y hacemos una vacuna que produzca una respuesta inmunológica específica a los antígenos del tumor”, dice el experto. La estrategia es activar el sistema inmunológico del paciente para que esas defensas del paciente reconozcan las células tumorales y, junto con otros tratamientos, ayuden a eliminarlas.
Puede combinar en una misma vacuna protección frente a covid, a gripe y al virus sincitial respiratorio. Asimismo, trabajan en una contra Epstein-Barr. Además, quieren desarrollar vacunas contra virus latentes que quedan en el cuerpo y se reactivan, como el citomegalovirus humano.
“La gran oportunidad que tiene esta plataforma es responder a muchas enfermedades raras”, dice Sanz. Y obviamente la tecnología demostró ser veloz y segura como para dar respuestas rápidas a futuras pandemias.