Vida Moderna
El secreto para reducir la inflamación y fortalecer la salud
Igual que hay alimentos que favorecen a nuestra microbiota, los hay que la perjudican.
Frecuentemente, se menciona la microbiota intestinal y sus ventajas, pero rara vez se profundiza en las funciones específicas que desempeñan las bacterias intestinales dentro del organismo. En realidad, estas bacterias no cesan en su labor, generando diversas sustancias con propiedades beneficiosas y, sorprendentemente, generan efectos positivos incluso después de su muerte. Estas sustancias se conocen como postbióticos.
¿Qué son los postbióticos y qué tipos hay?
El sitio web cuerpomente.com destaca que “frecuentemente, se menciona la microbiota intestinal y sus ventajas, pero rara vez se profundiza en las funciones específicas que desempeñan las bacterias intestinales dentro del organismo”. En realidad, estas bacterias no cesan en su labor, generando diversas sustancias con propiedades beneficiosas y, sorprendentemente, generan efectos positivos incluso después de su muerte. Estas sustancias se conocen como postbióticos.
¿Qué funciones tienen los postbióticos?
Los postbióticos producen efectos beneficiosos sobre los órganos y sistemas que sostienen la salud.
- Reducen las molestias digestivas: Los ácidos grasos de cadena corta tienen la capacidad de aliviar los síntomas relacionados con la inflamación en el intestino. Investigaciones han empleado el butirato para reducir las incomodidades asociadas con condiciones como la enfermedad de Crohn, la enfermedad inflamatoria intestinal, la colitis ulcerosa y problemas de diarrea.
- Controlan el hambre: Según ciertas investigaciones, los ácidos grasos de cadena corta pueden disminuir las sensaciones de apetito, lo que podría contribuir al manejo del peso corporal.
- Ayudan a controlar la glucosa: El butirato y otros postbióticos pueden ayudar a reducir los niveles elevados de glucosa en la sangre, lo que a su vez contribuye a prevenir la resistencia a la insulina y la aparición de la diabetes tipo 2.
- Mejoran la condición física: Ciertos postbióticos, como el propionato generado por bacterias del género Veillonella, podrían tener el potencial de mejorar la capacidad atlética o el rendimiento físico.
Postbióticos y alimentación
La dieta que fomenta un equilibrio saludable en la microbiota y, por lo tanto, la producción de postbióticos, se basa en el consumo regular de alimentos con alto contenido de fibra soluble y productos alimenticios fermentados. Algunos
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- El almidón resistente, que se comporta de manera similar a la fibra soluble y sirve como un nutriente esencial para las bacterias beneficiosas en el intestino, se encuentra en abundancia en alimentos como la avena ligeramente cocida y las legumbres. También está presente en el arroz, las patatas, los boniatos y la pasta de trigo cuando se han cocido y enfriado durante varias horas.
- “La inulina, una variedad de fibra altamente beneficiosa para la microbiota, se encuentra presente en alimentos como la raíz de achicoria, ajo, cebollas, puerros, alcachofas, espárragos, hojas de diente de león y plátanos que aún no han alcanzado su completa madurez. Además, es importante destacar que todas las verduras contienen otras formas de fibras solubles con propiedades prebióticas que contribuyen a la salud de la microbiota”, así lo dio a conocer womenshealthmag.com.
- Los alimentos sometidos a procesos de fermentación ofrecen tanto bacterias vivas conocidas como probióticos, así como componentes inanimados y metabolitos beneficiosos. Entre los alimentos fermentados más comunes se encuentran el yogur, el kéfir, el chucrut, el kimchi, el miso y la kombucha.
Un menú postbiótico ideal
Este menú es un buen ejemplo para fomentar la generación de postbióticos.
Desayuno:
- Copos de avena overnight (en remojo durante la noche) con manzana, anacardos y leche de soja. Un té verde.
Almuerzo:
- Ensalada campera con cubos de patata al vapor y enfriada, cebolla, pimientos rojo y verde, vinagre turbio y aceite de oliva virgen extra.
- Guiso de garbanzos con alcachofas y picada de almendras, ajo y perejil.
- Un melocotón con un vaso de kéfir.
Cena:
- Tofu salteado con espárragos, brócoli, rodajitas de zanahoria y champiñones, aliñado con salsa de miso antes de servir.
- Un vaso de kombucha fresca y un platito de fresas.