Vida Moderna
El superalimento que mejora la salud cardiovascular y reduce los niveles de colesterol
Antes de consumir algún alimento se debe consultar un experto de la salud.
Se le conoce como superlimento a aquella comida que brinda varios beneficios y aporta altas cantidades de vitaminas y minerales como, por ejemplo, los pistachos, ya que es un fruto seco que ayuda a controlar la diabetes, promover el mantenimiento de peso, disminuir el colesterol, la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular al prevenir algunas enfermedades, como el infarto de miocardio, la aterosclerosis y el cáncer, de acuerdo con el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde.
De hecho, los beneficios del superalimento, según el portal, son porque tiene propiedades antioxidantes, hipolipemiantes, hipocolesterolemiantes, anticancerígenas, prebióticas, antidiabéticas, hipotensoras, circulatorias, vasodilatadoras, antiinflamatorias, saciantes, y energéticas.
“Los pistachos tienen grandes cantidades de antioxidantes, como son los polifenoles y fitoesteroles, además contiene ácidos grasos monoinsaturados y fibras, que ayudan a disminuir los niveles de colesterol LDL, llamado “malo” y triglicéridos en la sangre, a la vez que aumentan los niveles de colesterol HDL, llamado “bueno”, de esta manera mantiene el organismo saludable al mejorar la salud cardiovascular y previene enfermedades como aterosclerosis, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio”, señaló Tua Saúde.
Asimismo, explicó en su portal que “el pistacho contiene L-arginina, un aminoácido, que se metaboliza en el organismo como óxido nítrico, lo cual actúa como vasodilatador y ayuda aumentar el flujo de la sangre, mejorando la salud de los vasos sanguíneos”.
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Respecto al consumo, “se puede comer en su forma natural, tostado o puede utilizarse en diferentes preparaciones, como ensaladas, salsas, pastas, panes, budines, para hacer mantequilla o granolas juntos a otros frutos secos”.
Información nutricional de 100 g de pistacho sin cáscara
- Energía: 569 calorías
- Proteínas: 21 g
- Grasas: 45,8 g
- Carbohidratos: 27,6 g
- Fibras: 10,3 g
- Vitamina E: 2,2 mg
- Luteína + zeaxantina: 1160 mcg
- Vitamina B6: 1,1 mg
- Potasio: 1010 mg
- Magnesio: 109 mg
- Fósforo: 469 mg
- Hierro: 4 mg
- Calcio: 107 mg
- Zinc: 2,3 mg
- Cobre: 1,3 mg
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por su parte, otros consejos para mejorar la salud cardiovascular y reducir los niveles de colesterol son:
1. No fumar ni consumir tabaco: las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El humo del cigarrillo reduce el oxígeno en la sangre, lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, porque el corazón tiene que esforzarse más para suministrar suficiente oxígeno al organismo y al cerebro.
2. Dejar de fumar:
- A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo.
- A los tres meses de haber dejado de fumar, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar.
- Dentro de un año de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.
3. Realizar ejercicio la mayoría de los días de la semana durante y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos; o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos, aunque, se vale también una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
4. Tener una alimentación saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas y menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.