Hay muchas enfermedades costosas para el sistema de salud, y la artritis es una de ellas. | Foto: © B. BOISSONNET / BSIP/BSIP/Corbis

ENTREVISTA

“Un paciente mal tratado es cinco veces más costoso”

Fernando Vela, médico internista y reumatólogo, comprobó que si se trata bien a los pacientes con artritis reumatoide, el sistema de salud colombiano ahorraría millones de pesos al año.

11 de diciembre de 2017

Hay muchas enfermedades costosas para el sistema de salud, y la artritis es una de ellas. Lo es porque afecta las articulaciones, ese espacio entre dos huesos que se unen, como la rodilla o las caderas. Esta patología genera dolor, inflamación y rigidez y es un mal crónico que requiere de constante supervisión médica y de tratamientos costosos. Pero si no se trata bien, es decir, si el paciente no tiene bajo control su enfermedad esta condición puede ser incluso más cara para el país. SEMANA.COM habló con el experto Fernando Vela quien ha desarrollado un programa piloto en dos departamentos del país que ahorran costos en su tratamiento.  Estos son sus planteamientos.

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SEMANA: ¿En qué consiste el programa actual de manejo de artritis?

Fernando Vela: Normalmente el modelo de atención de la artritis en Colombia funciona así: una aseguradora contrata a un médico especialista para que trate a  su población. Obviamente, no hay mayor compromiso porque el pago de los médicos en los últimos cinco años no se ha incrementado, entonces la aseguradora siempre piensa que para ahorrar un peso se debe bajar el costo que se le paga al médico y limitarle las opciones para solicitar alguna ayuda o formular medicamento,  pero no tiene en cuenta que tener un paciente mal tratado es cinco veces más costoso.

SEMANA: ¿Cómo se logran los objetivos clínicos con el paciente? ¿Cómo se controla una enfermedad como estas?

F.V.: Con visitas periódicas y seguimiento casi estricto. No lograrlo genera un costo más alto en el manejo de la enfermedad. No cumplirlo es más costoso.

SEMANA: ¿Y cómo es el modelo que usted presentó?

F.V.: Implica más consultas con el especialista y eso significa un costo más alto, pero por otra parte les garantiza unas metas clínicas en el paciente y además un porcentaje máximo de uso de ese medicamento costoso. Perfectamente la aseguradora puede proyectarlo en un tiempo. Si bien a primera vista es más costoso que el modelo tradicional, a la larga sale mucho más económico.

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SEMANA: ¿Cuánto se ahorra?

F.V.: En una población de 300 pacientes se ahorran 1600 millones en un año.

SEMANA: ¿Hay estudios que comprueban la efectividad de ese modelo? ¿Ya se está poniendo en marcha el programa?

F.V.: Sí. Tuvimos dos programas piloto en Huila y Caquetá con casi 400 pacientes y pudimos reducir el costo de tratarlos y al mismo tiempo  mejorar su calidad de vida, es decir, que se encuentre en su mejor condición. En solo un año ahorramos 1600 millones de pesos y con esa plata ahorrada pudimos tratar al resto de la población con artritis reumatoide en otras zonas del país.

SEMANA: ¿El punto es que la innovación es costosa en un inicio, pero a largo plazo no?

F.V.: Sí, es más costoso lo innovador, pero siempre va a ser más costoso no tener al paciente bien controlado. Y eso es lo que no hemos logrado entender. Obviamente tenemos que racionalizar los recursos, pero tenemos que atender bien a los pacientes.

SEMANA: ¿Cómo impacta la innovación sobre una enfermedad concreta?

F.V.: En mi campo, que es artritis reumatoide, nosotros tenemos una visión muy parcializada de lo que es la enfermedad en Colombia y está limitada a los grandes centros poblados. Lo que pasa en las otras regiones es totalmente desconocido. Este programa al principio fue rechazado porque pensaban que probablemente ese paciente iba a necesitar más consultas, más exámenes y eso se vería reflejado en mayores costos, pero el costo mayor del programa es generado por el medicamento. Es decir que, si queremos ahorrar un peso, no lo vamos a lograr limitándole una ayuda diagnóstica o una consulta especializada al paciente sino en racionalizar el uso del medicamento.

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SEMANA: ¿Por qué creemos que la innovación en salud es costosa?

F.V.: Porque es cambiar paradigmas, modelos, modos de actuar, solicitar ayudas que no se pedían antes y probablemente aumentar el número de consultas. Pero todo eso se va a ver reflejado en conocimiento en salud sobre la población y con ese conocimiento es con el que podemos actuar, y al hacerlo vamos a resolver los problemas que se van a presentar a mediano y largo plazo.

SEMANA: ¿Qué le dice al gobierno en ese sentido?

F.V.: Si hay que racionalizar la plata, pero debemos llegar a una cobertura de todo, a tratamientos en zonas rojas que son las más afectadas y tienen peor calidad de vida que los pacientes en las ciudades.  En el postconflicto debemos pensar en igualar las condiciones de vida de los pacientes en Colombia. No puede ser que por haber nacido en Florencia  yo tenga menos calidad de vida, y menos condiciones de salud que alguien que nació en otra ciudad como Bogotá y Medellín. En un país no está bien visto.  

SEMANA: ¿Por donde recomienda usted empezar?

F.V.: Debemos empezar por generar conocimiento. Como no conocemos los problemas,  nos cuestan más. No puedo solucionar un problema si no lo conozco, empiezo a disparar acá y allá y no soluciono nada.

SEMANA: ¿Pero la Cuenta de Alto Costo hace eso?

F.V.: Es una buena iniciativa pero seguimos con subregistro muy alto. En artritis se calcula entre el 70 al 90 por ciento. Estamos viendo apenas una pequeña imagen de todo el cuadro. Y en todas las enfermedades pasa lo mismo.  La salud es más que un medicamento. La impactan hasta los temas ambientales.