Vida Moderna
El truco revelado por expertos para reducir el hambre y la ansiedad
Los trastornos alimentarios, como el apetito desenfrenado, a menudo se tratan con asesoría psicológica y nutricional.
El hambre emocional es un tipo de ansiedad que hace que las personas coman, no por hambre, sino por problemas personales que no se saben gestionar como estrés, ansiedad y tristeza, de acuerdo con el portal Muy Saludable del Grupo Sanitas de España.
“El hambre emocional se caracteriza porque la persona que la padece siente una gran necesidad de comer, una necesidad que aparece de forma impulsiva e incontrolada”, se explica en la página web.
Por tal razón, para reducir el hambre y la ansiedad el portal Mujer Hoy reveló que lo mejor es adelantar los horarios de las comidas.
Asimismo, el Grupo Sanitas dio algunos consejos:
- Menú diario de comidas: Tener una planeación semanal de comidas evitará esa urgencia a la hora de comer por compulsión. Esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas y menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
- Come alimentos saciantes: Para evitar la sensación de hambre, lo ideal es incluir frutas, verduras, legumbres, leguminosas y granos.
- Evitar el azúcar: “El hambre emocional está muy relacionado con el consumo y abuso de alimentos azucarados y dulces procesados”, explica el portal de salud. Además, la Organización Mundial de la Salud recomienda ingerir menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2.000 calorías al día, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5 % de la ingesta calórica total. Los azúcares libres son todos aquellos que los fabricantes, cocineros o consumidores añaden a los alimentos o las bebidas, así como los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes y los zumos y concentrados de frutas.
- Tomar agua: el consumo diario de este líquido es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita aproximadamente nueve.
- Hacer ejercicio regularmente: la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos. Se vale también una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
Posibles complicaciones
De acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos al comer desenfrenadamente, una persona a menudo consume alimentos que no son saludables y que tienen un alto contenido de azúcar y grasa, así como bajo contenido de nutrientes y proteínas.
Lo anterior puede llevar a problemas de salud, tales como colesterol alto, diabetes tipo 2 o enfermedad de la vesícula biliar.
Otros posibles problemas de salud pueden incluir:
- Enfermedad cardíaca. También se conoce como enfermedad cardiovascular, es decir, enfermedad del corazón y de los vasos sanguíneos.
- Presión arterial alta. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias
- Dolor articular. Puede ser causado por muchos tipos de lesiones o afecciones. Puede estar relacionado con artritis, bursitis y dolor muscular.
- Problemas menstruales. Hace referencia la irregularidad del ciclo menstrual.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.