VIDA MODERNA

Embarazo psicológico: ¿qué es y como tratarlo?

Este fenómeno o trastorno puede ser causado por el estrés, la ansiedad e incluso la depresión.

11 de octubre de 2022
Cólicos
Cólicos | Foto: Getty Images/iStockphoto

Estar anhelando un hijo o, por el contrario, desear prevenirlo por alguna causa en especial, hace que las mujeres puedan estar expuestas a diversas emociones que afectan directamente su estado de ánimo en cualquier etapa de su vida.

La alegría que pueden estar sintiendo los futuros padres ante la sospecha de la espera de un nuevo integrante de su familia que celebra hasta con reuniones; sin embargo, esto puede generar en la mujer un trastorno psicológico que no le permite detectar la realidad.

Este mismo caso, pero con emociones diferentes, puede desarrollarse en mujeres que tienen un alto nivel de miedo por quedar embarazadas, esta situación se presenta con frecuencia en etapas como la adolescencia o en mujeres jóvenes que inician su vida en pareja.

¿Qué es un embarazo psicológico?

Se trata de un trastorno en el que la mujer cree que está embarazada y su cuerpo puede llegar a presentar cambios corporales propios de un embarazo real, pero lo cierto es que no es así porque no existe un feto en desarrollo dentro del útero.

¿Qué lo causa?

Los síntomas de un embarazo psicológico o pseudociesis están asociados a la depresión y la ansiedad, precisamente por la presión a la que puede estar expuesta una mujer que desea tener un hijo y su proceso para ser madre es complejo, o contrario a ello, que trata de evitarlo al máximo.

También se puede presentar en aquellas mujeres que desean llamar la atención de su entorno por alguna razón y tras comprobar la ausencia de embarazo, su situación puede ser más delicada y requiere de tratamiento profesional.

Embarazo
Embarazo | Foto: Getty Images

Síntomas

El cuerpo de las mujeres que enfrentan este trastorno pueden presentar síntomas reales de gestación, como falta de periodo menstrual (amenorrea), náuseas, vómitos, aumento del tamaño del abdomen o de peso, hinchazón, sensibilidad en los pechos y hasta creencias de movimientos del feto.

Entre otras señales del embarazo psicológico están insomnio, incremento del apetito, antojos, manchas en la piel, entre otros.

Tratamiento

Una vez se descarte un embarazo real, así como hay mujeres que lo aceptan sin ninguna complicación, también hay quienes se centran en negarlo y requieren un tratamiento psicológico especial. Sin embargo, en la mayoría de los casos se inicia con un proceso de regulación hormonal.

Debido a que este fenómeno o trastorno puede ser causa del estrés, la ansiedad e incluso de la depresión, se recomienda una terapia psicológica para prevenir cualquier daño a futuro que complique la estabilidad emocional de la mujer que se vio afectada por el mismo.

Alimentos que debe consumir una mujer que busca quedar en embarazo

Toda mujer que desea prepararse para un embarazo y aumentar su fertilidad debe mantener unos hábitos sanos que hagan de su cuerpo un lugar seguro y adecuado para mantener un bebé por nueve meses. Su alimentación debe ser basada en alimentos naturales, preferiblemente orgánicos; por eso, se recomienda el consumo de alimentos ricos en:

  • Ácido fólico: se puede encontrar en vegetales de hojas verdes, frutos secos y legumbres, este nutriente previene posibles problemas del tubo neural, lo que causa algunos defectos de nacimiento graves del cerebro y de la columna vertebral (espina bífida) en el bebé.
  • Antioxidantes: se encuentran en las frutas, verduras y grasas saludables y combaten los radicales libres que afectan de forma negativa la fertilidad femenina. Consumir alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas A, C y E permiten disminuir el estrés oxidativo y ayudan aun mejor desarrollo de la placenta.
  • Hierro: obligatorio antes y durante el embarazo y más en mujeres con sangrado abundante. Se encuentra en legumbres, carne roja, espinacas, huevo, avena, pistachos, mariscos y semillas de calabaza.
  • Vitamina E: regula el sistema hormonal y ayuda a la maduración de los óvulos femeninos. Se encuentra en grasas como el aceite de oliva, el aguacate, las semillas y los frutos secos.

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