SALUD

Un mes después, así ha impactado el coronavirus al mundo

Ante el avance de la infección, la Organización Mundial de la Salud declaró el brote como grave. El reto ahora es contenerlo sin generar una epidemia de pánico.

1 de febrero de 2020
Las imágenes que llegan de China recuerdan los más escalofriantes momentos de algunas películas relacionadas con epidemias catastróficas.

En el pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recibido críticas por no actuar oportunamente. Así sucedió en el caso del ébola, que terminó con un saldo de 28.000 africanos muertos, 500 de ellos médicos. Pero también por actuar apresuradamente con la influenza H1N1, que comenzó en México y terminó en una falsa alarma. Ahora, con el del coronavirus, fue cautelosa y prefirió monitorear de cerca la epidemia antes de tomar una decisión.

Sin embargo, ante el aumento de la cifra de contagios y de países con casos de coronavirus, la OMS declaró el brote una emergencia de salud global, es decir, que el riesgo ya no afecta a China sino al mundo. De hecho, en parte tomó la decisión tras observar que en varios países el virus está en individuos que no han visitado esa región. Estados Unidos ya confirmó el primer contagio persona a persona.

Esta semana el número de infectados llegó a 9.800 en China, con lo que superó al Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) que infectó a 5.327 en ese país entre 2002 y 2003. Al cierre de esta edición había casos confirmados en más de 20 países como Italia, Rusia, Gran Bretaña, Canadá, Singapur, Camboya, Emiratos Árabes Unidos, Finlandia, Nepal, Macao, Sri Lanka, Australia, Vietnam, Corea del Sur, Filipinas, India, Tailandia, Taiwán, Alemania, Japón, Francia y Estados Unidos. En los seis últimos hay pacientes que no han estado en China. La cantidad de muertos, todos en esta nación, sobrepasó los 200.


Foto: La OMS ha aplaudido la labor de China, que logró construir un hospital en una semana y ha tomado medidas extremas –y criticadas por algunos– como la cuarentena.

La decisión no produce un impacto legal. Cada país tiene la libertad de imponer las medidas que crea necesarias, desde cerrar fronteras hasta examinar a los pasajeros en los aeropuertos. También sugiere la necesidad de un esfuerzo colectivo para detener la amenaza. La OMS ha declarado emergencias de este tipo en otras oportunidades: la epidemia de zika en 2016, la de ébola y la pandemia de influenza en 2009.

El interrogante ahora es cómo contener el nuevo coronavirus. La estrategia sería aislar a los pacientes infectados y examinar a las personas con las que han tenido contacto, así como revisar a los viajeros que llegan de China a su territorio y recomendar no viajar a la región afectada.

El gigante asiático ha tomado medidas mucho más extremas como poner en cuarentena a varias ciudades, entre ellas Wuhan, epicentro de la epidemia, donde viven más de 10 millones de personas. Ningún sistema de transporte funciona y sus habitantes permanecen acuartelados en sus casas. Aunque el virus de todos modos se ha propagado dentro del país, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, señaló que gracias a ese esfuerzo la epidemia no era aún mayor.

Si China y los países con casos logran controlar el brote y los demás consiguen prevenir que ingrese a sus territorios, la crisis terminaría. Pero preocupan sobre todo las naciones con sistemas de salud débiles, como muchas en África, donde ya hay casos sospechosos. “Ellos tienen sistemas más débiles para detenerlo que en cualquier otra parte”, dice Thomas Frieden, exdirector del Center for Disease Control and Prevention (CDC).

Además preocupa la posibilidad de que un contagiado pueda pasar el virus a otra persona antes de sentir los síntomas. Las autoridades de salud de China dicen que han detectado estos casos; no obstante, otros tienen reservas al respecto. En efecto, las gripas comunes se contagian por la tos y los estornudos, pues contienen gotas del virus que pueden llegar a otras personas. Los asintomáticos también podrían hacerlo, pero quienes ya sienten los malestares tienen más posibilidades de contagiar.


Foto: Las calles están desoladas y la producción de máscaras va a toda marcha. “Vivimos un miedo tremendo y todos están paranoicos”, dijo un ingeniero de Wuhan. El Gobierno chino ha hecho grandes esfuerzos por detener la propagación, y pide calma.

De ser así, resultaría mucho más difícil contener el brote, porque las revisiones en los aeropuertos buscan detectar enfermos para aislarlos y ese esquema no funcionaría si no presentan fiebre ni malestar. Conocer a ciencia cierta esta posibilidad es crucial para luchar contra el virus (ver recuadro de preguntas claves).

La única ventaja por ahora es que el nuevo coronavirus no parece tan mortal como otros. Según cálculos de la OMS, el 20 por ciento de los pacientes tiene condiciones severas de la enfermedad, y el resto, una gripa leve. La tasa de muertes es del 2 por ciento, aunque otros dicen que es del 3. Esto, frente a enfermedades como el SARS, que tenía una tasa de 10 por ciento de mortalidad, y el MERS, que era de 35 por ciento, es un alivio. Pero como dice el médico infectólogo Carlos Torres, “si el virus llega a un millón de infectados y la tasa de mortalidad se mantiene en 2 o 3 por ciento, la mortalidad sería considerable”. De acuerdo con un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, los primeros 480 pacientes de China tenían una edad promedio de 59 años y más de la mitad eran hombres.

Mientras el virus se extiende, la situación de ese país es dramática. El brote ha tenido repercusiones en todos los campos, desde los deportes y las artes hasta la economía. China está prácticamente aislada: sus vecinos cerraron fronteras; las principales aerolíneas cancelaron sus vuelos; las empresas detuvieron sus operaciones; y los negocios pequeños, salvo farmacias y supermercados, no pueden abrir. “Aun si uno tiene un poco de tos siente pánico y miedo de haber estado con alguien contagiado”, dice una persona de Wuhan. Esto sin contar a los que tienen síntomas y deben hacer filas y les faltan recursos médicos para atenderlos. Esa situación debería generar más sensibilidad, y no los brotes de xenofobia que se han visto en el mundo (ver recuadro).

Muchos dan por descontado que el virus llegará a más países en las próximas semanas, incluida Colombia. Pero los expertos no están asustados, en parte porque es una amenaza y no una realidad. “Hay cosas más asustadoras como el sarampión y la influenza, y nadie habla de eso”, dice Torres, aunque con eso no le está restando importancia al nuevo virus.

Sandra Valderrama, médica infectóloga y magíster en Epidemiología Hospitalaria, señala que en Colombia hay buenos lineamientos para atender estos casos, y avances para el diagnóstico de infecciones respiratorias, así como la posibilidad de remisión de muestras para confirmar el coronavirus. “La única dificultad serían las camas”.

Para Fernanda Gutiérrez, viróloga y profesora titular de la Universidad Javeriana, lo más importante es controlar el miedo, aunque entiende que “no podemos decir ‘no se preocupen’ si en los medios están contando hora por hora los contagiados y alarmando a la gente”, dice. Pero explica que por ser un virus nuevo le va a dar a muchos, y en diferentes niveles. “Algunos morirán por vulnerabilidad o condiciones diferentes a la gripa”.

Para evitar la propagación, señala que lo prioritario es “no armar escándalo” y en segundo lugar, prevenir el contagio como con una gripa común y corriente. “Mantenga un buen aseo personal, lleve una vida feliz y si le da gripa lo más seguro es que no le va a dar nada: consiéntasela, váyase a la casa para no esparcirla por la ciudad y tome aguadepanela”. 

Las 5 preguntas claves

A diferencia de otras crisis, en esta la información ha fluido más rápido y hay diversas hipótesis sobre el virus. Pero aún hay muchas cosas que no se saben. Estas son las más urgentes:

1. ¿Es peligroso?

Los reportes sugieren que entre 16 y 20 por ciento de los casos son severos, lo cual es comparable al SARS y al H1N1. La mortalidad es de 3 por ciento, más baja que el SARS y mayor que la influenza. Aún falta ver si los casos confirmados son una fracción de los totales, pues de ser así, estas cifras cambiarían.

2. ¿Cuánto tarda incubándose?

Algunos estudios indican que toma entre cuatro y cinco días, pero la OMS ha dicho que diez. Otro trabajo publicado en The Lancet encontró entre tres y seis días. Establecer con certeza ese tiempo resulta crucial para contener la epidemia. 3 ¿Cuándo contagia?

3. ¿Cómo se contagia?

A diferencia del SARS, el nuevo coronavirus parece contagiarse con personas asintomáticas. Eso implica que la gente iría al trabajo e infectaría a muchos sin saber que está enferma. Conocer este dato es clave.

4. ¿Cuánto se expandirá?

Ya se comprobó que el virus tiene capacidad de transmisión persona a persona. Ahora la pregunta es determinar esa tendencia fuera de China. Aún no se sabe si se expandirá de la misma manera en cada país.

5. ¿Habrá vacuna?

Científicos en Hong Kong desarrollaron una vacuna que funcionaría contra el coronavirus. El problema es que tardaría un año. Otros grupos trabajan en su propia versión. Falta ver si algo que toma décadas puede hacerse en meses.

“No queremos chinos”

El brote de coronavirus ha tenido un efecto inesperado: la xenofobia.El nuevo coronavirus ya se encuentra en 18 países, pero el hecho de que la mayoría de casos de contagiados y la totalidad de los muertos se concentren en China ha generado una reacción adversa e inesperada: un brote de xenofobia en el mundo. Algunos expertos creen que detrás hay desinformación y falsos estereotipos. En Nueva York, donde no se han presentado casos, algunos han tomado medidas que solo ayudan a estigmatizar a esta población.

Lee Ludovicy le relató a la cadena de televisión NBC que el colegio donde estudian sus hijos canceló una visita al barrio chino de la ciudad para celebrar el año nuevo lunar, con el argumento del brote de coronavirus. “Es absurdo; el brote está a más 12.000 kilómetros de distancia”, dijo la madre, oriunda de Hong Kong y profesora de ciencia en la Gran Manzana. En Canadá, donde había dos casos del nuevo coronavirus, hay temor de que suceda lo mismo que en 2003 con el SARS. Entonces los chinos fueron culpados y discriminados: perdieron su empleo, sus casas y soportaron el estigma en el colegio y el trabajo.

En Francia, una mujer contó que, al verla caminar hacia ellos, dos hombres susurraron: “Cuidado, viene una china”. Allí han discriminado a los que tienen apariencia asiática, quienes reportan abusos en el transporte público. La protesta más fuerte, sin embargo, vino por cuenta del diario Le Courrier Picard, que usó el titular ‘Alerta amarilla’ con la imagen de una mujer china con una máscara. El periódico se disculpó, pero el hecho viralizó en las redes sociales el hashtag JeNeSuisPasUnVirus (No soy un virus).

Los memes con burlas también se han pasado de la raya. A diferencia de otras tragedias como las de los incendios en Australia, los chistes han mostrado poca sensibilidad. Algunos apelan al estereotipo de que ellos son sucios y comen cualquier cosa. La falta de empatía, especialmente en países de la zona, tiene que ver con la condición de China como potencia y con rivalidades históricas.

El meme más notorio fue el de la bandera china con coronavirus en lugar de estrellas, publicado en el periódico danés Jyllands-Posten. El embajador chino pidió al diario que se disculpara, pero su director dijo que la intención no era burlarse.

Las aerolíneas han suspendido los vuelos a China; las escuelas en Europa no quieren estudiantes de intercambio de esa región, y en Corea del Sur no los dejan entrar a sus restaurantes. Salvaguardar la salud de la gente sin estigmatizar a ese país, donde reside un quinto de la población mundial, ha planteado uno de los desafíos de esta crisis global.