SALUD
¡Emocionante! Estudio dice que la ayahuasca produce nuevas neuronas
La sustancia del té que utilizan los chamanes no solo ayudaría al aprendizaje sino también a tratar enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y párkinson.
Un nuevo estudio señala que la ayahuasca, un té que utilizan los chamanes de varios países sudamericanos con fines rituales y medicinales, funcionaría ahora como una supuesta ayuda al aprendizaje al producir nuevas células nerviosas, es decir nuevas neuronas.
De acuerdo con científicos españoles y la Universidad Complutense de Madrid, esta capacidad de regenerar el tejido cerebral abarca tanto a las neuronas como a otros dos tipos de células, los astrocitos y los oligodendrocitos. Los estudiosos concluyen que el compuesto en cuestión tiene un gran potencial terapéutico para una amplia gama de desórdenes psiquiátricos y neurológicos.
“Esta capacidad de modular la plasticidad cerebral sugiere que tiene un gran potencial terapéutico para una amplia gama de trastornos psiquiátricos y neurológicos, incluidas las enfermedades neurodegenerativas”, señaló José Ángel Morales, Investigador del Departamento de Biología Celular de la UCM y CIBERNED.
El estudio, publicado en Translational Psychiatry , una revista de Nature Research, revela los resultados de cuatro años de experimentación in vitro e in vivo en ratones, demostrando que estos exhiben “una mayor capacidad cognitiva cuando son tratados con esta sustancia”, según José Antonio López. , investigador de la Facultad de Psicología de la UCM y coautor del estudio.
Además del potencial de aprendizaje, los científicos también señalaron que la ayahuasca podría utilizarle para tratar enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y párkinson, entre otras, que se traducen en la muerte múltiple de ciertos tipos de neuronas. “El desafío es activar nuestra capacidad latente para formar neuronas y así reemplazar las neuronas que mueren como consecuencia de la enfermedad. Este estudio demuestra que la sustancia es capaz de activar células madre neurales y formar nuevas neuronas”, explicó Morales.
El estudio publicado en Nature señala que las personas adictas a las drogas muestran déficits en el procesamiento de la recompensa y el control cognitivo, también alteraciones estructurales en la sustancia gris y blanca del cerebro. Por esto, hay posibles propiedades antiadictivas en la ayahuasca que se relacionarían con el uso regular del té y la disminución a ciertas drogas.
Asimismo, el posible uso de la ayahuasca como agente neurogénico pretende “despertar” a las células madre neurales en el adulto y “convencerlas” de que formen nuevas células nerviosas. Eso permitiría reponer las neuronas que mueren como consecuencia de las enfermedades mencionadas anteriormente.
Coronavirus, otro problema para las neuronas
Como se sabe, la covid-19 afecta las vías respiratorias, el corazón y otros órganos vitales. Pero recientemente, un nuevo estudio demostró que un tercio de los pacientes hospitalizados también tendrían afectación en el cerebro y experimentarían algún tipo de alteración en sus funciones mentales: puede ser confusión, delirio o simplemente que no responde a los estímulos.
Hace poco, la revista The Lancet publicó el primer caso probable de un paciente de 45 años que se contagió de coronavirus. Tiempo después se recuperó de la enfermedad, pero comenzó a desarrollar síntomas de párkinson.
Cuando una persona presenta este tipo de alteraciones se dice que tiene encefalopatía, lo cual puede incluir situaciones como problemas de concentración y atención, pérdida de la memoria reciente, desorientación, estupor e incluso coma o pérdida de la conciencia.
El estudio mostró que estas personas no solo demoraron más en curarse, sino que tuvieron siete veces más probabilidad de morir que quienes no presentaron estos síntomas.
Todo parece indicar que el culpable no es el virus, sino la reacción que el sistema inmune desata ante su presencia. Este tipo de alteraciones sucede con otras enfermedades y especialmente en pacientes de edad. La hipótesis que sostienen los expertos es que puede producirse por el proceso inflamatorio que acompaña la infección o por una respuesta del sistema inmune, tal y como sucede con el corazón y los riñones.