Salud
En el aire interior hay sustancias químicas nocivas
Un estudio reveló que dentro de los hogares y oficinas también hay contaminación.
Hasta ahora la preocupación de todos en materia de contaminación se daba por el hecho de que el aire de las ciudades, especialmente de las metrópolis, estaba contaminado. Esa contaminación atmosferia, según un numero de estudios es nociva para la salud y podría no solo afectar los pulmones sino también el corazón y el cerebro.
Un nuevo estudio ahonda en el problema al revelar que el aire interior de los hogares, escuelas y lugares de trabajo también puede estar contaminado con sustancias químicas conocidas como PFAS, que son nocivas. El estudio fue publicado en la revista ‘Environmental Science & Technology Letters’.
Según la EPA, la agencia que regula el medio Ambiente en Estados Unidos, Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) son un grupo de agentes químicos que incluye PFOA, PFOS, GenX, y muchos otros. Las PFAS se han fabricado y utilizado en una variedad de industrias en todo el mundo desde la década de 1940. De estos agentes químicos, el PFOA y el PFOS han sido los más producidos y estudiados. Ambos son sumamente persistentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano pues no se degradan y pueden acumularse con el paso del tiempo. Según la agencia existe evidencia de que la exposición a las PFAS puede causar efectos perjudiciales a la salud humana.
Para el trabajo los investigadores idearon una nueva técnica de medición. Eso le permitió al equipo de expertos dectectar sustancias químicas PFAS en el aire de las aulas de un jardín infantil, en las oficinas y laboratorios de una universidad asi como en un hogar. Algunos lugares de esto registraron niveles tan altos como los medidos en una empresa de ropa y en las tiendas de alfombras que venden productos tratados con PFAS. Los resultados sugieren que el aire interior es una fuente subestimada y potencialmente importante de exposición a los PFAS, sobre todo para los niños.
“Se sabe que los alimentos y el agua son fuentes importantes de exposición a los PFAS, recuerda Rainer Lohmann, autor principal del estudio y profesor de oceanografía de la Universidad de Rhode Island, en Estados Unidos. Nuestro estudio muestra que el aire interior, incluido el polvo, es otra fuente de exposición a sustancias químicas potencialmente dañinas persistentes. De hecho, para los niños en hogares o escuelas con alfombras viejas tratadas con PFAS, la inhalación puede ser incluso más importante que el polvo como vía de exposición a PFAS volátiles que eventualmente podrían biotransformarse en PFAS más persistentes y dañinos”.
Los PFAS han sido bien estudiados se han asociado a una amplia gama de daños graves para la salud, desde el cáncer hasta la infertilidad y los problemas del sistema inmunitario. Todos los PFAS son extremadamente persistentes en el medio ambiente o se descomponen en PFAS que tambié resultan extremadamente persistentes.Mediante la colocación de muestreadores de láminas de polietileno en los techos, los científicos midieron las sustancias químicas volátiles de los PFAS en el aire de nueve aulas de jardín infantil enmoquetadas, una casa y el almacén de una tienda de ropa de exterior en California; así como en dos laboratorios, cinco oficinas, un aula, un almacén y un ascensor en la Universidad de Rhode Island y en dos tiendas de alfombras. Se detectaron PFAS en el aire de casi todos los lugares.
Varias aulas y salas de la universidad tenían concentraciones de PFAS en el aire interior más altas que el almacén de la tienda de ropa de exterior, que estaba lleno de chaquetas y equipos tratados con PFAS. Las concentraciones más altas se encontraron en las dos tiendas de alfombras.
“Los PFAS se utilizaban antiguamente como repelentes de manchas y agua en la mayoría de las alfombras --según la autora principal del trabajo, Maya Morales-McDevitt--. Afortunadamente, los principales minoristas ahora sólo venden alfombras sin PFAS. Creemos que poco a poco los minoristas más pequeños también lo harán”.
Aunque las familias, las escuelas y los lugares de trabajo pueden reducir los niveles de PFAS en el aire interior sustituyendo las alfombras, todavía hay muchos otros productos que pueden emitir PFAS volátiles en el aire interior, como la ropa, el calzado, los productos de construcción y el mobiliario.
“Mientras se sigan utilizando en los productos, todos estaremos comiendo, bebiendo y respirando PFAS, dice Tom Bruton, coautor y científico principal del Green Science Policy Institute. Tenemos que cerrar el grifo y detener todos los usos innecesarios de PFAS lo antes posible”.