En Israel, a pesar de la vacunación, ha habido un aumento de los casos en menores de 60 años

Israel es uno de los países más adelantados en vacunación. En ese sentido es la envidia de todos pues en los seguimientos de cómo va este proceso en el mundo siempre sale a la cabeza de la lista.

Paradójicamente, cuando la gente observa sus cifras de infección y enfermedad por covid-19, las cosas no son tan claras. En esa fotografía lo que se ve es una clara disminución de enfermedades graves entre las personas de 60 años o más, pero un aumento muy preocupante de casos graves de COVID-19 entre los jóvenes.

En efecto, según datos del Ministerio de Salud de Israel, casi el 75 por ciento de las personas diagnosticadas durante el fin de semana tenían menos de 40 años, mientras que solo alrededor del 7 por ciento tenían más de 60. Según el informe, el domingo por la mañana (14 de febrero) se consideraron en estado grave 1.008 personas, lo que representó un ligero aumento respecto al día anterior, cuando 973 personas se encontraban en estado grave. De los casos graves, el 38 por ciento eran menores de 60 años. La semana pasada, solo alrededor del 34 por ciento de los casos eran personas más jóvenes. En el pico de la tercera ola, alrededor del 20 de enero, fue solo del 26 por ciento. Esto constituye un aumento del 53 por ciento en el número de casos graves menores de 60 años en el último mes.

Las cifras anteriores son desalentadora para uno de los países que lleva la bandera en vacunación. Por eso, muchos se preguntan qué esta pasando y a qué se está debe este incremento en los casos de menores de 60 años. Según un informe del diario The Jerusalem Times, hay dos posibles razones.

Por un lado, mientras más protegida está la población de edad avanzada por la vacunación, la población más joven y menos protegida estña contrayendo el virus y, por lo tanto, son ellos los grupos de edad que están más presentes en los hospitales. Así lo dijo a este diario el profesor Cyrille Cohen, jefe del laboratorio de inmunoterapia de la Universidad de Bar-Ilan. “Mientras más casos, mayor probabilidad de que un porcentaje de esas personas terminen en el hospital: niños, mujeres embarazadas y personas menores de 40 años en general”, dijo el experto.

Pero, por otro lado, se está comenzando a observar el impacto de la presencia de la variante británica, que no solo es más contagiosa, sino que probablemente también podría ser más letal. Según el gran informe de Knowledge Center sería un aumento entre un 30 por ciento y un 70 por ciento, en comparación con la cepa original del virus.

La presencia de dicha variante en Israel se ha podido confirmar gracias a secuenciaciones genéticas. Se ha podido establecer, por ejemplo, que la mayoría de embarazadas que son positivas para covid-19 y están en estado grave, tienen la infección de la mutación de Gran Bretaña, también conocida como de Kent. En el centro medico Sheba, dice el diario, hasta el domingo por la mañana, había 55 pacientes en estado grave. Entre ellos, 13 estaban en la unidad de cuidados intensivos a causa del covid-19. De estos, cinco de ellos, todos menores de 54 años, están siendo tratados con máquinas tipo Ecmo (de respiración extracorpórea)y cinco intubados, menores de 55. “Vemos pacientes jóvenes mucho más serios de lo que vimos con los jóvenes en el pasado”, dijo Haviv Hadid, director de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Esta situación ha hecho que los médicos vean un problema en la política gubernamental que para muchos es muy triunfalista antes de tiempo. Aunque el total de pacientes graves está bajando, la lucha por la vida de un hombre de 45 años es “más extrema y más difícil. Luchamos duro por todos, pero un hombre de 45 años en ECMO, esta es una situación muy difícil”, dijo la médica.

De todo este panorama, una buena noticia es que la tasa de muertes de personas menores de 19 años sigue siendo baja. Según los datos presentados el domingo por la mañana por el Ministerio de Salud, hasta el momento solo han muerto ocho personas menores de 20 años. Veintidós personas murieron entre las edades de 20 y 29, y 104 entre las edades de 30 y 49. Ha habido 570,680 pacientes menores de 50 años hasta la fecha, lo que significa que solo el 0.02% de los jóvenes infectados murieron.

Lo malo de esto es que aunque no fallezcan, los efectos secundario de estas personas son considerables y de hecho se ha visto que un porcentaje cada vez mayor está experimentando lo que se conoce como síntomas posteriores al coronavirus. Estos síntomas pueden ir desde fatiga y dificultad para respirar hasta latidos cardíacos rápidos o fuertes o problemas de memoria, concentración o sueño, dolores de pecho y dolores de cabeza. “Tenían corona y mejoraron, pero ahora tienen todo tipo de problemas”, dice Galia Rahav, jefa de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y Laboratorios del Centro Médico Sheba.

Por ahora las esperanzas están puestas en que los menores de 16 años puedan vacunarse y en esa dirección va la Universidad de Oxford, que anunció recientemente un nuevo estudio en la que participaran 300 niños entre seis y 17 años para evaluar si su vacuna funciona en este grupo de población. “Si los jóvenes van y se vacunan, sería maravilloso y si no, al menos deberían usar máscaras y distancia social”, dice.

Lo peor para los expertos sería que el gobierno en su actitud victoriosa abra el país demasiado pronto, sin tener en cuenta esta situación. Si eso, sucede, dicen, Israel volverá rápidamente a donde comenzó. “La presión para abrir todo nos llevará a un cuarto cierre”, dice. “El sistema de salud y el personal médico siguen estando al límite. Debe detenerse y escuchar al Ministerio de Salud y actuar con responsabilidad”.