PÓDCAST
“En las cenas clandestinas la mesa descansó, pero los fogones se encendieron más”
En esta entrega del pódcast Megatendencias, nos sentamos a manteles con Ana María Uribe y Manuela Lopera, quienes relatan sus experiencias, reinvenciones y sorpresas con sus cenas clandestinas.
Para la celebración de Amor y Amistad de 2018, Ana María Uribe pensó en las personas solteras y quiso organizar una cena en la que participaran el mismo número de mujeres que de hombres. En total doce: seis y seis. A las mujeres las consiguió rápido. Lo contrario a los hombres, quienes dudaban más, le preguntaban por la edad de las invitadas y por poco hasta piden fotos.
Al final ellos aceptaron y Ana María organizó la cena, una de tantas que ha hecho en su casa bajo el concepto de las cenas clandestinas —encuentros gastronómicos organizados por chefs o expertos en cocina en sus residencias o espacios previamente acordados con una clientela más exclusiva— y el resultado final, lo que derivó de aquel encuentro, la sorprendió.
Tanto, que hoy lo recuerda como una de las historias que más la ha impactado desde que incursionó hace dos años y medio en las cenas clandestinas, el tema central de esta nueva entrega de Megatendencias, el pódcast de Semana sobre lo que nos pasa hoy, conducido por Claudia Lucía González Osorio, editora del Grupo Semana.
En esta charla, las acompaña Manuela Lopera, pionera hace cinco años con sus Cenas Libertina, en Medellín, y quien tampoco se queda corta en historias alrededor de la mesa. Ha acompañado desde despedidas de solteros hasta pedidas de mano. Incluso, Marcial Ferrelli , su esposo, argentino, recuerda la presencia de un mago en alguna de las cenas y de una experta en el tarot.
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Es lo que define a estos espacios. El encuentro en una misma mesa, la oportunidad de conocer a nuevas personas y puntos de vista… En últimas, una comunicación mediada por la comida, con sus sabores, olores y todos los sentidos que suscita y evoca. Si es que hay un objetivo principal, las dos invitadas al pódcast lo manifiestan en diferentes momentos: “Consentir a través de la comida”.
Así es que en este episodio se produce una charla en la que Ana María y Manuela recuerdan sus inicios en el mundo de las cenas clandestinas, y cómo se animaron no solo a abrir sus casas sino también sus cocinas a personas desconocidas y, al final, que a partir de estos encuentros se han generado redes de amigos.
Entre otros temas, es inevitable el de la pandemia. Las dos invitadas comentan qué se ingeniaron para mantenerse vigentes durante una coyuntura que, así como en otros casos, las llevó a reinventarse.
“La comida ha sido nuestra tabla de salvación este año”, dice Manuela. “La mesa descansó, pero los fogones la han dado toda”, indica, por su parte, Ana María.
Así mismo, ofrecen, junto a sus esposos —con ellos han consolidado estos proyectos— su punto de vista frente a lo que se viene para las cenas clandestinas en un escenario de postpandemia.
Ana María no desaprovechó la oportunidad de decirle a Manuela cuál es la preparación que más admira de ella y de paso hacerle un pedido especial.
Cabe recordar que la raíz del concepto de las cenas clandestinas puede asociarse a diferentes lugares. Por ejemplo, Cuba, cuando las viviendas se convierten en comedores para turistas. O en países europeos, cuando chefs recién graduados y sin mucho presupuesto se las ingeniaron para ofrecer este tipo de espacios con el fin de darse a conocer y atraer clientela.
Los invitamos, entonces, a escuchar este nuevo episodio y a compartir su retroalimentación en nuestras redes sociales.