Ciencia
Encuentran cómo predecir quién puede desarrollar en el futuro ELA, la enfermedad de Stephen Hawking
Los niveles de lipoproteínas en sangre se podrían relacionan con el riesgo futuro de desarrollar ELA, una enfermedad progresiva que destruye las neuronas responsables del movimiento voluntario.
Algunos biomarcadores de lípidos en sangre relacionados con el riesgo de enfermedades cardiovasculares también se asocian con un menor riesgo de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), según los resultados de un amplio estudio epidemiológico publicado en línea en el ‘Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry’.
La ELA es la forma más común de enfermedad de la neurona motora, una enfermedad progresiva del sistema nervioso que destruye las células nerviosas responsables del movimiento voluntario, como caminar y hablar.
Sólo una minoría de los casos de ELA están relacionados con un único gen, y en el resto de los casos no se conocen bien las causas de la enfermedad. Algunos estudios han demostrado que un menor peso, un mayor nivel de actividad física extenuante y una salud cardiovascular relativamente buena son factores de riesgo de padecer ELA, pero las relaciones son complejas y las pruebas inconsistentes.
Por eso, los investigadores estaban muy interesados en identificar biomarcadores relacionados con la ELA, lo que en última instancia podría conducir a un diagnóstico mucho más temprano, potencialmente antes de que aparezcan los síntomas, y la esperanza de tratamientos preventivos.
Los autores pudieron utilizar los datos de un estudio epidemiológico muy amplio para tratar de determinar con mayor certeza la naturaleza de cualquier relación entre los niveles de biomarcadores asociados a la enfermedad cardiovascular y el posterior diagnóstico de ELA.
Utilizaron los datos de 502.409 personas que se inscribieron en el estudio del Biobanco del Reino Unido entre marzo de 2006 y octubre de 2010 cuando tenían entre 39 y 72 años. Todos ellos se sometieron a análisis de sangre en el momento de la inscripción y fueron seguidos durante una media de 11,9 años.
Los autores analizaron la relación entre la ELA y los niveles sanguíneos iniciales de lipoproteínas de alta y baja densidad (HDL y LDL), colesterol total, apolipoproteínas A1 y B (apoA1 y apoB), triglicéridos, hemoglobina glicosilada A1c (HbA1c) y creatinina. También analizaron la relación entre la ELA y el ejercicio declarado por los propios pacientes y el índice de masa corporal.
Cuando se utilizaron modelos que incorporaban múltiples marcadores metabólicos para evaluar el riesgo de la enfermedad, las HDL y la apoA1 seguían estando asociadas a un menor riesgo de ELA, independientemente de otros factores. Los niveles más bajos de LDL y apoB también se asociaron con un menor riesgo de ELA.
En un análisis posterior, se demostró que los niveles de LDL y apoB eran más altos mucho antes del diagnóstico, pero más bajos en las personas más cercanas al mismo, mientras que los niveles de HDL y apoA1 no mostraron tales diferencias.
“La persistencia de estos hallazgos en modelos que controlan el uso de estatinas, el tabaquismo y la enfermedad vascular indica que la asociación de los niveles de lípidos y la ELA no es atribuible a una asociación de confusión entre los lípidos, la ELA y estos factores”, dicen los autores.
Se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa. Siguen existiendo algunas incoherencias en otros estudios publicados, que reflejan diferentes metodologías. No obstante, los autores concluyen: “Este estudio se suma a una creciente literatura que documenta las diferencias en el perfil metabólico premórbido de aquellos que eventualmente desarrollan ELA”.
“Además de proporcionar nuevas ideas sobre la patogénesis, esto enfatiza la necesidad de considerar un conjunto más amplio de potenciales biomarcadores pre-sintomáticos de la ELA, concluyen. Tales marcadores podrían ayudar a orientar el cribado de la población para la ELA y también a crear confianza en futuros ensayos de terapia preventiva”.
*Con información de Europa Press