ESPACIO EXTERIOR
Encuentran “forma segura” para que humanos entren en un agujero negro: estos son los detalles
Normalmente, el gran pulso gravitacional convertiría a una persona en una especie de espagueti largo que se extendería hasta el infinito.
En el espacio exterior, uno de los objetos que más abunda y que, al mismo tiempo, más intriga genera, son los agujeros negros. De igual manera, estos cuerpos son de los más mortales, pues si fuera posible que una persona entrara en uno, podría sufrir en un desmembramiento infinito del cuerpo.
Sin embargo, un par de físicos del Grinnell College se puso como tarea averiguar la manera en que un ser humano podría entrar en uno de estos cuerpos, logrando sobrevivir y descubriendo lo que está al otro lado. Aunque todo es una proposición teórica, no parece haber posibilidades de que ese voluntario pudiera regresar.
De acuerdo con los profesores Leo Rodríguez y Shanshan Rodríguez, para que esta acción se pueda llevar a cabo, es necesario que el agujero negro sea, en primer lugar, supermasivo, y en segundo lugar, tiene que estar aislado. En caso de que la persona ingrese, no podría volver a salir ni comunicarse con nadie de este lado del universo.
Estos agujeros, además de ser muy comunes, que son parte fundamental en la evolución del Universo, desde que ocurrió el Big Bang hasta la actualidad. Por lo cual, es muy probable que hayan tenido un impacto en la formación de la vida en la galaxia en la que se ubica la Tierra.
Sin embargo, en todo el universo existen diferentes tipos de estos agujeros negros, algo así como un zoológico intergaláctico, pues los tamaños cambian, al igual que su carga eléctrica, de acuerdo con los profesores, algo parecido a lo que ocurre con electrones y protones en los átomos.
De acuerdo con Infobae, otra clase de estos cuerpos giran, pero destacan los dos tipos de agujeros negros para esta discusión.
“El primero no gira, es eléctricamente neutro, es decir, no tiene carga positiva ni negativa, y tiene la masa de nuestro Sol. El segundo tipo es un agujero negro supermasivo, con una masa de millones e incluso miles de millones de veces mayor que la de nuestro Sol”, manifestaron los expertos.
A estos agujeros no solo los diferencia la masa que poseen, sino que también lo hace la distancia desde su centro hasta su “horizonte de sucesos”, lo que es denominado por los expertos como la distancia radial.
Así las cosas, los científicos explicaron que en el centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, hay un agujero negro supermasivo que tiene una masa cercana a las 4 millones de masas solares, y tiene un horizonte de eventos con un radio de 7,3 millones de millas o 17 radios solares.
De esta manera, si alguien cae en un agujero de este tipo estará muy cerca del centro del agujero negro antes de pasar el horizonte de eventos, en lugar de caer en un agujero negro supermasivo.
Esto significa que debido a su proximidad al centro del agujero negro, la fuerza de atracción del agujero negro sobre una persona diferirá 1.000 billones de veces entre la cabeza y las piernas, dependiendo de cuál sea la fuerza impulsora de la caída libre.
Por lo que si la persona cae primero con los pies, en el momento en que esté cerca del horizonte de sucesos, esta atracción en sus pies será exponencialmente mayor en comparación con el tirón del agujero negro en su cabeza.
“La persona experimentaría ‘espaguetificación’ y lo más probable es que no sobreviva al estirarla en una forma larga y delgada similar a un fideo”, aseguraron.
Pero si la persona entra en un agujero negro supermasivo, este horizonte estaría más alejado de la fuente central, por lo que tardaría más en alcanzarlo. “Por lo tanto, la persona atravesaría el horizonte de eventos sin ser afectada, no se estiraría hasta convertirse en un fideo largo y delgado, sobreviviría y flotaría sin dolor más allá del horizonte del agujero negro”, dijeron.