El hígado es uno de los cinco órganos vitales del cuerpo.
El hígado es uno de los cinco órganos vitales del cuerpo. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Vida Moderna

Enfermedad hepática: cinco alimentos que se deben evitar para no dañar el hígado

Una alimentación balanceada es fundamental para mantener un buen estado de salud.

20 de octubre de 2022

El hígado es el órgano interno más grande dentro del cuerpo. Es uno de los órganos más importantes, pues ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados.

A los problemas asociados al hígado se les conoce como enfermedades hepáticas y pueden ser causadas por una variedad de factores como los virus, el consumo de alcohol y la obesidad. Las afecciones más comunes son la hepatitis A, la hepatitis B, la hepatitis C y el hígado graso.

Si se experimentan alteraciones en la piel, falta de energía, metabolismo lento y trastornos digestivos, se puede sufrir de dichos problemas. Sin embargo, para diagnosticarlos, se debe acudir al médico para verificar a través de exámenes variados.

A pesar de que el hígado es capaz de limpiarse a sí mismo, es fundamental mantenerlo sano para alejarse de las enfermedades anteriormente mencionadas. Para ello, es necesario mantener un estilo de vida saludable que involucre una dieta balanceada y ejercicio físico constante.

Así mismo, es importante conocer aquellos alimentos que le hacen daño al hígado y, de este modo, consumirlos en menor cantidad. Por ejemplo, el portal especializado Mejor con Salud listó algunos productos comestibles que pueden ser perjudiciales para este órgano vital:

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1. Sal: el consumo de este producto en exceso puede aumentar la presión arterial, al tiempo que se puede llegar a padecer hígado graso. Además, es mejor tener en cuenta la cantidad de sodio que poseen algunos productos para no consumirlos en grandes cantidades.

2. Grasas saturadas: se sugiere evitar alimentos como chocolate, queso amarillo, productos de pastelería en general, queso crema, galletas de mantequilla, embutidos (mortadela, salchichas, tocineta, jamón, chorizo), mantequilla, mayonesa, margarina, salsas y comidas rápidas.

3. Azúcar: los azúcares refinados -que tienen algún proceso industrial y se encuentran en muchos alimentos ultraprocesados- son los más dañinos para el hígado por su alto aporte calórico. Sumado a otros factores de riesgo metabólico, como el colesterol alto.

4. Comida muy condimentada: la Organización Mundial de la Salud informa que, al igual que la sal, también es necesario hacer uso moderado de las especias u otros condimentos, pues las comidas con exceso de los mismos pueden ocasionar daños en el sistema digestivo y, por lo tanto, en el hígado.

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5. Harinas blancas y refinadas: las recomendaciones de los especialistas van enfocadas a evitar alimentos con alto índice glucémico y carbohidratos complejos. En este sentido, los productos con harina de trigo refinada serían de esos alimentos a evitar si se padece de enfermedades de hígado.

Además de lo anterior, la revista UnCOMO, publicada a través del portal Mundodeportivo, dio algunos consejos con los que es posible ayudar a cumplir este objetivo:

  • Alimentos regeneradores: aunque estos no ayudan a reparar el tejido por completo, sí contribuyen a su desintoxicación y depuración. Entre estos están la cúrcuma, el aceite de oliva y el ajo. Los anteriores también tienen propiedades antibióticas y antioxidantes.
  • Comer fruta: una alimentación balanceada es fundamental para tener un hígado en perfectas condiciones de salud. Las frutas son algunas de las que deben incluirse en la dieta. Estas contienen gran cantidad de agua y nutrientes necesarios para el cuerpo.
  • Eliminar el alcohol: este es el causante principal de las afecciones que padece el hígado, ya que su consumo aumenta las toxinas. Además, el organismo necesita un sobreesfuerzo para metabolizarlo, lo que a largo plazo se traduce en enfermedades hepáticas.
  • Beber agua: esto ayuda a desintoxicar al organismo en general, a mantener la hidratación necesaria y, adicionalmente, facilita la filtración de las toxinas. Además del hígado, el agua ayuda a otros órganos del cuerpo.