El desafío de las enfermedades psiquiátricas en Colombia

Todos conocen algún familiar, conocido, amigo, vecino o compañero con dificultades de este tipo.  Si bien el país dispone desde el 2013 de la Ley 1616 de salud mental y de una política nacional de salud mental que data del año pasado, este es, en términos generales el panorama y el desafío para el Estado y la sociedad en general, cuando se afirma que no hay salud sin salud mental. Estos son los puntos más importantes que deben saber los colombianos sobre esta realidad.

Los problemas y trastornos mentales van en aumento

Es posible que se esté observando este fenómeno como consecuencia del largo conflicto armado interno, las frecuentes catástrofes naturales que afectan el país o porque los individuos están más dispuestos a admitir que tienen dificultades mentales y consultan más. Pero también está claro que la sociedad actual se está afectando de manera importante por la incertidumbre económica, las redes sociales, la influencia de los medios de comunicación y las crecientes expectativas de cómo debería ser la vida.

Las mujeres están más afectadas

Los cambios políticos, económicos, sociales, culturales y religiosos en las últimas décadas han hecho de múltiples maneras que las mujeres ahora tengan una mayor probabilidad de sufrir un problema o trastorno mental. Si solo se incluye a las personas que tienen síntomas graves, la diferencia es menos pronunciada, pero aun así es evidente.

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Los jóvenes son particularmente susceptibles

La incertidumbre económica afecta especialmente a los jóvenes, así como las redes sociales que aumentan la presión de los pares o el matoneo. Cualquiera que sea la razón, los expertos están de acuerdo en que las cifras de afectación emocional o mental en los niños, niñas y adolescentes son impactantes.

Los hombres tienen más probabilidades de quitarse la vida

Los problemas de salud mental incitan a miles de personas a quitarse la vida cada año. Las mujeres lo intentan con más frecuencia, pero los hombres son más efectivos en lograrlo. Hay una gran variación nacional entre departamentos y municipios, pero la población lo siente como un grave problema de salud pública.

Los problemas de salud mental tienden a comenzar en la niñez y adolescencia

En cualquier parte del mundo y Colombia no es la excepción, la mayoría de los problemas y trastornos mentales surgen en la infancia, adolescencia o adultez temprana. Tres cuartas partes de los problemas y trastornos mentales ya han hecho aparición a los 24 años. Es la razón por la que hay que hacer tanto énfasis en el manejo de la salud mental en especial en niños y adolescentes.

Presupuesto: en cuidados intensivos

Los servicios de salud mental están en estado de gravedad cuando de presupuesto se trata. Es necesario incrementarlo y enfocarlo principalmente a atención primaria en salud, salud mental comunitaria y de manera especial en dar ayuda a las poblaciones más vulnerables. No se trata de mucho dinero. La Organización Mundial de la Salud tiene calculado que se requieren el equivalente a 3 dólares per cápita por año para atender las necesidades básicas en un país con el nivel de desarrollo de Colombia. Pero como en casi todo el mundo, en Colombia el tema de salud mental sigue siendo la cenicienta del sistema de salud si se le compara con la salud física. Y para completar, los medicamentos siguen siendo la forma más común de tratamiento. El número de psicofármacos formulados ??para la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y los ataques de pánico se ha incrementado de manera muy importante. Por otra parte, más personas están siendo inadecuadamente tratadas. Por razones económicas los usuarios no reciben farmacoterapia y en especial psicoterapia en la dosis y por el tiempo adecuado para que sean realmente efectivas.

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Disponibilidad de servicios locales y comunitarios

La mayoría de las personas afectadas por problemas y trastornos mentales son tratadas lejos de sus casas y vecindarios, y esto cuando lo son. Esto tiene implicaciones  económicas y sociales, además de la afectación directa en su salud mental. Y ni hablar de las zonas rurales y la población dispersa. Y lo grave es que esto está empeorando.

Pero, no todo es malo

El país dispone de una Ley de Salud Mental y una Política de Salud Mental de reciente cuño. Se requiere voluntad política para que no se queden en el papel. Es hora de cambiar. Pero, con seguridad, lo más prometedor en términos de salud mental para el país es realizar un trabajo, no como campaña temporal, sino como una estrategia a corto, mediano y largo plazo que incluya todos los estamentos del Estado, el Gobierno, el sector salud, el sector educativo, el sector privado, las iglesias y otros sectores involucrados, además de la ciudadanía, para realizar un trabajo profundo y a largo plazo que combata el estigma y eduque sobre temas de salud mental a la sociedad colombiana en todos sus niveles.