Desde la otra orilla
“Uno empieza a morir el día en que comienza a vivir de recuerdos”: Paola Turbay
Bordeando los 50, con 25 años de casada y dos hijos universitarios, la actriz ha decidido incursionar como empresaria. Dice que es feliz, no le teme a envejecer y que la clave para triunfar en Hollywood es ser perseverante. Verónica Durán Castello la entrevistó desde Madrid y esto fue lo que le contó.
Reina, presentadora, actriz, madre, empresaria. Paola Turbay es hoy por hoy uno de los personajes públicos más queridos por los colombianos. Como actriz ha logrado trabajar en Hollywood con papeles en series aclamadas como True Blood (HBO), The Blacklist (NBC) y Bosch (Amazon), entre otras. Recientemente ha incursionado en el mundo de la cultura y los negocios con la creación IndieBo, el Festival de Cine Independiente de Bogotá, y el lanzamiento de 24/7 by Paola Turbay una línea de productos para el cuidado de la piel.
Paola Turbay (nació en Houston en 1970) lleva 25 años casada con el empresario Alejandro Estrada con quien tuvo dos hijos, Emilio y Sofía. En una entrevista con SEMANA habló de su experiencia en Hollywood, de sus sueños y del amor.
SEMANA: Reina de belleza, presentadora, actriz, emprendedora ¿en qué papel se ha sentido más cómoda?
Paola Turbay: Cada rol ha tenido su momento, su época. Fui feliz siendo reina de belleza en ese momento de mi vida. Fue una época divina, fue un año muy bonito de mucho trabajo social, y me dio mucho pesar cuando terminó. También me encantó ser presentadora, ya que siendo muy joven manejaba temas complejos y estaba rodeada de líderes de opinión y gente muy preparada. Por otra parte, la actuación ha sido una de mis grandes pasiones. Me permite explorar personajes distintos a mí y emociones que no experimento en mi día a día. Sin embargo, con el tema del emprendimiento ha sido distinto. He disfrutado mucho montando el festival IndieBo y mi línea de cremas 24/7, pero también ha sido duro por el manejo de aspectos que no me apasionan tanto como la administración, la ejecución o la producción.
SEMANA: ¿Cómo ha sido trabajar en Hollywood?
P.T.: Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida porque ha implicado trabajar a otro nivel. Soy feliz con lo que he hecho en Colombia, he trabajado con directores y actores de altísimo nivel y con ellos he aprendido a hacer de todo. Sin embargo, las condiciones en las que se trabaja en Colombia son muy distintas a las de Hollywood. Allí se tiene más tiempo para preparar cada rol y cada escena; hay gran rigor en cada una de las áreas, especialistas en cada uno de los departamentos, los libretos son increíblemente bien escritos.
SEMANA: ¿Fue difícil llegar allí?
P.T.: Es difícil llegar a Hollywood, a mí me tomó un par de años, aunque tuve la suerte de llegar en un momento muy interesante porque mujeres como Salma Hayek y Jennifer López le habían abierto las puertas a las mujeres latinas. A través de contactos pude mostrar mi trabajo y me sorprendió lo bien que me recibieron, valoraron muy bien mi experiencia. Pero lo que realmente me permitió trabajar en Hollywood fue ser muy persistente, muy constante, llegar muy bien preparada a las audiciones. Siempre he dicho que a la gente que le va bien en esa industria es aquella que aguanta. Todos los que llegan a ese círculo son buenos en su trabajo, de lo contrario no les darían la oportunidad de presentarse, pero una vez se llega se necesita perseverar para salir adelante. Hay que desarrollar la tolerancia a la frustración. Es difícil recibir un no tras otro no y hay que recibir 100 nos antes de recibir un sí. Es importante comprender que si llegas bien preparada y no te dan el papel, no es porque no seas buen actor. Es sencillamente porque no eres la adecuada para ese papel. Cuando uno entiende eso, es más fácil aguantar y seguir intentando sin desfallecer. Luego, es la calidad de tu trabajo lo que te mantiene en el ruedo.
Foto: Paola Turbay y su familia.
SEMANA: ¿Qué es lo que más y lo que menos le gusta de trabajar con las grandes productoras de Estados Unidos?
P.T.: Lo mejor de Hollywood es el nivel y el respeto al oficio. En Estados Unidos contamos con SAG-AFTRA - el sindicato que vela por los derechos del actor. Tenemos pensión, salud, se respeta mucho nuestro trabajo. Las condiciones físicas, mentales y emocionales en las que se trabaja son muy sanas. Por otra parte, no puedo decir que haya algo que no me guste, pero creo que hay que tener cuidado con la elección de papeles y trabajos. Siento que lo más sofisticado a nivel de personajes y contenidos está en el mundo más independiente.
SEMANA: ¿Cómo gestiona su éxito?
P.T.: La fama es una cosa y el éxito otra. Hay mucha gente que es muy famosa y es infeliz, por tanto no los considero exitosos, a no ser que ellos estén dispuestos a sacrificar su felicidad por aquello que llaman “éxito”. Para mí el éxito está directamente asociado a la felicidad. En mi caso, la fama no es lo que me hace feliz. La fama es una consecuencia de lo que hago y es algo que forma parte de mi ejercicio y de lo que he hecho durante más de la mitad de mi vida. Soy famosa en Colombia y no en Estados Unidos. Cuando llego a Colombia la gente es amorosa, son muy especiales conmigo. Más que famosa siento que soy popular. Pero con respecto al éxito, si yo no estoy feliz y no me siento equilibrada con lo que estoy haciendo, siento que estoy fracasando. Para mí es muy importante sentir que tengo un balance: que esté bien mi familia, que el trabajo funcione, que me sienta plena cuando me levanto por la mañana.
SEMANA: ¿Cuáles serían las claves del éxito?
P.T.: Hay que definir muy bien qué significa “éxito”. Yo lo concibo como felicidad. Es clave identificar qué es lo más importante y de acuerdo a eso establecer metas a corto, mediano y largo plazo. Hay que entender que las metas a largo plazo requieren de un proceso en el que se van sumando pequeñas metas. También la claridad es un tema fundamental. Hay que ser claro y específico con lo que se quiere y además ser muy sensato y realista. Hay que saber hasta dónde se puede llegar y con qué talentos se cuenta, o qué talentos se pueden desarrollar. Una vez está clara la realidad se puede empezar a soñar. Es como en el tema de la pareja. Hay gente que sueña con un príncipe azul (o princesa), conocen a alguien y se imaginan lo que podría ser esa relación basándose en imaginarios. Construyen un futuro a partir de lo soñado y cuando encuentran que la realidad es lo que tienen frente a sus ojos y no lo que tienen en la cabeza, los golpea la decepción. En cambio, cuando uno hace conciencia de aquello con lo cual cuenta, puede tener una idea más clara de lo que puede construir. De esta forma lo soñado se puede hacer realidad.
SEMANA: ¿Cómo ha enfrentado el paso de los años, han influido en su trayectoria como actriz?
P.T.: Hay historias para todas las edades. Las historias que se cuentan en la televisión, teatro y cine representan las historias del mundo y giran alrededor de personas de todas las edades. Lo más importante es entender que uno está en la edad que está y estar al cien por ciento en esa edad. El día en que uno comienza a mirar atrás y a vivir de los recuerdos, ese día se empieza a morir. Las personas de 50 que quieren parecer de 20 años no están valorando el momento tan especial que están viviendo. Antes de cumplir los 40 años, yo creía que las personas de 40 que decían que estaban en la “mejor etapa de su vida” de alguna manera se engañaban a sí mismas. Pero el día que cumplí 40 me di cuenta que tenían toda la razón y que había llegado a una edad maravillosa. Uno se relaja a los 40 y vive de una manera más plena.
SEMANA: ¿No le ha dado duro envejecer?
P.T.: No, yo no lo veo como envejecer. Uno no puede ser el mismo toda la vida. Las expresiones, las arrugas, son la muestra de que se ha vivido. La piel perfecta sin arrugas es sospechosa. Amo cada una de mis cicatrices y arrugas. Yo me cuido y soy defensora de una piel saludable pero nada distinto a lo que tiene que ser. Me parece preocupante que una persona no quiera vivir plenamente su momento por añorar lo que tuvo hace 30 años. No hay que mirar atrás, la mejor muestra de juventud es mirar hacia adelante. No entiendo por qué los hombres se ven sexys con sus arrugas y canas y las mujeres no. No hay nada más sexy que una mujer lleve sus arrugas con orgullo y que diga su edad con confianza.
SEMANA: ¿Cómo definiría el amor?
P.T.: El amor es el motor de la vida, es esa energía que hace que el universo se mantenga vivo. Es amor a lo que nos rodea, amor a la tierra, es amor a la naturaleza, a las personas, amor propio. Ese amor permite que haya una cierto nivel de apreciación. Cuando se aprecian las cosas se logra cierto nivel de conciencia.
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SEMANA: ¿Cómo vive el amor en esta etapa de su vida?
P.T.: Vivo el amor de una manera genuina, auténtica, es algo que trato de alimentar constantemente.
SEMANA: ¿Cuál es la clave para mantener un matrimonio estable como el suyo en su mundo, donde hay largas separaciones y viajes?
P.T.: Todos los mundos tienen viajes, tentaciones, hijos, quiebras y situaciones difíciles. Todo el mundo puede construir la relación que quiere. Hay que ser realista e intuitivo. Cuando conoces a una persona y algo te hace clic ponle atención; tus instintos son sabios. También hay que ser realista: si conoces a un malgeniado testarudo no puedes negar la realidad y pensar que lo puedes cambiar. Hay cosas que no se pueden cambiar. Hay que casarse con el que se tiene enfrente, no con el imaginario de esa persona. A partir de ahí, hay que construir todos los días, hay que enamorar todos los días. La comunicación es clave y no hay que acostumbrarse a nada, sino a ser plenamente feliz. También hay que compartir hobbies, tener cosas en común y apoyarse en los proyectos de cada uno. En mi caso recuerdo que a Alejandro le gustaba volar, a mí no me gustaba, pero lo acompañaba porque sabía que para él era importante que yo estuviera ahí. Asimismo, creo que las relaciones tienen su ciclo, y aunque hay unas que duran toda la vida, hay otras que no. Las cosas son exitosas cuando cumplen su ciclo, cuando cumplen con su propósito. Hay gente que se preocupa cuando una relación se les está acabando. Cuando se ha luchado y se la ha trabajado, se debe entender que posiblemente haya llegado a su fin, y que el valor de la relación está en lo que les haya aportado como seres humanos. Posiblemente esta relación los haya preparado para la próxima. El éxito no está en la duración.
SEMANA: ¿Cómo le va en su faceta de empresaria?
P.T.: Me ha ido muy bien. A IndieBo le he trabajado mucho por ser un proyecto de gran impacto social. ¿Qué me faltó ahí? Ser más realista a la hora de pensar en qué tanto apoyo iba a recibir a nivel de Gobierno, de las instituciones, y de la empresa privada. He sido muy soñadora. Ha sido más difícil el proceso, pero los resultados que hemos tenido me generan una gran satisfacción: llevamos cinco ediciones, hemos atendido a más de 150 mil personas, gran parte de la población que atendemos es de forma gratuita y llevamos cine a todo Bogotá. En el tema de 24/7, que es la democratización del cuidado facial, nos ha ido muy bien y ya competimos a nivel nacional con las grandes multinacionales. La gente está feliz con los resultados.
SEMANA: ¿A qué se dedica actualmente?
P.T.: Ahora la prioridad soy yo. El próximo año cumplo 50 años. En este momento siento que he construido mucho: construí mi familia que ha sido mi proyecto más grande y el más exitoso de todos. Y ahora Alejandro y yo estamos entrando en una etapa donde los niños ya están en sus universidades y podemos tener una agenda más abierta, más libre. Estando solos tenemos otros planes. Se trata de una etapa más egocéntrica. La idea es volver al tema de la actuación, y volver a estudiar. Quiero nutrirme, cargarme de conocimientos.
SEMANA: ¿Tiene algún sueño por cumplir?
P.T.: Me falta estudiar otra carrera, me falta viajar más y aprender mucho más.No, yo no lo veo como envejecer. Uno no puede ser el mismo toda la vida. Las expresiones, las arrugas, son la muestra de que se ha vivido. La piel perfecta sin arrugas es sospechosa. Amo cada una de mis cicatrices y arrugas. Yo me cuido y soy defensora de una piel saludable pero nada distinto a lo que tiene que ser. Me parece preocupante que una persona no quiera vivir plenamente su momento por añorar lo que tuvo hace 30 años. No hay que mirar atrás, la mejor muestra de juventud es mirar hacia adelante. No entiendo por qué los hombres se ven sexys con sus arrugas y canas y las mujeres no. No hay nada más sexy que una mujer lleve sus arrugas con orgullo y que diga su edad con confianza.
SEMANA: ¿Cómo definiría el amor?
P.T.: El amor es el motor de la vida, es esa energía que hace que el universo se mantenga vivo. Es amor a lo que nos rodea, amor a la tierra, es amor a la naturaleza, a las personas, amor propio. Ese amor permite que haya una cierto nivel de apreciación. Cuando se aprecian las cosas se logra cierto nivel de conciencia.
SEMANA: ¿Cómo vive el amor en esta etapa de su vida?
P.T.: Vivo el amor de una manera genuina, auténtica, es algo que trato de alimentar constantemente.
SEMANA: ¿Cuál es la clave para mantener un matrimonio estable como el suyo en su mundo, donde hay largas separaciones y viajes?
P.T.: Todos los mundos tienen viajes, tentaciones, hijos, quiebras y situaciones difíciles. Todo el mundo puede construir la relación que quiere. Hay que ser realista e intuitivo. Cuando conoces a una persona y algo te hace clic ponle atención; tus instintos son sabios. También hay que ser realista: si conoces a un malgeniado testarudo no puedes negar la realidad y pensar que lo puedes cambiar. Hay cosas que no se pueden cambiar. Hay que casarse con el que se tiene enfrente, no con el imaginario de esa persona. A partir de ahí, hay que construir todos los días, hay que enamorar todos los días. La comunicación es clave y no hay que acostumbrarse a nada, sino a ser plenamente feliz. También hay que compartir hobbies, tener cosas en común y apoyarse en los proyectos de cada uno. En mi caso recuerdo que a Alejandro le gustaba volar, a mí no me gustaba, pero lo acompañaba porque sabía que para él era importante que yo estuviera ahí. Asimismo, creo que las relaciones tienen su ciclo, y aunque hay unas que duran toda la vida, hay otras que no. Las cosas son exitosas cuando cumplen su ciclo, cuando cumplen con su propósito. Hay gente que se preocupa cuando una relación se les está acabando. Cuando se ha luchado y se la ha trabajado, se debe entender que posiblemente haya llegado a su fin, y que el valor de la relación está en lo que les haya aportado como seres humanos. Posiblemente esta relación los haya preparado para la próxima. El éxito no está en la duración.
SEMANA: ¿Cómo le va en su faceta de empresaria?
P.T.: Me ha ido muy bien. A IndieBo le he trabajado mucho por ser un proyecto de gran impacto social. ¿Qué me faltó ahí? Ser más realista a la hora de pensar en qué tanto apoyo iba a recibir a nivel de Gobierno, de las instituciones, y de la empresa privada. He sido muy soñadora. Ha sido más difícil el proceso, pero los resultados que hemos tenido me generan una gran satisfacción: llevamos cinco ediciones, hemos atendido a más de 150 mil personas, gran parte de la población que atendemos es de forma gratuita y llevamos cine a todo Bogotá. En el tema de 24/7, que es la democratización del cuidado facial, nos ha ido muy bien y ya competimos a nivel nacional con las grandes multinacionales. La gente está feliz con los resultados.
SEMANA: ¿A qué se dedica actualmente?
P.T.: Ahora la prioridad soy yo. El próximo año cumplo 50 años. En este momento siento que he construido mucho: construí mi familia que ha sido mi proyecto más grande y el más exitoso de todos. Y ahora Alejandro y yo estamos entrando en una etapa donde los niños ya están en sus universidades y podemos tener una agenda más abierta, más libre. Estando solos tenemos otros planes. Se trata de una etapa más egocéntrica. La idea es volver al tema de la actuación, y volver a estudiar. Quiero nutrirme, cargarme de conocimientos.
SEMANA: ¿Tiene algún sueño por cumplir?
P.T.: Me falta estudiar otra carrera, me falta viajar más y aprender mucho más.