Salud

“Es una enfermedad”: OMS sentó su posición sobre la adicción a videojuegos

De acuerdo con este organismo internacional, el uso inapropiado de los videojuegos puede causar desórdenes mentales en las personas.

11 de febrero de 2022
Menor asesinó a su madre y a sus tres hermanos por perder la partida de un videojuego en Pakistán.
Los videojuegos pueden causar disrupturas en las relaciones sociales e interpersonales de sus jugadores | Foto: Getty Images

La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), que es utilizada por los médicos y demás profesionales de la salud para tener estándares internacionales al momento de ejercer su labor científica y social.

Así, en esta nueva clasificación, que nació tras la 72ª reunión de la Asamblea Mundial de la Salud en 2019, se añadieron nuevas condiciones consideradas como patologías, para un total de 1,6 millones de casos clínicos.

“La CIE proporciona un lenguaje común que les permite a los profesionales de la salud compartir información estandarizada en todo el mundo. La undécima revisión contiene unos 17.000 códigos únicos y más de 120.000 términos codificables y es ahora totalmente digital”, explicó la OMS en un comunicado oficial.

Así mismo, el organismo internacional detalló que la importancia de este informe es que es el primero realizado en los últimos 30 años, por lo que en esta ocasión se pueden evidenciar enfermedades nacidas tras el boom de la tecnología y la globalización.

Por esto, no es de extrañar que en el apartado de desórdenes mentales aparezca por primera vez la adicción a los videojuegos. De esta forma, la OMS intenta estandarizar las estadísticas relacionadas con este trastorno mental con el fin de entender en tiempo real y de forma más óptima los avances de esta enfermedad en el planeta.

De acuerdo con la clasificación, la adicción a los videojuegos, al ser considerado un trastorno de índole mental, termina causando una “alteración clínicamente significativa en la cognición, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción en los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen al funcionamiento mental y comportamental”.

Igualmente, la OMS explicó que el uso inapropiado y extenso de los videojuegos afecta también las relaciones sociales y psicoafectivas de las personas que lo padecen.

“El patrón de comportamiento del juego da como resultado una angustia marcada o un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes. El comportamiento del juego y otras características normalmente son evidentes durante un período de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves”, añade el informe.

En el caso de Colombia, la industria de los videojuegos cada vez es más fuerte pues ocupa el puesto 37 entre los países más consumidores de este tipo de dispositivos. De acuerdo con datos de Newzoo, los colombianos son algunos de los ciudadanos más gamers que hay en Latinoamérica, pues se calcula que más de 3,5 millones de compatriotas son consumidores frecuentes de este tipo de consolas.

De acuerdo con un informe divulgado por el Instituto de Familia de la Universidad de la Sabana, un jugador promedio colombiano está entre los 18 y los 23 años, con una mayoría de usuarios hombres (65 % frente a 35 % de las mujeres).

¿Para qué sirve el CIE-11?

La idea de esta nueva clasificación es mejorar los registros provenientes de los estudios y análisis que hagan los profesionales de la salud, especialmente de enfermedades que antes del informe no eran consideradas por la OMS como tal.

Por esto, es importante destacar que el CIE-11 optimizará:

  • Certificación y notificación de las causas de muerte.
  • Codificación y notificación de morbilidad, incluida la atención primaria.
  • Agrupación de casos y de diagnóstico.
  • Evaluación y seguimiento de la seguridad, la eficacia y la calidad de la atención sanitaria.
  • Registros de cáncer.
  • Resistencia a los antimicrobianos.
  • Investigación y realización de ensayos clínicos y estudios epidemiológicos.
  • Evaluación del funcionamiento.
  • Codificación de las condiciones de la medicina tradicional.
  • Norma de interoperabilidad en las directrices digitales de la OMS y para la documentación digital de covid-19.
  • Certificados.
  • Documentación clínica.