Salud
“Es una pesadilla”: pacientes con covid prolongado cuentan el drama de vivir con una enfermedad que no desaparece
Millones de personas en el mundo viven los estragos del ‘long covid’ o covid prolongado pese a que hace meses dejaron atrás la etapa aguda de la enfermedad. La ciencia sigue buscando explicaciones.
A Tatiana Arredondo cepillarse los dientes se le convirtió en una pesadilla. Una que comenzó en octubre de 2021 tras superar los síntomas de un covid-19 leve, que se manifestó con fuertes dolores de cabeza y del cuerpo y una pérdida definitiva del gusto. Los primeros síntomas se fueron al cabo de diez días. Pero esta médica veterinaria no ha podido disfrutar de su sentido del gusto como era antes de la pandemia.
Una noche, cuenta esta madre de dos hijos, se lavó los dientes antes de ir a la cama y sintió que su cepillo “sabía a mugre. Había que cambiarlo, dije, pero al utilizar el nuevo tuve la misma sensación. Creí que era la crema dental; se me hizo raro porque por años he usado la misma marca”. Pasaron casi seis meses abrumada por esta extraña sensación hasta que un médico alergólogo abrió frente a ella una puerta hasta entonces desconocida: tenía los síntomas de la parosmia, enfermedad poco conocida que distorsiona el olfato y el gusto.
El sabor extraño de la crema dental fue solo la punta del iceberg. En su caso, alimentos como el ajo y la carne tenían un sabor “a podrido”, y bebidas como el café, que siempre había sido su favorita, olían a gasolina. “Es una pesadilla. De café cambié varias veces de marca, y nada. Cuando paso por un sitio donde lo preparan, el olor me alcanza así no tenga una taza de café enfrente. Me rendí. Me tocó desterrarlo de mi dieta”.
Tatiana es uno de los millones de pacientes en el mundo que se enfrentan al llamado long covid o covid prolongado, una extraña condición para la cual la ciencia aún busca respuestas.
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Lo sabe bien el doctor Carlos Álvarez, vicepresidente de Desarrollo Científico e Innovación de la Clínica Colsánitas y el especialista nombrado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como coordinador de estudios sobre covid-19 para Colombia.
Explica que el long covid es novedoso y se puede presentar por varias razones. Una de ellas es que el virus persiste en ciertas personas porque su sistema de defensa no es capaz de eliminarlo completamente, sino que sigue en el intestino o algunos tejidos, por ejemplo. Otra causa es que el virus produjo una reacción inflamatoria que deja secuelas. Eso explica síntomas relacionados con el corazón y la circulación. Otra explicación se asocia al sistema nervioso central que permite entender por qué las personas tienen alteraciones de la memoria y algunas, incluso, del estado de ánimo.
El médico en su consulta diaria advierte que “algunas personas no han recuperado los sentidos del gusto o del olfato, o quedan alterados. Se debe a que este virus tiene una afinidad por ciertas células, como las del bulbo olfatorio, que están metidas en el cerebro, lo que hace que pueda persistir y generar permanencia”.
Más allá de explicaciones científicas, para pacientes como Tatiana la pérdida de los sentidos afecta la vida diaria: “Llega un momento en que comes con desgano, porque toca, pero no por el placer de comer. O lo haces con prevención, porque si pruebas algo nuevo te puede saber horrible, así para los demás sea una delicia”.
Lo ha vivido en carne propia Edwin Mesa, quien se gana la vida como cocinero en un food truck, ubicado cerca de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. “Me dio covid a comienzos de 2022. Me dio fuerte, con muchos dolores en el cuerpo. Dos semanas en esas. Pero yo no me puedo quedar quieto. Si no trabajo, no como. Y cuando volví empezó la pesadilla: los olores a comida se me hacían insoportables; aún tengo que mojar el tapabocas con alcohol para que me afecte lo menos posible. Ahora ya no es tanto, pero, por ejemplo, cuando manipulo aceite aguanto la respiración porque me huele a límpido. No le deseo esta vaina a nadie”, cuenta el estudiante de mercadotecnia.
De acuerdo con Álvarez, aún se desconoce “por cuánto tiempo estas personas se quedarán con estos síntomas. De esta enfermedad hemos aprendido mucho en los últimos tres años. Sobre todo, cómo se comporta en condiciones agudas, pero aún nos falta entender este componente crónico, las secuelas e, incluso, el impacto que va a tener en la población en materia de salud mental, no solo por el encierro mismo que vivimos, sino porque mucha gente perdió a buena parte de sus familiares. Eso nos va a llevar unos años”.
Llegó para quedarse
El que la OMS haya declarado el fin de la emergencia sanitaria es “solo una decisión administrativa, pero el virus no va a desaparecer. Solo circulará como muchos otros y, dependiendo cómo mute, hará que las vacunas que existen actualmente sirvan menos o más. Falta el desarrollo de nuevos medicamentos y de otras vacunas que nos permitan una mejor convivencia con el virus”, asegura Álvarez.
Consultado sobre el tipo de personas con mayor riesgo de padecer el long covid, Álvarez asegura que “no existe aún un perfil de paciente que evolucione hacia el covid prolongado y no necesariamente son las personas que resultaron hospitalizadas por un covid grave en la etapa aguda de la enfermedad. He conocido pacientes que tuvieron síntomas leves y ahora presentan síntomas crónicos. Y personas que no tenían comorbilidades que ahora tienen covid prolongado. En Sánitas tenemos, por ejemplo, un programa de seguimiento con más de 800 personas a las que se les ha diagnosticado covid prolongado, de todas las edades. Algunas de ellas, muy jóvenes y eso les cambia la vida, pues quedan con problemas pulmonares o cardiacos, alteraciones emocionales o de la memoria”.
Lo cierto es que la reciente pandemia del coronavirus ha puesto de relieve la parosmia que enfrentan pacientes como Tatiana, lo que ha estimulado la investigación y una gran cantidad de publicaciones en revistas médicas.
“Pero el camino es largo. En tres años, los médicos hemos aprendido de una enfermedad que era completamente nueva para todos, pero aún es mucho lo que nos falta por conocer”, dice Álvarez.
Por lo pronto, afirma enfático, la única alternativa para contrarrestar la enfermedad es la vacunación (ver recuadro), pues “aún hay cerca de un 20 por ciento de la población que no se ha vacunado y que con el levantamiento de medidas, como el uso del tapabocas, ha quedado más expuesta. Aún hay gente que se hospitaliza y que muere por covid”.
El médico tiene claras las cifras: este coronavirus ha dejado hasta ahora más de 6 millones de contagios y más 142.000 muertes en el país.
¡A vacunarse!
El vicepresidente de Desarrollo Científico e Innovación de la Clínica Colsánitas asegura que el covid-19 no se ha ido y no se puede bajar la guardia en vacunación:
- Aún hay gente a la que hospitalizan y que muere por covid. Por eso es importante que todos los mayores de 18 años tengan al menos cuatro dosis de la vacuna. Desde la Sociedad Colombiana de Infectología hemos planteado que en las personas de mayor riesgo (diabetes, hipertensión o sobrepeso) sean incluso más dosis”.
- Un 20 por ciento de los colombianos no están vacunados. Ello representa entre 7 y 10 millones del total de la población. “Con la reducción de las medidas sanitarias, como el uso del tapabocas, estas personas están más expuestas a la enfermedad”.
- En el mundo, unos 3.000 millones de personas no se han vacunado contra el covid-19.