Polémica

Escándalo tras conocerse que recipiente de corazón de cerdo estuvo en prisión por apuñalar a alguien

La familia de la víctima cree que el trasplante se le ha debido hacer a otra persona y no a un exconvicto.

14 de enero de 2022
David Bennett
David Bennett, a 57-year-old patient with terminal heart disease, poses with surgeon Bartley P. Griffith, MD before he received a successful transplant of a genetically-modified pig heart at University of Maryland Medical Center in Baltimore, Maryland, U.S. in an undated photograph. University of Maryland School of Medicine (UMSOM)/Handout via REUTERS. NO RESALES. NO ARCHIVES. THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. MANDATORY CREDIT | Foto: via REUTERS

La semana pasada el mundo celebró la hazaña de un grupo de médicos en Estados Unidos que logró trasplantar un corazón de cerdo a un humano. El paciente es David Bennett de 56 años, quien había agotado todas las posibilidades y habría muerto irremediablemente de no ser por el trabajo realizado por los científicos de la Universidad de Maryland. Bennett pasará a la historia como el primero humano en recibir exitosamente un corazón de cerdo.

Pero según el diario The Washington Post, Bennett tenía un pasado turbio y habría pasado varios años en prisión después de ser condenado en 1988 por apuñalar a Edward Shumaker. Al parecer el ataque se dio en medio de una crisis de celos cuando Bennett vio a Shumaker hablando en un bar con su esposa. Fue arrestado por las autoridades tras una persecuención casi cinematográfica y luego fue condenado por intento de homicidio, según el Post. Fue sentenciado a diez años de prisión, aunque se presume que salió antes de cumplir ese tiempo. Aunque la víctima no murió, tuvo que pasar en silla de ruedas durante 19 años. Luego sufrió un derrame cerebral en 2005 y murió dos años después.

La familia de Shumaker, al conocer la noticia del trasplante realizado en Baltimore, decidió hablar y manifestar su dolor por haber sido Bennett el escogido para ese hito. Según ellos, el corazón debería haber ido a un “destinatario merecedor”.

David Bennet tiene 57 años y vive en Maryland. Saltó a la fama el fin de semana pasado cuando los médicos de la Universidad de Maryland lograron un hito en la ciencia que fue trasplantar por primera vez el corazón de un animal en el cuerpo de un ser humano. Se trata de un evento comparable con la llegada del hombre a la Luna porque abre la posibilidad de que en el futuro muchas personas que tienen fallas en sus órganos no tengan que morir esperando por un repuesto de donante humano.

Cirujanos trasplantaron el corazón de un cerdo modificado genéticamente al de un hombre, en Estados Unidos.
Cirujanos trasplantaron el corazón de un cerdo modificado genéticamente al de un hombre, en Estados Unidos. | Foto: Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland

Aunque la cirugía podría haber sido un fracaso, como ha sucedido muchas veces en el pasado, el órgano del animal fue aceptado por el cuerpo de Bennet. Claro está que para disminuir esos chances de rechazo inmunológico los investigadores previamente habían preparado el órgano. Para ello, silenciaron diez genes del animal e incluyeron genes humanos. Hoy el paciente ya no tiene una máquina de soporte que se le conectó por si acaso había rechazo, y a pesar de eso está viviendo bien con su corazón, por lo que la cirugía se considera todo un éxito. Aun así, el cuerpo podría rechazar el órgano en cualquier momento, pero los médicos que practicaron la cirugía dicen que las primeras horas eran las más críticas.

La noticia, que era todo un evento de la ciencia, ha sido manchada por las declaraciones de Leslie Shumaker Downey, la hermana mayor de la víctima de Bennet, quien dice que su hermano sufrió mucho como consecuencia de las puñaladas que le dio Bennet. “La devastación y el trauma duraron años y la familia entera tuvo que lidiar con ese problema”, dijo. Agregó que después de pagar una condena por cinco años Bennett siguió con su vida y “ahora recibe una segunda oportunidad con este nuevo corazón, pero yo hubiera preferido que ese trasplante hubiera sido para otro receptor”, agregó.

Muchos creen que esta nueva arista que le sale a la historia del trasplante podría reavivar el debate sobre las cuestiones éticas alrededor de quién recibe un procedimiento como este. Se sabe que miles de personas en el mundo esperan por un órgano de trasplante y que docenas mueren al día porque no lo encuentran.