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Esta era la dieta que tenía la reina Isabel II

Luego de su fallecimiento se conocen nuevos detalles de su vida.

13 de septiembre de 2022
Isabel II
La reina Isabel II de Gran Bretaña falleció a sus 96 años (Foto AP/Christopher Furlong, archivo) | Foto: AP

Luego del histórico fallecimiento de Elizabeth Alexandra Mary, mejor conocida como Isabel II, quien fue la monarca del Reino Unido desde 1952 hasta el pasado 8 de septiembre de 2022, han salido a la luz nuevos detalles sobre la vida de la reconocida mujer, que fue la más influyente de los últimos dos siglos.

Un Chef que trabajó en el Palacio de Buckingham por más de una década, reveló cuáles eran los gustos de la reina. De acuerdo con el experto en culinaria, la monarca iniciaba su día con una taza de té Earl Grey sin azúcar que acompañaba con una galleta. Sus desayunos eran normales, con fruta, huevos, a veces con trufas o salmón ahumado y casi siempre tostadas.

Sus nutricionistas si hacían que tuviera una dieta bastante restringida de arroz, pastas, papas o cualquier otro que tuviera almidón, es por ello que sin falta a la 1:00 p. m. era su hora de almuerzo en la que se deleitaba con los mejores pollos y pescados a la parrilla, con buenas cosechas de vegetales.

Sus onces eran un té acompañado de galletas de chocolate o un bizcocho de miel. Además, en ocasiones se le veía brindando o tomando licores, por lo que era claro que le gustaban mucho. Solía tomar ginebra y un licor llamado Dunnet antes de almorzar, antes de cenar se tomaba un martini, durante la comida bebía vino y antes de dormir una copa de Champán.

Reina Isabel. queen elizabeth
REUTERS/Luke MacGregor/File Photo | Foto: Reuters

Sumado a esto, su secretario privado, Colin Burguess agregó otros tragos a la lista, por ejemplo, después de cada almuerzo, la reina bebía una copa de oporto y de vez en cuando, para acompañar la comida, una copa de champán francés Veuve Clicquot.

Puntualmente, algunos de sus tragos favoritos eran el Bollinger, la champaña GH Mumm y Krug, el Amargo de Angostura, el Bacardi-Martini y el escocés de la casa Johnnie Walker. Cabe mencionar que después de la muerte de su esposo Felipe, varios médicos le recomendaron a la reina restringir estas bebidas solo para momentos especiales o por protocolo.

El mundo entero se estremeció tras la muerte de la reina Isabel II

De otro lado, vale decir que el mundo entero se paralizó al conocer que después de casi siete décadas su reinado había llegado a su fin, a sus 96 años de edad. La jefa de ese Estado y de 14 países de la Commonwealth, fue la soberana que más tiempo permaneció en el cargo, en los más de mil años en los que su familia hizo parte de la realeza británica.

“La reina ha muerto en paz en Balmoral esta tarde. El rey [Carlos de Inglaterra] y la reina Consorte [Camilla Parker-Bowles]” permanecieron en Balmoral y regresaron a Londres al siguiente día, según un comunicado de la página oficial del palacio.

Reina Isabel. queen elizabeth
REUTERS/Andrew Winning/File Photo | Foto: REUTERS

Ante el suceso quien tomó el trono fue su hijo, que hasta entonces era considerado el príncipe de Gales, y recibió el nombre de Carlos III; asimismo, quien heredará el trono, cuando él falte, será William, su hijo mayor y quien está casado con Kate Middleton.

El féretro de la reina es de roble inglés, una especie rara en estos tiempos, y forrado de plomo, que aumenta de manera considerable el peso, pero preserva mejor el cadáver, el ataúd de Isabel II quedará en un catafalco, sobre una losa de mármol, en la cripta bajo la Capilla Real de San Jorge adyacente al castillo de Windsor, junto a su esposo, el príncipe de Edimburgo, fallecido en abril de 2021, según informó Salud Hernández Mora.

El diario británico The Guardian señala que nunca antes ningún acontecimiento había congregado tantos cientos de miles de escoceses. También fue un río interminable las personas que desfilaron ante el ataúd, con la corona de Escocia de oro macizo en la tapa, en la capilla ardiente del citado templo, tras superar algunas medidas de seguridad. No podían llevar flores, ni detenerse, ni hacer fotos. La cola para entrar se alargaba más de un kilómetro.