VIDA MODERNA
Esta es la esperanza de vida de una persona que no hace ejercicio
El riesgo de demencia también está presente, según un estudio.
Poco tiempo para el trabajo o el cuidado de los niños, la edad, el estudio u otras actividades en el tiempo libre suelen ser algunas respuestas cuando se plantean interrogantes sobre cuán frecuente es el ejercicio físico en la vida de una persona. Pese a que expertos han recalcado la importancia y beneficios que este supone a corto y largo plazo, no siempre está entre las prioridades.
El portal Medical Exercise destaca las malas posturas por tiempo excesivo, el permanecer mucho tiempo sentado y el aumento de padecimientos neurodegenerativos o cardiovasculares como parte de los efectos que pueden aparecer. A estas se suman dificultades a la hora de dormir y una debilidad en el sistema inmunitario como otras de las secuelas.
Para ciertas personas, llevar un estilo de vida con baja e incluso nula actividad física no es comparable con apelar a prácticas como el consumo de estupefacientes, el alcohol o el tabaco. No obstante, algunos expertos sugieren todo lo contrario, al menos en el caso de fumar, al fijar una comparación con las consecuencias para la salud.
¿Sedentarismo, igual que fumar?
“Sabemos que estar inactivo aumenta tus riesgos de desarrollar muchas enfermedades crónicas como las coronarias (relacionadas con el corazón), ataques cerebrales, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer”, explicó a la BBC I-Min Lee, académica de la Universidad de Harvard.
“Dado que es un factor de riesgo tan común en muchas de las enfermedades crónicas que sufrimos, en reglas generales, si eres físicamente inactivo tu riesgo de mortalidad prematura es probablemente comparable con la de fumar”, agregó la docente, quien hace más de una década dirigió un análisis justamente sobre el sedentarismo, y cuyos hallazgos fueron publicados por The Lancet.
En el estudio difundido en esa revista científica, I-Min Lee encontró que la diabetes tipo 2 y el cáncer de colon y mama están entre las enfermedades a las que lleva la inactividad física y que, por ende, disminuyen la esperanza de vida.
De hecho, según esa investigación, la inactividad genera el 9 % de mortalidad temprana, lo que equivaldría a poco más de los 5,3 millones de decesos entre los 57 millones que se reportaron globalmente en 2008.
Si las personas optaran por proponerse una condición de vida más saludable, podrían ayudar a evitar entre 533.000 y 1, 3 millones de fallecimientos anualmente (si el sedentarismo se disminuyera entre el 10 % y el 25 %). El estudio concluyó que la eliminación o descenso en la falta de ejercicio contribuiría notoriamente en la salud.
¿Aumenta el riesgo de demencia?
El portal Neurología recogió los resultados de otro análisis que vinculó el sedentarismo con la probabilidad de padecer demencia. Este incluyó a 3.741 participantes mayores de 60 años y sobre los que hubo monitoreo durante 10 años, lapso después del cual se determinó que 236 personas resultaron con esta y la mayoría desarrollaron Alzheimer.
La medición se hizo a partir de cinco grupos y de cuán frecuente o ausente estaba la actividad física en sus vidas. Al cotejar las observaciones, se determinó que la quinta parte del grupo escogido presentaba un 50 % más de riesgos de terminar con demencia que el restante.
Otro hallazgo fue el vínculo entre el tamaño del cerebro y el sedentarismo con el paso de los años, siendo menor el volumen cerebral en aquellos para los que el ejercicio pasaba a un segundo plano. Neurología detalló que, de acuerdo con los expertos, no necesariamente se requiere un alto nivel de actividad, pero los cambios se notan cuando se lleva a cabo.