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Esta es la forma correcta de comer espinacas para cuidar el cerebro, regular la presión arterial y prevenir el cáncer
Este vegetal es rico en vitaminas A, C y E, además de tener propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Incluir verduras en la alimentación diaria es determinante para garantizar una buena salud del organismo, pues al igual que las frutas, aportan vitaminas, minerales, fibras y muchos otros nutrientes. Una de las muchas opciones para hacer parte de la dieta es la espinaca.
El consumo de esta verdura ayuda a controlar el azúcar en la sangre en personas con diabetes, reducir el riesgo de desarrollar cáncer y mejorar la salud ósea, entre muchos otros beneficios, según información del portal Medical News Today.
El poder nutritivo de este vegetal radica en su alto contenido en vitaminas y minerales. Información del portal Cuerpo Mente indica que 100 gramos de esta verdura aportan dos tercios de las necesidades diarias de vitamina A, casi la totalidad del ácido fólico, la mitad de la vitamina C y la cuarta parte del magnesio y el hierro que una persona requiere.
Al ser fuente de este último mineral, la espinaca ayuda a prevenir el desarrollo de la anemia, ya que aporta 2,71 miligramos de hierro por cada 100 gramos, proporción que supera a la de la carne, asegura el mencionado sitio web. Aunque el hierro de origen vegetal se absorbe con mayor dificultad que el proveniente de productos animales, la vitamina C, procedente tanto de la propia espinaca como de otros alimentos, favorece su asimilación.
Protege el cerebro
La nutricionista Eliana Delgado Villanueva, en una publicación de la revista Mejor con Salud, asegura que este vegetal tiene varios componentes como el potasio, folato y algunos antioxidantes que proporcionan beneficios neurológicos a las personas que la consumen regularmente.
“Según la neurología, el folato reduce la aparición de la enfermedad de Alzheimer, por lo que la espinaca es una muy buena opción para las personas que están en alto riesgo de deterioro neuronal o cognitivo”, precisa la especialista.
De otra parte, además del potasio, este alimento es fuente de nitratos, sustancias que ayudan a aumentar el relajamiento de los vasos sanguíneos, permitiendo que la sangre circule con más facilidad, ayudando a disminuir la presión arterial, lo cual puede ser muy útil en los casos de hipertensión, precisa el portal de salud Tua Saúde.
“Además, el magnesio presente en la espinaca, actúa como un bloqueador natural de los canales de calcio, inhibiendo la liberación de un neurotransmisor, la norepinefrina, responsable de aumentar la presión arterial, por lo que también contribuye a la reducción de la presión sanguínea”, explica.
Contra el cáncer
De acuerdo con Delgado Villanueva, componentes de la espinaca como el folato, el tocoferol y la clorofilina, actúan a través de diferentes mecanismos que resultan beneficiosos contra el cáncer.
En este sentido, Tua Saúde indica que hay estudios realizados en laboratorio usando células de cáncer de cuello uterino, que demostraron que los glucolípidos de la espinaca pueden destruir o, por lo menos, ayudar a disminuir la multiplicación de células cancerígenas.
Además, los polifenoles presentes en este vegetal, como la luteína y el kaempferol, poseen una potente acción antioxidante, por lo que ayudarían a inhibir el crecimiento de células del cáncer de mama, esófago, próstata e hígado. Sin embargo, se requiere de mayor investigación que corrobore estos hallazgos.
¿Cómo consumirla?
La nutricionista Delgado Villanueva -en su publicación- indica que consumir las espinacas crudas puede ser una buena forma de proteger su alto contenido en vitamina C. De igual forma, al comerla sin cocción aporta menos calorías que aquella que se cocina. De igual forma, parece retener mejor los folatos, que se pierden al ponerlas al fuego.
Lo ideal, según los expertos, es que para potenciar los aportes saludables de la espinaca, se incorpore a una dieta equilibrada y la práctica regular de actividad física. Sin embargo, es importante tener claro que este alimento no es conveniente para personas propensas a los cálculos renales, gota o artritis, ya que los oxalatos que contiene pueden favorecer estas afecciones.