Vida Moderna
Esta es la manera de preparar el arroz para no engordar
El arroz blanco contiene 240 calorías por taza, que, sumado a su incidencia en la gastronomía, lo convierte en la quinta parte del consumo calórico del mundo.
El arroz es la semilla de la planta ‘Oryza sativa’, conocida como arroz o arroz asiático. A nivel mundial, este es el segundo cereal de importancia para la alimentación humana, después del maíz.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, media taza de arroz integral cocido contiene 108 calorías, 22 gramos de carbohidratos, 1.8 gr de fibra, 2.5 gr de proteínas y 1 gr de grasas totales. La misma porción de arroz blanco posee 103 calorías, 22 gr de carbohidratos, 0.3 gr de fibra, 2 gr de proteínas y ninguna grasa.
¿Cómo debe preparse?
Los ingredientes que se utilizan en la preparación de arroz pueden añadirle calorías no deseadas, por ejemplo, la mantequilla, margarina o aceite vegetal. Si a la persona le preocupa el aumento de peso, puede optar por cocer el arroz sin grasas añadidas y seguir este consejo para disfrutar de sus bondades.
La mejor manera de preparar el arroz con menos calorías es cocinarlo de forma normal, pero cuando el agua está hirviendo, antes de añadirlo, se agrega aceite de coco (3% del peso del arroz que vas a cocinar). Una vez que está listo, se deja enfriar y se refrigera por 12 horas antes de comerlo.
Tendencias
¿Por qué engorda menos el arroz refrigerado?
La clave es el tipo de almidón que se consume. Actualmente, existen dos clases: el digerible, que se procesa rápidamente en el estómago, se transforma en glucosa y acaba convirtiéndose en grasa, y el resistente, que tarda más en digerirse, no se convierte del todo en glucosa y aporta menos calorías.
Según investigadores y nutricionistas, el aceite de coco interactúa con el almidón del arroz y cambia su estructura, mientras que el posterior proceso de refrigeración ayuda a la transformación del almidón. El resultado es un plato sabroso y más sano, aunque este se vuelva a calentar.
Amigo del estómago
El arroz es un alimento fácil de digerir, rico en carbohidratos complejos, con bajo contenido de grasas y posee una gran variedad de vitaminas y minerales. Consumirlo puede ser útil para controlar síntomas de la diarrea, ya que su alta cantidad de almidón y vitaminas B contribuyen a reducir la cantidad de líquido perdido, restaurar la flora intestinal y agregar volumen de las heces.
Alimento libre de grasas
Por ser de origen vegetal, el arroz no posee grasas saturadas, lo que lo convierte en un alimento excelente para la salud del corazón, siempre y cuando no se le añada grasa al cocinarlo. Además, su alto contenido en fibra permite arrastrar el exceso de colesterol que se encuentra en el intestino, impidiendo que se absorba y pase al torrente sanguíneo para ser metabolizado de manera adecuada en el hígado.
Actúa cono un antihipertensivo
Su bajo contenido en sodio y riqueza en potasio hacen del arroz un alimento recomendable para las personas que tienen problemas con los niveles de presión arterial. El potasio es un mineral que se necesita para que el cuerpo funcione apropiadamente, ayuda a eliminar el sodio y protege a las células que cubren las paredes de los vasos sanguíneos.
Ayuda a controlar el peso
El almidón resistente, al ser difícilmente digerible, contiene la mitad de las calorías que el almidón normal y aumenta la saciedad, por lo que es una buena opción para reducir la ingesta calórica sin pasar hambre. Además, son carbohidratos saludables que estimulan el metabolismo e incrementan la oxidación de los lípidos, es decir, queman más grasa como energía.
¿Cuál es la porción recomendada?
El arroz está en el grupo de los alimentos de grano que proporcionan carbohidratos complejos, fibra dietética y una gran variedad de vitaminas y minerales. Por eso, el Departamento de Agricultura de Estado Unidos recomienda a las mujeres consumir entre cinco y seis onzas (o entre 140 y 170 gramos) y a los hombres entre seis y ocho (170 y 220 gramos).
Conviene destacar que, el arroz es el cereal con mayor incidencia en la gastronomía mundial, superando las fronteras culturales. Esto queda demostrado, por ejemplo, con su amplia incidencia en gastronomías como la asiática o la hispana.