Vida Moderna
Esta legumbre ayuda a prevenir el cáncer digestivo y previene el envejecimiento
Las legumbres tienen un alto contenido de proteínas, que en muchos lugares sustituyen la carne y los lácteos debido a las dificultades para acceder a estos.
Las legumbres son una fuente importante de proteínas que deben ser incluidas en la dieta saludable que se debe seguir, especialmente, para mantener una buena salud.
En muchas ocasiones estos productos, que además, tienen un alto contenido de proteínas, que en muchos lugares sustituyen la carne y los lácteos debido a las dificultades para acceder a estos.
Dentro de sus propiedades se ha determinado que son bajas en grasa y ricas en fibra, con lo cual ayudan a reducir el colesterol y al control del azúcar en la sangre, con lo cual es importante frente a la obesidad.
Incluso, algunas organizaciones de la salud aconsejan su consumo para hacer frente a las enfermedades no transmisibles, como la diabetes y las enfermedades cardíacas, de acuerdo con el portal de Naciones Unidas.
Tendencias
Entre las legumbres se encuentran los frijoles, las lentejas y los garbanzos, que se caracterizan, además por la presencia de vitaminas del grupo B, hierro, ácido fólico, calcio, potasio, fósforo y zinc.
El portal MedlinePlus, al destacar la riqueza de del frijol señaló que ayuda a una persona a tener deposiciones regulares. “Una taza (240 ml) de frijoles negros cocinados le proporcionará 15 gramos (g) de fibra, que es aproximadamente más de la mitad de la cantidad diaria recomendada para los adultos”, señaló.
Los carbohidratos proporcionan energía constante para el cuerpo, el cerebro y el sistema nervioso y tiene una gran capacidad de antioxidantes que contribuyen a prevenir el daño celular y a combatir enfermedades y el envejecimiento.
Igualmente, por la presencia de fibra y otros nutrientes benefician el aparato digestivo e incluso estudios han determinado que podrían ayudar prevenir los cánceres digestivos.
Preparación
El frijol, al igual que las demás legumbres se pueden añadir a cualquier comida, desde el desayuno, el almuerzo o la cena. Una vez cocinadas se pueden comer calientes o frías.
Para su preparación es necesario enjuagarlos en agua fría, sacar cualquier guijarro o tallo, cubrirlos con tres veces su cantidad en agua y remojar durante 6 horas.
También es posible hervir los frijoles, posteriormente retirar la olla del fogón y dejarlos remojar durante dos horas. Igualmente, se recomienda dejarlos remojando durante la noche o después de hervir, ya que esto disminuye la probabilidad de que produzcan gases. Frente a eso último, la recomendación es, además, utilizar frijoles enlatados y escurrirlos enjuagarlos.
Para cocinarlos se debe escurrir y agregar agua fresca. Generalmente, se cocinan de acuerdo con las instrucciones del empaque.
En el mercado también se encuentra este producto cocinados o enlatados. En estos casos se pueden agregar a salsas, sopas, ensaladas, tacos, burritos, chiles o platos de pasta o incluirlos como guarnición en el desayuno, el almuerzo o la cena.
Igualmente, se pueden macerar para utilizarlo en salsas o para macerarlos para salsas para untar. Igualmente, se puede usar como harina para hornear.
Los expertos aconsejan que las personas que no comen normalmente frijoles añadirlos a su dieta, agregarlos gradualmente a la misma, con lo cual ayudará a que el cuerpo se acostumbre a la fibra adicional. Otra recomendación es masticarlos bien.
Para prepararlos se deben tener a la mano dos latas de frijoles negros bajos en sodio (15 oz.), o 425 g, media cebolla mediana, dos dientes de ajo, dos cucharadas (30 ml) de aceite vegetal, media cucharadita (2.5 ml) de comino (molido), media cucharadita (2.5 ml) de sal y un cuarto de cucharadita (1.2 ml) de orégano (fresco o seco).
Se debe escurrir cuidadosamente el líquido de una lata de frijoles, verterlos en un recipiente. Utilizar machacador de papas para macerarlos hasta que ya no estén enteros.
Adicionalmente, se debe picar la cebolla en trozos de un cuarto de pulgada. Pelar los dientes de ajo y picarlos finamente.
En una cacerola mediana, se pone a calentar el aceite de cocina sobre fuego medio alto, agregar las cebollas y saltee durante 1 a 2 minutos. Luego agregar el ajo y el comino y cocine durante 30 segundos más.
Los dos pasos finales son: agregar los frijoles macerados y la segunda lata de frijoles negros, incluyendo el jugo. Cuando estos comiencen a hervir, reducir el calor en bajo, agregar la sal y el orégano y cocinar a fuego lento por 10 minutos, destapado.