CORONAVIRUS

Estados Unidos tendría la aprobación de la vacuna de Moderna contra el coronavirus

Los científicos de la FDA comprobaron que las inyecciones fueron 94 por ciento efectivas en un ensayo clínico y no conllevaban problemas de seguridad graves.

15 de diciembre de 2020
El pasado 16 de noviembre la empresa Moderna anunció que su vacuna experimental de covid-19 tiene una efectividad de 94,5 %.
Estados Unidos tendría la aprobación de la vacuna Moderna contra el coronavirus | Foto: NurPhoto via Getty Images

Luego del visto bueno de la Administración de Alimentos y Medicamentos en Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) a la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer-BioNTech, este martes se conoció que el organismo también aprobaría la vacuna de Moderna, por lo que antes de finalizar el año ese país podría contar con dos vacunas de distintas farmacéuticas.

Los científicos comprobaron que las inyecciones fueron 94 por ciento efectivas en un ensayo clínico y no conllevaban problemas de seguridad graves.

La FDA se mostró optimista sobre la vacuna, afirmando que no mostraba “problemas de seguridad específicos” que “impidan la emisión” de una autorización de uso de emergencia. La agencia confirmó asimismo que el tratamiento tiene una eficacia del 94,1%.

Vale mencionar que a diferencia de la vacuna Pfizer, la inyección Moderna no requiere almacenamiento ultrafrío durante el envío.

Primera vacuna en EE.UU.

La vacunación masiva contra el coronavirus en estados Unidos inició este lunes en la mañana, en un histórico evento que promete ser el primer paso para erradicar la pandemia.

La primera persona en recibir una de las dosis de la vacuna fabricada por Pfizer fue una trabajadora de la salud. Se trata de Sandra Lindsay, quien trabaja como enfermera de cuidados críticos en el hospital Long Island Jewish Medical Center en el distrito de Queens, en Nueva York.

El gobernador de ese estado, Andrew Cuomo, organizó una transmisión en vivo para compartir con el mundo el histórico momento.

La primera vacuna fue administrada. ¡Felicitaciones, Estados Unidos! ¡Felicidades a todo el mundo!”, celebró el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump.

Tras recibir la inyección, Lindsay dijo que estaba esperanzada y aliviada. “Siento que la cura se acerca. Espero que esto marque el principio del fin de un momento muy doloroso en nuestro país. Quiero infundir confianza pública en que la vacuna es segura. Estamos en una pandemia y por eso todos tenemos que hacer nuestra parte para ponerle fin, no rendirnos tan pronto”, señaló.

La enfermera también aprovechó para invitar a quienes la escuchaban a someterse a la vacuna, pues con este logro “hay luz al final del túnel”, aunque recordó que aún se debe seguir usando tapabocas y mantener la distancia social.

Tipos de vacunas

  • Vacunas vivas atenuadas. Son suspensiones de virus vivos que producen una infección real e inducen una respuesta duradera y eficaz. Como los virus se debilitan previamente, la infección se presenta en versión light. Se trata de vacunas perfectas para adultos (porque son baratas y monodosis). Sin embargo, pueden resultar peligrosas para inmunodeprimidos (incluyendo mayores y personas con patologías graves), a los que les pueden desencadenar la infección en todo su esplendor. Como este virus es nuevo y, hoy por hoy, no existe un medicamento definitivo contra él, no podemos correr riesgos. Por eso, de este tipo de vacunas (donde se sitúan las del sarampión o la rubéola) no hay ensayos para el SARS-CoV-2.
  • Vacunas inactivadas. Similares a las anteriores pero con virus muertos, por lo que minimizamos riesgos (al no poderse reproducir). Como contrapartida, la inmunidad generada es menor y dura menos tiempo. Por eso, cuando nos vacunamos de la rabia o la hepatitis A, necesitamos “dosis de refuerzo”. Una modalidad más segura aún, las llamadas Subunidades, recombinantes, polisacáridas y combinadas, no trabajan con virus completos, sino con “trocitos” inactivados de virus con capacidad antigénica fuerte. Son las que nos inmunizan contra la hepatitis B o el papilomavirus. Como nuestro sistema inmune confunde esos trozos con virus completos, desarrolla una respuesta fuerte. Con todo, al igual que en el caso anterior, se requieren dosis de refuerzo. Vacunas inactivadas son las chinas de coronavac (Sinovac) y Sinopharm, que presentan la ventaja de poderse mantener y transportar en frigoríficos convencionales.
  • Toxoides. Cuando lo que causa la enfermedad no es el microorganismo, sino la toxina que este produce, la vacuna se crea desactivando la toxina y logrando inmunidad contra ella (no contra el microorganismo). Esto ocurre solo con algunas bacterias, como las responsables del tétanos o la difteria. Como el SARS-CoV-2 es un virus y no genera toxinas, no hay ensayos de vacunas de este tipo.
  • Vector recombinante. Este tipo de vacuna supone un sustancial avance de la ingeniería biológica. Consiste en inocular un virus bueno, al que se le llama vector. El vector lleva en su interior, en vez de su ARN original, uno modificado para sintetizar proteínas del virus malo. Cuando el virus entra en nuestro interior, no nos causa enfermedad (porque es bueno) pero induce la inmunidad contra el virus malo (porque expresa sus proteínas). Así fue como se erradicó la viruela de nuestro planeta en 1980 (uno de los grandes logros biomédicos de la ciencia). De este tipo, en su modalidad no replicante, son las vacunas AZD1122 (Universidad de Oxford/AstraZeneca), la china CanSinoBIO de Petrovax, la británica Ad26.COV2.S de Johnson & Johnson y la rusa Gam-COVID-Vac o Sputnik V, con la que se empezará a vacunar a la población rusa de forma inminente). De nuevo, se necesitan dos dosis.
  • Vacuna de ADN. Consiste en la inyección directa de ADN a través de un plásmido o un vector de expresión. Este ADN codifica una proteína antigénica de interés, que inducirá la activación del sistema inmune. Como nuestro virus tiene ARN (y no ADN), no se están ensayando vacunas de esta tipología.
  • Vacuna de ARN mensajero (ARNm). Se trata del último grito en vacuna biotecnológica. No inoculamos el antígeno para desencadenar la respuesta inmunitaria. En lugar de eso, esclavizamos células vivas en laboratorio, hacemos que produzcan la mayor parte de la respuesta inmune por nosotros (como si fueran nuestros linfocitos B) y pinchamos directamente millones de ARNm (el molde de fabricación de los anticuerpos). Pero… ¡Oh, problema! Tenemos enzimas ARNasas que los destruirán. Es más, las tenemos, además de en nuestro medio interno, en la piel o en el propio aliento, con lo cual el riesgo de destruir el ARNm antes de que cumpla su papel es altísimo. Para evitarlo, se construye una envoltura lipídica protectora y se hace un lacasito, donde el chocolate son millones de moléculas del preciado ARNm. Es una tecnología compleja que ha supuesto una fortísima inversión en investigación, por eso estas vacunas son las más caras.

Es importante decir que as vacunas mRNA-1273 de Moderna (norteamericana) y BNT162b2, de la norteamericana Pfizer y la alemana BioNtech, se basan en esta ingeniosísima idea. Como la envoltura del lacasito es muy lábil, necesitará mucho frío para su conservación y transporte (-20ºC y -80º, respectivamente). Este pequeño inconveniente nos garantiza una inmunización segura, eficaz (95%) y muy rápida. Boris Johnson acaba de anunciar el inicio de la vacunación masiva de la población británica con viales de Pfizer.

*Con información de AFP