SALUD
Estas son las consecuencias que tiene para la salud sentirse culpable por comer
Los sentimientos de culpa después de comer pueden aparecer en niños, adolescentes y adultos.
Los sentimientos de culpa después de comer conforman, en muchos casos, las bases de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), que puede ocasionar serios inconvenientes de salud.
Si bien es cierto que la mayoría de las personas experimentan este sentimiento en algún momento de la vida, cuando se vuelve recurrente, termina afectando al organismo y la mente. Esto ocurre porque en muchas oportunidades, las personas en cambio de comer para nutrirse, lo hacen para satisfacer sus emociones y es posible que la alimentación se transforme en un comportamiento compulsivo.
Esto sucede porque los sentimientos y la comida suelen ir de la mano. Pasa casi sin que las personas se den cuenta, pero las sensaciones negativas que rondan la alimentación pueden llevar a las consecuencias de sentirse culpable por comer.
Los sentimientos de culpa después de comer pueden aparecer en niños, adolescentes y adultos. El portal La Mente es Maravillosa indica que es importante tener claro que la alimentación no es solo un acto de supervivencia y un comportamiento con fines nutricionales, sino que para el ser humano comer es, en muchos casos, una conducta social en la que se integran aspectos culturales, educativos y hasta mediáticos.
Tendencias
Así como en la vida diaria las personas sienten culpa por algunas cuestiones de su entorno personal, en el ámbito alimenticio también pueden experimentarla. Las causas más usuales son por comer demasiado o por comer determinado plato y luego sentirse mal por pensar que se va a aumentar de peso, indica el portal Mejor con Salud.
Las consecuencias de sentirse culpable por comer existen y van más allá de un simple pensamiento en torno a la posibilidad de engordar, es una situación que puede derivar en temas psicológicos complejos. Estos son algunos.
Bulimia
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos precisa que la bulimia es un trastorno alimentario por el cual una persona tiene episodios regulares de comer una gran cantidad de alimento (atracones) durante los cuales siente una pérdida de control sobre la comida. Luego, dado el sentimiento de culpa, utiliza diversas formas, tales como vomitar o consumir laxantes (purgarse), para evitar el aumento de peso.
Este trastorno puede desencadenar complicaciones como deshidratación, caries dental severa, ansiedad y depresión, ausencia de periodos menstruales, abuso de drogas y problemas cardíacos y digestivos, entre otros.
Trastorno por atracón
Se trata de un trastorno en el que una persona come una cantidad de comida mucho mayor de lo normal. Estas personas ingieren alimento de manera excesiva con la sensación de que se pierde el control y se sienten avergonzadas por hacerlo y prometen que van a dejar de hacerlo. No obstante, sienten una compulsión tan fuerte que no pueden resistir la necesidad y continúan comiendo en exceso, precisa el instituto Mayo Clinic.
Anorexia
Esta es una afección psicológica caracterizada por el deseo de mantener el peso corporal lo más bajo posible. Es un trastorno de salud mental generado por el miedo a aumentar de peso, por control sobre la dieta y la práctica compulsiva de ejercicio, asegura el portal Top Doctors, de España.
Las complicaciones y las alteraciones físicas de esta condición son varias y a distintos niveles: arritmia, hipertensión, desnutrición, pérdida del cabello, falta de atención y concentración y alteraciones en la percepción de hambre y de saciedad.
Para hacerles frente a estas problemáticas alimenticias es necesario recurrir a la ayuda de profesionales en psicología que trabajen para que el paciente entienda su cuerpo y tenga claro que ninguna comida es mala si se come con moderación y en los momentos indicados.
Otra medida que puede tomarse para afrontar el sentirse culpable por comer es aprender a identificar el hambre fisiológica para ignorar el hambre emocional. La primera es la necesidad del organismo de obtener nutrientes, por lo que en ese momento se desencadenan una serie de señales que hacen saber que es hora de comer. La segunda es la que da señales desde la mente. No lo hace por falta de alimento, sino que se orienta a una comida específica.