Vida Moderna
Estas son las frutas que pueden consumir las personas que sufren de diabetes
Las frutas se caracterizan por aportar un alto contenido de vitaminas y minerales.
La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que existen varios tipos de diabetes: la diabetes sacarina de tipo 2 que se debe a que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce; mientras que la diabetes sacarina de tipo 1 se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.
Así las cosas, las personas que padecen la enfermedad deben respetar un plan de comidas que puede ayudar a controlar la diabetes y el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos reveló cuáles son las frutas que pueden consumir las personas que sufren de diabetes:
- Naranjas: tiene vitamina C, folatos, ácidos orgánicos, flavonoides y carotenoides, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
- Melones: Aporta nutrientes como el calcio y el potasio y vitamina C.
- Fresas: Tienen Vitamina C, antocianinas y ácidos orgánicos.
- Manzanas: Es un alimento rico en vitamina C, E y A, al igual que en potasio y fósforo, entre otros.
- Bananos: Es rica en carbohidratos, fibras, potasio y magnesio, así como de vitaminas del complejo B y C.
- Uvas: Tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y cardioprotectoras.
De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
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Por su parte, existen otros hábitos que ayudan a controlar la enfermedad o a prevenirla como, por ejemplo:
- Beber agua. El líquido ayuda con la eliminación de desechos. No obstante, el consumo diario de agua es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita aproximadamente nueve.
- Realizar actividad física. Las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
- Controlar los niveles de azúcar: De acuerdo con el Grupo Sanitas de España, lo recomendable es que la glucemia se mida al levantarse por la mañana y antes del desayuno, y se considera normal si los niveles de glucosa se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos de 140 mg/dl dos horas después de cada comida.
- Conseguir y mantener un peso corporal saludable: El Ministerio de Salud en su página web explicó que se considera un peso saludable aquel que permite que la persona se mantenga en un buen estado de salud y calidad de vida. También se entiende como los valores de peso, dentro de los cuales, no existe riesgo para la salud de la persona.
- Dejar de fumar: Si una persona tiene diabetes y fuma, las probabilidades de tener problemas de salud graves a causa de la diabetes son mayores y estos problemas incluyen:
- Enfermedad cardíaca.
- Enfermedad de los riñones.
- Mala circulación sanguínea en las piernas y los pies que puede causar infecciones, llagas y su posible amputación (operación para cortar una parte del cuerpo, como los pies o los dedos de los pies).
- Retinopatía (una enfermedad de los ojos que puede causar ceguera).
- Neuropatía periférica (daño en los nervios de las piernas y los brazos que causa adormecimiento, dolor, debilidad y mala coordinación).