Una persona engañada puede sentir que lo ocurrido es un fracaso personal, que es su responsabilidad y piensa en el que dirán de los demás. (Foto: Thinkstock) | Foto: RevistaFucsia.com

Psicología

Estas son las principales secuelas que deja una infidelidad

Cerca del 30 % de la población admite haber sido infiel a su pareja.

11 de junio de 2022

Por lo general, en las relaciones sentimentales siempre existen acuerdos tácitos y explícitos, de exclusividad. Y es aquí en donde la confianza juega un rol fundamental, pues es el compromiso en el que el compañero sentimental acepta cuidar y proteger los sentimientos del otro. Sin embargo, cuando se rompe este principio básico por un engaño, el dolor causado puede ocasionar muchas heridas emocionales hacia la persona que fue lastimada.

De acuerdo con la revista Mejor con Salud, desafortunadamente la infidelidad es una realidad mucho más presente de lo que se piensa. Cerca del 30 % de la población admite haberle sido infiel a su pareja y con la llegada de las nuevas tecnologías, la cifra ha incrementado mucho más.

Cabe mencionar que para algunas personas, el engaño únicamente está presente si se tiene sexo con una persona diferente al compañero; para otros, la intimidad emocional o el intercambio de mensajes por internet ya representa un engaño. De este modo, sentirse traicionado desencadena una serie de procesos dolorosos a nivel psicológico que se deben afrontar para volver a recuperar el amor propio, por lo que Cuerpo y Mente revela los principales:

  • Autodevaluación: Por lo general, la primera reacción de una persona que fue víctima de una infidelidad es el cuestionamiento hacia sí mismo. Se llega a cuestionar lo que se hizo mal, si no era suficiente, lo que le hacía falta para llenar las expectativas de su compañero y el porqué es mejor otra persona. Todos estos cuestionamientos atentan directamente contra el propio valor y dañan profundamente la autoestima. La persona comienza a desvalorizarse, a sentirse inferior e inadecuada y esto puede repercutir en todas las áreas de su vida.
  • Culpa y venganza: Una persona engañada puede sentir que lo ocurrido es un fracaso personal, que es su responsabilidad y piensa en el que dirán de los demás. Este tipo de pensamientos tienden a llevar al aislamiento social y la represión de las emociones. Y cuando una situación de este perfil se maneja en silencio, se tienen a incrementar el malestar psicológico e incluso incluir una venganza en su actuar.
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Cerca del 30% de la población admite haber sido infiel a su pareja. | Foto: Getty Images/iStockphoto
  • Pérdida de confianza: Esta es una de las consecuencias más latentes en una infidelidad, ya que la seguridad que se construyó con la pareja se derrumbó por completo, por lo que la víctima se ve sumida a un mundo lleno de incertidumbre. De este modo, todas las certezas y verdades que hacían sólida la relación se vuelven irrelevantes y el impacto emocional causado por el engaño puede llevar a la víctima a volverse recelosa y suspicaz, y a mostrarse descreída en futuros vínculos.
  • Ira, rencor y resentimiento: estas emociones son las que más se presentan cuando hay un caso de infidelidad, especialmente al inicio. Si no se gestiona adecuadamente, estas heridas pueden llegar a quedar enquistadas y limitar el futuro de la persona. Además, tener odio y rencor aleja a la víctima de la recuperación y la búsqueda de la felicidad.
  • Ansiedad y depresión: Muchas personas que fueron víctimas de infidelidad suelen experimentar elevados niveles de ansiedad por la incertidumbre en la que se ven sumidos y pueden desarrollar un cuadro depresivo que lleve incluso a la ideación suicida.

Cabe resaltar que las consecuencias de una infidelidad no solo impactan a la víctima, sino también al victimario. Este puede llegar a experimentar grandes dosis de culpa, vergüenza y remordimiento que los hacen sufrir enormemente.

A su vez, si en la relación hay hijos de por medio, ellos también tienden en gran medida a verse afectados por lo ocurrido. Ellos por lo general se sienten también traicionados, engañados y muchas veces pueden convertirse en personas infieles o, por el contrario, desconfiar de todo mundo.