Vida Moderna

Alzheimer: el grupo sanguíneo que tiene más posibilidad de sufrirlo

Para saber qué tipo de sangre se tiene, es necesario un examen, que se denomina tipificación ABO.

Redacción Vida Moderna
23 de diciembre de 2023
Existen diversos tipos de cáncer en la sangre.
Existen diversos tipos de cáncer en la sangre: tipo A, B, AB, O. | Foto: Getty Images

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo las tareas más sencillas, de acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento que hace parte de Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).

Así las cosas, las personas con enfermedad de Alzheimer pueden exhibir las siguientes conductas:

  • Repetir afirmaciones y preguntas una y otra vez.
  • Olvidarse de conversaciones, citas o eventos, y no recordarlos después.
  • Colocar sistemáticamente objetos personales en el lugar equivocado, a menudo en lugares absurdos.
  • Perderse en sitios que ya conocen.
  • Olvidarse de los nombres de familiares y objetos de uso cotidiano.
  • Tener problemas para identificar objetos con las palabras correctas, expresar pensamientos o participar en conversaciones.

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que los factores de riesgo incluyen:

  • Edad: la edad avanzada es el factor de riesgo que más incide en la enfermedad de Alzheimer.
  • Antecedentes familiares y genética: el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer es un poco más alto si un familiar de primer grado (padre o hermano) tiene la enfermedad.
  • Síndrome de Down: muchas personas con síndrome de Down desarrollan la enfermedad de Alzheimer. Esto probablemente está relacionado con tener tres copias del cromosoma 21 y posteriormente tres copias del gen para la proteína que conduce a la creación de beta-amiloide.
  • Sexo: parece haber poca diferencia en el riesgo entre hombres y mujeres, pero, en general, hay más mujeres que padecen la enfermedad, ya que suelen vivir más que los hombres.
  • Deterioro cognitivo leve: el deterioro cognitivo leve es un estadio que afecta la memoria u otras habilidades de pensamiento en mayor medida que lo normal para la edad de una persona, pero que no impide que quien lo padece se desenvuelva en entornos sociales o laborales.
  • Traumatismo craneal: las personas que han sufrido un traumatismo craneal grave corren más riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
  • Contaminación del aire: según los estudios hechos en animales, las partículas de la contaminación del aire pueden acelerar la degeneración del sistema nervioso. Y, según los estudios en humanos, la exposición a la contaminación del aire, particularmente por los gases de escape del tráfico y la quema de madera, se asocia con un mayor riesgo de demencia.
  • Consumo excesivo de alcohol: se sabe desde hace tiempo que el consumo de grandes cantidades de alcohol provoca cambios en el cerebro.
  • Patrones de sueño deficientes: según las investigaciones, los patrones de sueño deficientes, como la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, están asociados a un mayor riesgo de presentar la enfermedad de Alzheimer.

Asimismo, una investigación del Colegio de Medicina de la Universidad de Vermont en Burlington (EE. UU.) que fue publicada en la revista Neurology y citada por la revista Muy Interesante, reveló que “las personas que tienen sangre tipo AB son un 82 % más propensas a desarrollar problemas de pérdida de memoria que pueden conducir a la demencia”.

“Nuestro estudio se centra en el tipo de sangre y el riesgo de deterioro cognitivo. El tipo de sangre también está relacionado con otras condiciones vasculares, tales como derrames cerebrales, por lo que los resultados destacan las conexiones entre cuestiones vasculares y la salud del cerebro”, afirma Mary Cushman, líder del estudio, según la revista.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.