Vida Moderna
Este es el hábito que evita la pérdida de memoria
Tomar agua es una de las recomendaciones para mantener la capacidad cognitiva.
La pérdida de la memoria no es exclusivo de las personas mayores, puede suceder por varios factores y se entiende como la incapacidad de recordar hechos nuevos o acceder a uno o a más recuerdos del pasado, incluso en algunos casos puede suceder que pasen ambos casos.
El problema es que esa situación puede afectar las actividades diarias, por eso es importante tener en cuenta si algún factor es el causante de esa situación y tomar las acciones de inmediato para evitar que se agudice.
Como señalamos anteriormente, el envejecimiento es un factor preponderante para que se presente algún grado de pérdida de la memoria, pero eso no significa que esta sea drástica, sino que puede obedecer a otros factores, por lo que es relevante consultar a un médico.
Un especialista podrá determinar si se trata de una situación que pueda derivar en mayores complicaciones, pero se deben conocer los orígenes, si esos olvidos llegaron de manera repentina o lenta.
Son muchas zonas del cerebro las que nos ayudan a crear y a recuperar recuerdos, un daño o problema en alguna de ellas puede originar una pérdida de la memoria, por eso se deben analizar las posibles causas.
Entre ellas se encuentran, tumor cerebral, tratamientos para el cáncer como radiación al cerebro, trasplante de médula ósea o quimioterapia, conmoción o traumatismo craneal, insuficiencia de oxígeno al cerebro cuando el corazón o la respiración se detienen durante demasiado tiempo e infección cerebral grave o infección alrededor del cerebro.
Así mismo, una cirugía mayor o una enfermedad grave, incluso cirugía de cerebro, amnesia global transitoria (pérdida súbita y temporal de la memoria) por una causa incierta, accidente isquémico transitorio (AIT) o accidente cardiovascular, hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro), esclerosis múltiple y demencia.
En relación con este último aspecto, la demencia. Los expertos han señalado que esta situación puede afectar el pensamiento, el lenguaje, la capacidad de discernimiento e incluso la conducta.
Entre ellas se encuentran la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular y la demencia por cuerpos de Lewy (que es un trastorno del cerebro que puede ocasionar alteraciones en el pensamiento, el movimiento, la conducta y el estado de ánimo. Las alucinaciones visuales, es decir, cuando se ven cosas que no están allí, son un síntoma frecuente y tienden a suceder desde el inicio).
En este grupo también se incluyen la demencia frontotemporal, la parálisis supranuclear progresiva, la hidrocefalia normotensiva y la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (que es un trastorno cerebral degenerativo que conduce a la demencia y la muerte).
Pero también existen otros problemas de salud mental que pueden convertirse en factores preponderantes para la pérdida de la memoria, entre los cuales se encuentran hechos relacionados con la ocurrencia de un evento traumático o una situación estresante delicada, el trastorno bipolar, la depresión o la esquizofrenia.
Pero los expertos también han añadido otras conductas que deben ser tenidas en cuenta y en las que están el consumo de alcohol, el uso de medicamentos sin receta médica o sustancias ilícitas, infecciones del cerebro tales como enfermedad de Lyme (Enfermedad bacteriana transmitida por las garrapatas, ocasionada por la bacteria Borrelia burgdorferi), sífilis o VIH/sida.
Así mismo, abuso de medicamentos tales, como los barbitúricos o los hipnóticos (clase de drogas psicoactivas cuya función principal es inducir el sueño y ser utilizadas en el tratamiento del insomnio o para la anestesia), TEC (terapia electroconvulsiva que puede derivar en una pérdida de memoria a corto plazo) y epilepsia (cuando no está bien controlada).
De la misma manera, Parkinson, enfermedad de Huntington (una enfermedad hereditaria que provoca el desgaste de algunas células nerviosas del cerebro), esclerosis múltiple, bajos niveles de nutrientes o de vitaminas importantes tales como, vitamina B1 o B12.
Recomendaciones
Además de la consulta a un especialista, los expertos recomiendan varias actividades para contrarrestar la pérdida de memoria como:
- Hacer actividad física: Aumenta el flujo sanguíneo a todo el cuerpo, incluido el cerebro. De acuerdo con el Department of Health and Human Services (Departamento de Salud y Servicios Humanos) se recomienda al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada, como caminar a paso ligero, o 75 minutos a la semana de actividad aeróbica intensa, como trotar.
- Mantenerse activo mentalmente: Hacer crucigramas, leer, jugar, aprender a tocar un instrumento musical, comenzar un nuevo pasatiempo., trabajar de voluntario en una escuela local o con un grupo comunitario.
- Interacción con otras personas: Ayuda a prevenir la depresión y el estrés, factores que pueden contribuir a la pérdida de memoria. Tratar de reunirse con los seres queridos, amigos y otras personas, especialmente si vives solo.
- Organizarse: Anotar las tareas, las citas médicas y otros eventos en un cuaderno, un calendario o una agenda electrónica. Repetir cada anotación en voz alta mientras la escribe para ayudar a grabarla en la memoria. Actualizar las tareas. Marcar las tareas que haya terminado.
Se recomienda, así mismo, guardar la billetera, llaves, anteojos y otros artículos personales en un lugar fijo de la casa para encontrarlos fácilmente. Limitar las distracciones y no hacer demasiadas cosas a la vez, relacionar lo que estás tratando de recordar con una canción favorita, un refrán o una idea familiar.
- Dormir bien: Los adultos deben dormir regularmente de 7 a 9 horas cada noche. En caso de que los ronquidos interrumpen el sueño, solicitar una cita con el médico, ya que pueden ser un signo de un trastorno del sueño, como apnea del sueño.
- Controlar los problemas crónicos de salud: Atender las recomendaciones médicas cuando se enfrentan enfermedades como presión arterial alta, diabetes, depresión, pérdida auditiva y obesidad.
- Dieta saludable: Comer frutas, verduras y granos o cereales integrales. Proteína bajas en grasa, como pescado, frijoles y aves sin piel. Como dijimos anteriormente, beber alcohol demasiado puede llevar a confusión y pérdida de memoria.
En este último punto, se incluye una buena hidratación, teniendo en cuenta que el 70 % del cuerpo está compuesto por agua, mientras que el cerebro se va a un porcentaje mayor. Una deshidratación leve puede afectar al desempeño cognitivo, como la atención, la memoria y el tiempo de reacción, debido a una reducción del flujo sanguíneo y del suministro de oxígeno al cerebro.
La revista BMC Med, reveló un estudio adelantado por un equipo conformado por especialistas de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili (URV), el Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) y el Centre de Recerca Biomèdica Xarxa de Fisiopatologia de l’Obesitat i la Nutrició (CIBERobn) sobre la relación el nivel de hidratación y el funcionamiento cognitivo en personas mayores con sobrepeso u obesidad.
El análisis determinó que problemas de obesidad o de síndrome metabólico con un bajo nivel de hidratación presentaron un deterioro de la función cognitiva con el paso del tiempo, si se compara con las que estaban bien hidratadas. La situación se complica cuando la se presenta en hombres.
El estudio demostró que las personas que consumen de 1 a 1,5 litros de agua, mostraron un aumento de 0,17 puntos en las pruebas neuropsicológicas, en comparación con los que habían bebido menos de medio litro a lo largo del día.
Igualmente, quienes consumieron la mayor cantidad de líquidos (incluyendo otros productos) experimentaron un aumento de tan solo 0,12 puntos en comparación con los que consumieron la menor cantidad de agua.
Por eso se recomienda tomar al menos entre 8 y 10 vasos de agua al día, sobre todo si se realiza una actividad física, consumir alimentos ricos en agua como frutas y verduras como la sandía, los pepinos, las fresas y la lechuga y tener a mano una botella de agua para mantenerse hidratado.