SALUD
Este es el número de huevos que se deben comer a la semana para mejorar la salud del corazón
La yema es una fuente rica en vitaminas, minerales, así como en lípidos y proteínas.
El huevo es la proteína más económica que se consigue en el mercado, lo que le permite ser parte de la dieta de muchas familias en el mundo. Por ese motivo, la industria avícola, según reseña CNN, ha promocionado durante años que con solo 75 calorías un huevo proporciona 6 gramos de proteína de alta calidad; 5 gramos de grasa y 1,6 gramos de grasa saturada: además de hierro, vitaminas A, D, E o K; minerales como fósforo y calcio: y nutrientes, como luteína y zeaxantina, los cuales ayudan a combatir ciertas enfermedades.
La clara del huevo está formada principalmente por agua y proteínas de alto valor biológico que contienen los ocho aminoácidos esenciales, mientras que la yema es una fuente rica en vitaminas, minerales, así como en lípidos y proteínas.
La dietista y nutricionista Lucía Rodríguez, en diálogo con el diario español ABC, explica que “el huevo es rico en proteínas de alto valor biológico, es decir, contiene todos los aminoácidos esenciales, y en grasas de calidad. También nos aporta todas las vitaminas, a excepción de la vitamina C. Es muy rico en vitamina E (antioxidante) y vitamina A”, razones por las que resalta la importancia de su consumo de manera regular.
Respecto a la mala fama que tiene el huevo, en la que le aluden sus altos contenidos de colesterol y grasa, Rodríguez destaca: “Es cierto que el consumo de huevos aumenta el colesterol, pero el HDL, es decir, el colesterol bueno, y disminuye el riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares”.
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Esta afirmación la corrobora un reciente estudio publicado en la revista European Journal of Clinical Nutrition, en la que participó el Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición de España (CIBEROBN) e investigadores europeos como Miguel A. Martínez González y Estefanía Toledo de la Universidad de Navarra, citada por el por el medio Saber Vivir Tve.
El estudio analizó toda la evidencia científica acumulada sobre la relación que existe entre el huevo y la salud cardiovascular, contando con los datos de 39 investigaciones y 1,8 millones de participantes. Entre los hallazgos se evidenció que el consumo de cuatro huevos a la semana no representa ningún riesgo para la salud del corazón, situación que también aplica para los pacientes con diabetes.
De hecho, en la única instancia en la que se desaconseja el consumo de huevo es en los pacientes que padecen insuficiencia cardiaca, aunque la evidencia científica reposa únicamente en algunas investigaciones adelantas en Estados Unidos.
“La conclusión final es que probablemente no exista ningún motivo científico serio para desaconsejar el consumo de huevo en la población general”, explica Toledo a Saber Vivir Tve. La investigadora señala que “salvo la relación adversa que se ha observado en diabéticos y en enfermos con insuficiencia cardiaca, para todos los demás aspectos de la enfermedad cardiovascular, el consumo de huevo tiende más bien a ser protector que perjudicial”.
En ese sentido, la investigadora de la Universidad de Navarra asegura que el consumo de cuatro huevos a la semana también puede ser una buena alternativa en caso de un infarto, un accidente vascular cerebral (ictus) o enfermedad cardiovascular total.
Entre tanto, la explicación dada por la dietista-nutricionista del portal Alimmenta, Sandra López, en la que acude a la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) para explicar la cantidad de huevos que debe consumir una persona a la semana respalda lo evidenciado por el estudio en mención. “Recomiendan el consumo de tres o cuatro huevos a la semana, para así dejar lugar a otros alimentos proteicos como el pescado, marisco y carne blanca tipo pollo, pavo o conejo, también necesarios en nuestra alimentación”.
Las dos dietistas-nutricionistas destacan que si bien hay diferentes tipos de huevos, algunos de cáscara amarilla oscura, otros rosados y también blancos, su valor nutricional no varía ni en lo que respecta al color ni mucho menos al tamaño del mismo. El color de la cáscara del huevo obedece a la pigmentación, factor directamente relacionado con el tipo de gallina ponedora.