Mascotas
Esterilización de mascotas: mitos y realidades
Mientras que para algunos cuidadores resulta casi una obligación esterilizar a sus mascotas, otros prefieren no hacerlo por temor a efectos secundarios. ¿Qué tan ciertos son?
Las campañas de esterilización de mascotas, constantemente, buscan sensibilizar a los propietarios de perros o gatos para que acudan al proceso y así contribuyan al control de natalidad de estos animales.
La superpoblación de mascotas, que en ocasiones deriva en el abandono, suele ser una de las principales causas por las que diariamente la cantidad de perros o gatos callejeros aumenta en territorios urbanos y rurales.
En Colombia, las administraciones locales realizan periódicamente jornadas de esterilización asequibles para toda la comunidad, sin embargo, no todos los hogares acuden a las mismas, ya sea por falta de tiempo, temor a efectos perjudiciales en sus mascotas o desconocimiento sobre el cuidado postcirugía.
Y es que frente a la esterilización de mascotas existen varios mitos, por ejemplo: va a engordar, perderá pelo, dejará de ser “bravo” o “macho”, se sentirá triste por no poder reproducirse, las hembras necesitan tener crías al menos una vez en su vida, entre otros.
Lo más leído
La realidad es que todas estas creencias populares no tienen soporte científico. Al respecto, el doctor Carlos Cifuentes, médico veterinario de la Universidad de La Salle citado por el portal Pulzo, aclaró cuál es la verdad detrás de estas falsas creencias.
¿La mascota engordará si se esteriliza?
Falso. Las mascotas, al igual que el humano, engordan por comer en exceso. En ese sentido, el experto aclara que si un perro, por ejemplo, engorda después de haber sido castrado es porque su “alimentación energética es más alta que su ejercicio”.
Al igual que en los humanos, un estilo de vida sedentaria ocasionará que el animal engorde. Una causa de la mascota recién esterilizada engorde es que su cuidador piensa que está triste por la operación, por lo que opta por recompensarla contantemente con comida para calmar su sensación de culpa.
¿Necesitan tener crías?
Falso. El experto menciona que, contrario a lo que se cree, los machos no necesitan montar una vez para disminuir sus niveles hormonales, de hecho, en realidad los aumenta. Para el caso de las hembras, la maternidad tampoco es una necesidad. “ Incluso una perra que ya tuvo crías tuvo procesos hormonales más fuertes y esto incrementa la probabilidad de enfermedades hormonales”, anota el doctor Cifuentes.
Frente a este punto, la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad Animal (Aspca, por sus siglas en inglés) asegura que —en las hembras— la esterilización ayuda a prevenir las infecciones uterinas y el cáncer de mama, el cual es fatal en alrededor del 50 % de los perros y 90 % de los gatos. En ese sentido, esterilizar a las mascotas antes de su primer celo ofrece mejor protección ante estas enfermedades.
¿Un macho dejará de serlo?
Según el artículo citado, la castración de un macho no hará que, por decirlo así, adopte comportamientos de una hembra. De hecho, el doctor Cifuentes explica que la esterilización contribuye a reducir los niveles hormonales, en consecuencia, algunos perros dejan de orinar levantando la pata ya que regulan su conducta de marcaje.
Las Aspca agrega que, además de prevenir crías no deseadas, la castración de una mascota macho previene el cáncer en los testículos si se realiza antes de los seis meses de edad.
Otro aspecto positivo de la castración de las mascotas macho es que dejarán de vagar fuera de casa en busca de hembras en celo. Esta conducta, aunque natural, resulta en violentas peleas con otros machos.
Es demasiado costoso...
Si bien la cirugía varía su precio en función del peso del animal y, en ocasiones, puede resultar costoso para el cuidador, actualmente existen varios programas impulsados por las administraciones locales de ciudades y municipios para que las familias acudan a ellas y esterilicen a sus mascotas.
De acuerdo con datos de la Aspca, cada año millones de gatos y perros de todas las edades y razas son sometidos a la eutanasia o sufren como animales callejeros. Estos altos números son el resultado de las crías no planificadas que pudieron haber sido prevenidas por la esterilización o castración oportuna.