Esto le hace el consumo del alcohol a la los huesos y las articulaciones

Cuando una persona desarrolla hábitos relacionados con el alcohol, termina poniéndole grandes retos a sus articulaciones, debido a que las daña lentamente.

Ya sea en una reunión, fiesta o simplemente para pasar el rato; el alcohol es un gran acompañante para el momento. Desde su sabor hasta brindarle energía a las personas, el licor es una buena opción para vivir grandes experiencias.

No obstante, hay gente que se excede en su consumo y termina generando el efecto opuesto. Las personas que se emborrachan pueden experimentar cambios de ánimo, conductas agresivas, pérdida de equilibrio, dificultad para hablar, entre otros efectos. Por ende, las lagunas al día siguiente terminan siendo un problema, pero son solo la punta de las complicaciones, debido a que las dolencias en las articulaciones se camuflan en los olvidos.

El alcohol es una sustancia con alta cantidad de calorías, lo cual termina siendo un detonante para el aumento de peso en las personas. En ese orden de ideas, cuando se mantienen hábitos de alcoholismo, lo más probable es que esto ocurra y así surja una repercusión en las articulaciones, especialmente en piernas.

Por lo general y luego de una borrachera, uno de los efectos experimentados durante la resaca es el dolor en las articulaciones, tales como dolores en las rodillas o tumbares. Además del evidente deterioro en los tejidos proporcionado por el licor, la pérdida de memoria en la noche influye del mismo modo.

Para explicar este punto, los expertos indican que las personas durante una borrachera tienden a bailar, correr o caminas largas distancias. De igual forma y por consecuencia de la pérdida de equilibrio; los golpes involuntarios suelen ser frecuentes. En conjunto, todas estas acciones no recordadas terminan afectado la movilidad del día siguiente.

Cabe mencionar que el alcohol repercute en la retención de líquidos, lo cual responde a dolencias en las manos y pies. Si bien todos estos efectos se acaban al poco tiempo de culminada la resaca, es importante no transformar una borrachera en alcoholismo.

La gente que desarrolla comportamientos alcohólicos, aumenta la probabilidad de tener gota. Medline Plus explica que esta condición está asociada como un tipo de artritis y su sintomatología puede incluir calor, inflamación, enrojecimiento, dolores fuertes e intensos en la región afectada.

¿Qué hace la gota? Esta condición produce dolores en los huesos y articulaciones como consecuencia del incremento del ácido úrico producido por el licor. El sobrepeso en las personas que poseen gota es también un riesgo.

Otra enfermedad consecuente a este hábito es la neuropatía alcohólica. Los expertos señalan que esta patología es ocasionada por el daño generado en los nervios, dado que el licor también descompone sus tejidos. La forma en la que se presenta es mediante el endurecimiento de brazos o piernas, sensación de tener alfileres en todo el cuerpo, hormigueo, problemas musculares y pérdida paulatina de la memoria.

Cabe indicar que los medicamentos para combatir el dolor en las articulaciones se ve obstaculizado en su funcionamiento cuando entra en contacto con el alcohol. Los especialistas aseguran que los antiinflamatorios no esteroides, tales como ibuprofeno y naproxeno; generan úlceras estomacales y sangrado al mezclarse con el licor.

Los investigadores de la Arthritis Society de Canadá también puntualizan que la combinación con otros fármacos (acetaminofén, metotrexato y leflunomida) conllevan un desarrollo hepático negativo en las personas a corto plazo.