Vida Moderna
Esto le hace el consumo frecuente de avena al hígado
La avena es un cereal que se ha usado por años y se considera un superalimento.
El hígado es un órgano ubicado en la parte superior del abdomen que limpia la sangre y ayuda a la digestión secretando bilis, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
No obstante, hay muchas afecciones que podrían afectar el funcionamiento del hígado y Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que los tipos de enfermedades hepáticas son:
- Enfermedades causadas por virus, como la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C
- Enfermedades causadas por drogas, venenos o toxinas o por ingerir demasiado alcohol. Los ejemplos incluyen enfermedad por hígado graso y cirrosis.
- Cáncer de hígado.
- Enfermedades hereditarias, como hemocromatosis y la enfermedad de Wilson.
Dicho lo anterior, es importante señalar que el hígado es un órgano que debe cuidarse y una forma de hacerlo es consumiendo avena, ya que “los beta-glucanos de la avena parecen ayudar a reducir la cantidad de grasa almacenada en el hígado”, según el portal de salud Clikisalud de la Fundación Carlos Slim.
Respecto al consumo, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló “la cantidad recomendada por día de la avena es de dos cucharadas de sopa, y se puede consumir en forma de hojuelas, harina o granola, pudiendo adicionarse en frutas, yogur, jugos o en preparaciones, como galletas, ponquecitos, panquecas, sopas, caldos, en la elaboración de albóndigas, pasteles, panes y pastas. También es posible consumirla en forma de bebida vegetal, mejor conocida como leche de avena, la cual puede ser preparada en casa o comprada en los supermercados”.
¿Cómo se prepara la leche de avena?
Ingredientes:
- 100 gramos de copos de avena (sin azúcar).
- Un litro de agua apta para consumir.
Preparación:
En un recipiente se deben agregar los copos de avena con un poco agua y se deben dejar en remojo por un par de horas hasta que estén bien hidratados. Después, se deben colar y se añaden en una licuadora con el litro de agua. Por último, se vuelven a colar para obtener la bebida.
Esta preparación puede conservarse tapada en el refrigerador aproximadamente por tres o cuatro días.
Recetas con avena
La Fundación Española de la Nutrición (FEN) puntualizó que algunas recetas con avena incluyen:
Cocida: mezclar 1/3 de taza de avena en hojuelas con una taza de la leche y se puede agregar azúcar, canela y vainilla al gusto. Cocinar a fuego medio hasta que la mezcla se espese bien y listo. Al servirla se puede complementar con algo de fruta y frutos secos para añadir algo de proteínas y grasas al plato.
Horneada: hay que mezclar de una a dos tazas de avena con los ingredientes favoritos y algunas ideas son: almendras en láminas, nueces, coco rallado, pasas, arándanos deshidratados, pepitas de chocolate, semillas de chía, entre otros. Después se debe colocar la mezcla en un recipiente, añadir de una a dos cucharadas del aceite de oliva virgen extra y dos cucharadas de azúcar o edulcorante al gusto. En seguida, hornear a 250ºC durante 25 a 30 minutos y esto es una buena opción para complementar un desayuno fácil y rápido de fruta con yogurt.
Batido: Mezclar ½ plátano, una taza de leche, tres cucharadas de avena, diez almendras y hielo al gusto y licuar. Además, se pueden variar las frutas y otras buenas opciones son: fresas, moras, melocotón, entre otras.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que se debe hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.