Vida Moderna
Estos son los daños internos que provocan la ira y el estrés
Un comunicado de prensa de la Fundación Española del Corazón explica que tanto la ira como la hostilidad incrementan el riesgo de sufrir alguna cardiopatía.
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riesgo del Gobierno de Perú señala que muchas emociones no controladas pueden ser perjudiciales para la salud, entre ellas, la ira, que tal y como la describe la Real Academia Española (RAE) es la “pasión del alma, que causa indignación y enojo”.
Al igual que el enojo, el estrés es una amenaza para el cuerpo, y más exactamente para el corazón, cuando este no se sabe controlar. De acuerdo, con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (Medline Plus) la presión arterial alta y la taquicardia se encuentran relacionadas con las emociones.
- La presiona arterial alta: es la fuerza que ejercer la sangre a través de las arterias, explica la Clínica Mayo, que puede provocar otras complicaciones en el músculo cardíaco.
- La taquicardia: es el incremento de la frecuencia cardíaca -precisa- causado por presión arterial alta, fiebre, consumo de medicamentos, entre otros.
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Por tal razón, es importante aprender a manejar la ira y a controlar el estrés, ¿cómo? El Centro Especializado en Salud revela algunos hábitos que pueden contrarrestarlo, como:
- Hacer ejercicio para la salud no solo física sino mental.
- Realizar los hobbies que más gusten, ya sea leer libros, o ir al cine.
La ira y las cardiopatías
Lo anterior lo confirma un comunicado de prensa de la Fundación Española del Corazón que explica que tanto la ira como la hostilidad incrementan el riesgo de sufrir alguna cardiopatía.
Un estudio liderado por expertos de Duke University Medical Center, de Durham, Carolina del Norte, en los Estados Unidos, halló que la ira y la depresión son factores para enfermedades coronarias, incluso asegura que este último tiene una influencia mayor.
En el informe cita a la doctora Sandra Rosillo, quien es miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que señala que la depresión y la ira “contribuyen a desarrollar cardiopatía isquémica en personas de alto riesgo, como son aquellas que ya tienen hipertensión arterial, un perfil desfavorable de lípidos, diabetes mellitus, obesidad de predominio abdominal, vida sedentaria o antecedente de infarto agudo al miocardio”.
Aunque muchas son las emociones que se pueden asociar con problemas cardíacos, solo la depresión y la ira se han evaluado a gran escala, sin excluir otro tipo de emociones negativas, tanto en hombres como en mujeres.
La Fundación detalla en un estudio realizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) que cuando las mujeres no manejan su ira, sino que la interiorizan o la reprimen, elevan los niveles de presión arterial sistólica (23,8 %) como diastólica (31 %).
¿Qué es la depresión?
La Clínica Mayo define la depresión como “un trastorno emocional” que puede abrumar a una persona invadiéndola de tristeza, provocando en ella una dificultad para llevar a cabo diferentes actividades, influyendo en sus pensamientos, sus sentimientos y su comportamiento.
Es importante entender que la depresión no solo es una tristeza que aparece y desaparece, sino que cuando una persona es diagnosticada con ella, necesita estar bajo la supervisión de un terapeuta y un tratamiento.
El principal síntoma característico de este trastorno es el cambio de humor, en que se destaca la irritabilidad, desencadenando problemas en el sueño y desinterés por la vida.
Cualquier persona puede ser diagnosticada con depresión, incluidos los adolescentes y los niños, siendo estos últimos quienes evidencian un rechazo para realizar actividades escolares o para asistir a su institución educativa. Por su parte, los adolescentes pueden tener las mismas características, incluidas el consumo de alcohol y la inactividad social.
La depresión puede desarrollar otros problemas de salud, interrumpiendo el avance de una persona en su ámbito profesional, familiar y social.