Vida Moderna

Estos son los efectos del café durante el envejecimiento

Con los años existe una pérdida de masa y potencia muscular considerada.

25 de julio de 2023
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El café tiene un elemento que ayuda al metabolismo en el envejecimiento. | Foto: Getty Images

Un estudio liderado por el Instituto Imdea Alimentación determinó que el harmol, un compuesto de la familia de las betacarbolinas que está presente en el café, mejora la función del músculo esquelético y parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento.

En el trabajo, en el que participó el Instituto de Investigación Sanitaria de España (Incliva), el tratamiento con harmol extendió significativamente la esperanza de vida en dos modelos de invertebrados.

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El café tiene un elemento que ayuda al metabolismo en el envejecimiento. | Foto: NurPhoto via Getty Images

Además, el tratamiento mejoró la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina y la acumulación de lípidos hepáticos en un modelo de prediabetes, de acuerdo con los resultados de la investigación, publicada en la revista científica Nature Communications.

Finalmente, entre los cambios a nivel neuromuscular, se pudo observar una reducción muy significativa en la fragilidad en animales viejos tratados con harmol, indicó el instituto en un comunicado.

Ahora bien, el harmol, como otras betacarbolinas, está presente en muchos alimentos incluyendo los granos de café, carnes, pescados o cereales, así como en las hojas de tabaco. A las dosis utilizadas en el estudio, el harmol no mostró ninguna toxicidad y muy escasos efectos sobre el sistema nervioso central, en concordancia con su escasa capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica y, por tanto, alcanzar el cerebro.

Envejecimiento muscular

El envejecimiento muscular está asociado a un colapso energético que se explica por una alteración en la mitocondria, uno de los componentes celulares más relevantes, puesto que es el responsable de la producción de energía de las células.

En este sentido, la disfunción mitocondrial ocasiona la aparición y progresión del deterioro funcional asociado a la sarcopenia (pérdida de masa y potencia muscular que ocurre durante el envejecimiento) y al síndrome geriátrico de la fragilidad, que afecta a más del 33% de la población mayor de 80 años.

Foto de referencia sobre alzhéimer y vejez
El envejecimiento no se puede evitar. | Foto: Getty Images

La fragilidad se caracteriza por una capacidad reducida para responder a estreses menores que afecta a las actividades de la vida diaria y disminuye la autonomía de quienes la padecen, lo que se traduce en un mayor riesgo de discapacidad, hospitalización y muerte.

Un anciano frágil, frente a uno robusto, tiene más probabilidades de acabar siendo dependiente y se fatiga con más facilidad que una persona joven, entre otras cosas, porque sus mitocondrias dejan de ser funcionales, pierden la capacidad de producir energía.

La disfunción mitocondrial asociada a la edad puede modularse a través de diferentes intervenciones dirigidas a mantener las mitocondrias en buenas condiciones. Estas estrategias se basan en la inducción de un estrés mitocondrial leve que desencadena una respuesta compensatoria coordinada entre el núcleo y las mitocondrias, lo que da como resultado una mejora en la función mitocondrial.

El harmol que está en el café activa en las células unas vías de señalización que, en última instancia, son capaces de mejorar las mitocondrias y parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento.

“Es un mecanismo muy parecido al que activan la restricción calórica o el ejercicio: hacen trabajar a la mitocondria de una manera controlada, y eso las hace más fuertes”, explica el investigador Luis Filipe Costa-Machado, primer autor del artículo.

La vejez deteriora tejidos, órganos y funciones del cuerpo. | Foto: Guillermo Torres

El principal responsable del proyecto, Pablo J. Fernández-Marcos, destacó otro aspecto interesante del estudio: “Con el harmol hemos descubierto que este efecto de mejora mitocondrial lo llevan a cabo las células mediante mecanismos parecidos a los que nos hacen sentir más felices, ya que comparten las mismas proteínas diana. Esto abre un campo de investigación muy interesante sobre la asociación entre el estado psicológico y el envejecimiento”.

La doctora Gómez Cabrera, de INCLIVA, destaca la trascendencia de este tipo de investigaciones dirigidas a contribuir a un envejecimiento saludable.

*Con información de Europa Press.