Vida Moderna
Estos son los errores más frecuentes al limpiar la nevera
Hay que limpiar la nevera al menos cada 3 meses o con mayor frecuencia si es necesario.
La nevera es uno de los electrodomésticos más importantes en cualquier hogar, ya que no solo mantiene los alimentos frescos y seguros para el consumo, sino que también ayuda a conservar energía y reducir el desperdicio.
Sin embargo, a menudo subestimamos la importancia de una limpieza adecuada y regular de la nevera y, por ello, se cometen errores que pueden afectar la eficiencia del aparato y la calidad de los alimentos almacenados.
Por esto es importante señalar cuáles son los errores más frecuentes al limpiar una nevera y los consejos para evitarlos, asegurando así un funcionamiento óptimo y una vida útil prolongada del electrodoméstico.
Error 1: no descongelar regularmente
Uno de los errores más comunes es no descongelar la nevera de manera regular. La acumulación de hielo en el congelador y en las paredes internas de la nevera puede reducir la eficiencia del aparato, lo que significa que consumirá más energía para mantenerse frío. Además, el exceso de hielo puede obstruir los conductos de ventilación, dificultando la circulación del aire frío y afectando la calidad de la refrigeración.
Solución: establecer un horario regular para descongelar la nevera y el congelador. Dependiendo del uso y la cantidad de hielo acumulado, esto podría ser cada tres meses o incluso con mayor frecuencia. Descongelar cuando la capa de hielo alcance aproximadamente ¼ de pulgada de grosor. Apagar la nevera, retirar los alimentos y permitir que el hielo se derrita de manera natural. Limpiar y secar el interior antes de volver a encender el aparato.
Error 2: limpieza superficial
Otro error común es realizar una limpieza superficial en la nevera, limitándose a limpiar solo las áreas visibles. Esto puede llevar a la acumulación de suciedad y gérmenes en las esquinas y recovecos menos accesibles, lo que puede afectar la higiene y la seguridad de los alimentos almacenados.
Solución: realizar una limpieza profunda de la nevera regularmente. Vaciar los compartimentos y retirar los estantes, cajones y bandejas para lavarlos con agua tibia y jabón suave. Limpiar también las paredes interiores y exteriores de la nevera con una solución de agua y vinagre o bicarbonato de sodio. Hay que asegurarse de llegar a todas las áreas, incluidos los rincones difíciles de alcanzar. No olvidar limpiar las juntas de las puertas, donde a menudo se acumula suciedad.
Error 3: uso de productos químicos abrasivos
El uso de productos químicos abrasivos, como limpiadores con cloro o amoníaco, puede dañar el revestimiento interior de la nevera y los componentes de plástico. Estos productos también pueden dejar residuos tóxicos que comprometen la seguridad de los alimentos.
Solución: optar por soluciones de limpieza suaves y naturales. El vinagre blanco y el bicarbonato de sodio son excelentes opciones para eliminar manchas y olores sin dañar la nevera ni dejar residuos dañinos. Mezclar agua tibia con vinagre o bicarbonato de sodio para crear una solución de limpieza efectiva y segura.
Error 4: no comprobar las fechas de vencimiento de los alimentos
Un error crítico al limpiar la nevera es no revisar las fechas de vencimiento de los alimentos almacenados. Los productos vencidos pueden generar malos olores, contaminar otros alimentos y aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos.
Solución: antes de limpiar la nevera, hay que revisar todos los alimentos y verificar las fechas de vencimiento. Desechar los productos que estén caducados y organizar los alimentos de manera que los más antiguos se coloquen al frente para su consumo inmediato.
Error 5: no mantener una temperatura consistente
Mantener una temperatura interna constante es esencial para la seguridad de los alimentos y la eficiencia energética. Un error común es no configurar la temperatura adecuada o abrir la puerta de la nevera con demasiada frecuencia, lo que provoca fluctuaciones de temperatura.
Solución: hay que asegurarse de que la temperatura de la nevera se ajuste a 4 °C (40 °F) o menos, y la del congelador a -18 °C (0 °F) o menos. Se debe evitar abrir la puerta innecesariamente y hay que asegurarse de que se cierre correctamente después de cada uso.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza ‘machine learning’ para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado en SEMANA.