Vida Moderna
Estos son los posibles efectos en la sangre cuando se consume pollo
Portales especializados recomiendan nivelar el tipo de alimentos a consumir, para no privar al cuerpo de sus ventajas.
El pollo es uno de los alimentos más ricos en nutrientes y que, generalmente, suele incluirse entre las recomendaciones de especialistas para llevar una dieta saludable. Tanto la carne de este animal, como de otras aves, tiene una rica fuente de propiedades que, sin llevar su consumo al exceso, puede resultar ‘elemental’.
De acuerdo con el Consejo Mexicano de la Carne, son múltiples las ventajas que el cuerpo puede recibir, como la vitamina 3, proteínas y varios minerales. En este último grupo se destaca el magnesio, sodio, hierro, calcio y potasio. Además, puede ser consumida por individuos de todas las edades; aunque se recomienda retirar la piel.
Sobre esta se desaconseja su ingesta, dado que es la parte con mayor cantidad de grasa y, por ende, calorías. No obstante, especialistas como Guadalupe Blay de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia defiende que consumirlo con piel no es completamente ‘perjudicial’, pues hay que tener en cuenta la forma de cocción y cantidad de veces que se prepara.
“El uso de hormonas con fines de engorde se prohibió en la Unión Europea hace ya dos décadas (...). La forma más recomendable de comérsela es asada, ya que la grasa se desprende y queda en el jugo. En cambio, si optamos por hacerla frita deberemos sumarle las calorías del aceite”, explicó Blay, citada por el diario La Vanguardia.
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Efectos de consumir pollo a diario
El pollo también está cargado de vitamina B, esencial para que el organismo pueda recoger la energía que entregan los alimentos consumidos, además de contribuir en la formación de glóbulos rojos. Dependiendo las subcategorías se resaltan bondades como apoyo para el crecimiento (B1), descomposición de medicamentos y grasas (B2) y mantener saludables tanto la piel como los nervios (B3).
Respecto a más detalles de su composición, Business Insider recogió una valoración hecha por la Federación Española de Nutrición. Según ese organismo “se puede considerar una carne magra, sobre todo cuando se consume sin piel, donde reside una parte importante de la grasa”.
“La grasa es mayoritariamente grasa monoinsaturada, constituida principalmente por ácido oleico, seguida de la grasa saturada, representada sobre todo por el ácido palmítico”, añade.
La FEN mantiene su distancia de consumir pollo todos los días. A su posición, se suma la hecha por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, según la cual, lo máximo de carnes a la semana deberían ser tres porciones (en particular de aves y conejo). En cuanto a posibles desventajas de su ingesta frecuente, Business Insider enlista varias como:
1. Colesterol alto y afecciones de cardiopatía: la hipertensión y mayor cantidad de colesterol malo pueden ser resultado de comer la piel del pollo y de añadirle sodio o salsas grasas.
2. Dificultades para nivelar el peso: según el medio mencionado, aquellas personas que incluyen un alto contenido de esta carne (casi sin variaciones) son más proclives a que su peso no se pueda regular de la misma forma, que quienes apartan esta proteína de su dieta.
3. Riesgo de intoxicación: en este punto es necesario tener en cuenta que ese alimento debe estar preparado en su totalidad, para evitar la aparición de campilobacteriosis y el tipo de bacteria conocido como salmonela.
4. Desequilibrio de nutrientes: cuando se prioriza más de un tipo de alimento sobre otros, se priva al cuerpo de recibir otros beneficios que no necesariamente se encuentran en el pollo.
Entre tanto, y retomando el papel que juega la piel del ave mencionada, la especialista en alimentos, Beatriz Robles, aclaró que “no es lo mismo hablar de bollería industrial que de una pieza de pollo. Todas las grasas que contiene tanto la carne como la piel no son malas, podemos consumirlas sin mayor problema”, recopiló La Vanguardia.