Psicología
Estos son los seis hábitos que hacen infeliz a una persona
Lo que las personas leen, ven y escuchan tiene gran efecto en cómo se sienten y piensan.
Es muy común que en el día a día las personas puedan sentirse deprimidas y vacías. Es posible que así lleven una buena vida, no sean felices. Esto puede ser resultado de que se enfocan en los hábitos que las hacen infelices.
Según los expertos, es posible que las personas no se den cuenta, pero conviven con formas de actuar que al final de la jornada, solo generan insatisfacción. El portal Psicopedia indica que un aspecto complicado es estar bien con uno mismo y no caer en la tristeza cuando las cosas no salen como se espera.
Si bien a la hora de ser feliz, el entorno cuenta, lo que queda claro es la persona es quien decide en última instancia estar bien o mal.
Para los especialistas, ser feliz todo el tiempo es imposible, pero es posible evitar una serie de hábitos nocivos que conducen a la infelicidad. Es importante aprender a aceptar que no ser feliz en un momento no es ser infeliz y por ello luchar por los sueños propios o pasar más tiempo con la familia o los amigos son comportamientos que pueden ayudar a estar en un estado de felicidad más o menos duradera.
Estos son algunos de los hábitos que llevan a las personas a ser infelices.
Ser demasiado crítico consigo mismo
El ser humano vive en una sociedad altamente competitiva y exigente y reconocer la valentía y los puntos fuertes de cada uno es importante. Información del portal Psicología y Mente indica que tener una confianza alta en sí mismo hace que los demás lo respeten, y lo más importante, demuestra que la persona se respeta. Las personas crónicamente infelices tienden a no respetarse y a criticarse todo el tiempo. Por eso es importante aceptar las cosas negativas que pueden suceder en la vida y reconocer que nadie está exento de cometer errores.
Vivir en un mar de voces negativas
Lo que las personas leen, ven y escuchan tiene gran efecto en cómo se sienten y piensan. Según el sitio web Psicopedia, se hace más difícil ser feliz si el individuo se dejar arrastrar por voces negativas que muestran una vida peligrosa y llena de miedos y límites.
Para superar este hábito, la recomendación es pasar más tiempo con gente positiva, música inspiradora y libros, películas y programas de televisión que hagan reír y pensar de manera agradable. Leer algo edificante en la mañana ayuda a comenzar el día con pensamientos diferentes y positivos, por ejemplo, aseguran los expertos.
Compararse con los demás
Es común que las personas piensen que el del lado tiene una vida más feliz o más plena solo porque se ve la situación desde fuera. Tal vez si se tiene la posibilidad de ver sus miedos, equivocaciones o tristezas seguramente se cambiará la percepción radicalmente. Dicen los expertos que ser feliz depende de cómo la persona forje su felicidad y en esto las comparaciones no logran nada. En lugar de perder el tiempo fijándose en los demás, es importante trazarse objetivos y marcar un plan de acción para lograrlos, asegura el portal Mejor con Salud.
Quedarse atrapado en el pasado o en el futuro
Pasar gran parte del tiempo pensando en el pasado y revivir viejos recuerdos dolorosos, conflictos y oportunidades perdidas puede lastimar mucho. De igual forma, destinar tiempo a imaginar cómo las cosas pueden salir mal en el trabajo, en las relaciones o en la salud provocará escenarios horribles que se repetirán en la cabeza una y otra vez.
Alejarse del presente hará que las personas pierdan un montón de experiencias maravillosas. Una de las formas de hacer frente a esta situación es planificar para mañana siempre en positivo y tratar de aprender del pasado sin quedarse inmerso en él.
Negar la realidad
Las personas crónicamente infelices suelen negar la realidad. Prefieren no afrontar los problemas echarles la culpa a los demás. Por ejemplo, es más fácil buscar excusas si los echan del trabajo que asumir que tal vez se cometieron errores.
Creer que el mundo gira alrededor
Hay personas que piensan que el mundo gira a su alrededor y le dan la espalda porque tienen miedo de lo que la gente puede pensar o decir si hacen algo diferente o nuevo; esto lleva a poner límites innecesarios en la vida, lo que genera que se esté menos dispuesto a probar cosas nuevas.
Pensar que la gente se preocupa por todo lo que la persona dice o hace genera inseguridad y hace infeliz. Para los expertos es importante darse cuenta de que las personas no suelen preocuparse demasiado de los demás, pues ya tienen suficiente con sus propias vidas. Esto hará que la persona se sienta menos importante, pero también más libre.