Hidratación puede ayudar a regular los niveles de azúcar.
Estos son los síntomas de la deshidratación y sus consecuencias para la salud. | Foto: Getty Images / PeopleImages

Vida Moderna

Estos son los síntomas de la deshidratación y sus consecuencias para la salud

La poca hidratación es el escenario perfecto para que el cuerpo humano entre en un estado de indefensión ante cualquier leve amenaza. Los síntomas van desde los más leves hasta fatales.

Redacción Semana
26 de julio de 2023

Una mala alimentación, sumado a otra serie de factores de riesgo, son los detonantes para padecer deshidratación. Si se deja postergar, el cuerpo experimentará las consecuencias, por lo que hay que seguir una serie de recomendaciones para impedir cualquier daño.

El agua es el principal componente del cuerpo humano. El Consejo General de Colegios Oficiales Farmacéuticos sostiene en su informe La importancia de una correcta hidratación que el agua representa el 50-60% del peso corporal, pero el porcentaje varía según la edad, el sexo y la constitución individual.

La distribución en el cuerpo varía mucho. Por ejemplo, la sangre es 80-90% agua. Dos tercios del agua del organismo es intracelular, y la cantidad depende de tejidos como los pulmones (85 %), el cerebro (75-85 %), el corazón, el hígado y los riñones (70-80 %), la piel y los músculos (70-75%). En cambio, su presencia es baja en tejido adiposo (10%) y hueso (22%). En el ojo, por ejemplo, es 90-95% agua.

Tiroides / Cuerpo humano
El cuerpo humano está distribuido principalmente por agua, la cual está presente en diferentes proporciones. | Foto: Getty Images

Tanto dentro como fuera de las células, se requiere agua para mantener el funcionamiento normal del organismo. El informe indica que la deshidratación es la pérdida excesiva de agua del cuerpo y ocurre cuando el organismo no cuenta con la misma cantidad de agua de la que se ingiere o cuando la ingesta se ve reducida considerablemente. Esta deshidratación puede ir acompañada de una pérdida de electrolitos, principalmente sodio y potasio, minerales que nuestro organismo necesita.

Las causas más comunes de deshidratación en los niños incluyen vómitos, diarrea excesiva o no beber suficiente agua. En adultos, las frecuentes son el consumo de fármacos diuréticos, la sudoración excesiva debido al ejercicio extenuante o al calor, algunas infecciones o la ingesta inadecuada de líquidos. La deshidratación generalmente comienza con síntomas leves, como sed, membranas mucosas secas y una ligera pérdida de peso, pero empeora cuando no se reponen los líquidos y electrolitos perdidos. En los casos más severos, puede ser fatal.

Los expertos señalan que la deshidratación afecta a personas de todas las edades, pero la deshidratación es más común en bebés y niños pequeños porque los sistemas que regulan el equilibrio hídrico del cuerpo son inmaduros. Además, la pérdida de líquidos por vómitos o diarrea es relativamente mayor que en niños mayores y adultos, en relación con el peso corporal y el área de superficie corporal.

Vómito
A medida que aumenta la deshidratación, los síntomas pasarán de leves a ser más graves. | Foto: Getty Images

Las personas mayores son más propensas a la deshidratación, por el hecho que es posible que no se den cuenta de que la deshidratación les está afectando. A medida que va incrementándose, las sensaciones se vuelven más lentas y débiles; desarrollando incontinencia urinaria y aumento de la pérdida de líquidos.

Por otro lado, las personas que padecen enfermedades como la diabetes o la enfermedad de Addison también sufren de incontinencia urinaria, cabe el riesgo de desarrollar esta afección porque puede aumentar la producción de orina.

Con respecto a los síntomas, los presentes en niños son: boca y lengua seca, llorar sin lágrimas, no mojar el pañal durante el tiempo habitual (más de tres horas), apariencia de ojos y mejillas hundidas e irritabilidad. Como se mencionó anteriormente, la deshidratación es paulatina, aumentando su complicación lentamente si no se trata a tiempo.

Al hablar de deshidratación leve, los expertos afirman que hay sensación de sed no intensa, el aumento ligero del pulso, pérdida de peso y cambios repentinos del estado de ánimo. Cuando la situación escala, alcanza el estado moderado; en el cual la sed es mayor, se reduce la producción de orina y la pérdida corporal es mayor.

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La deshidratación no tratada es capaz de generar complicaciones graves, del talante de gastroenteritis o pancreatitis. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Adicionalmente, habrá mayor sequedad y poca segregación mucosa, menor elasticidad en la piel, pulso débil, presión arterial inestable, ojos hundidos, dolores de cabeza y calambres musculares. En el peor de los casos, se hace referencia a una condición grave, la cual acarrea pérdida del 10% del peso corporal, sed intensa, producción indebida de orina (colores anormales), ojos hundidos, piel reseca propensa a heridas, inhibición de mucosa, hipotermia, pulso tenue, taquicardia intensa, cambios de ánimo frecuentes y desmayos.

No prestarle atención a la deshidratación es dejar al cuerpo propenso a vómitos, diarrea aguda, gastroenteritis, excesiva sudoración, fiebre y complicaciones al orinar. De la misma forma, entre más grave sea al asunto, las personas se arriesgan dado que pueden padecer insuficiencia renal, diabetes, catarro, pancreatitis o peritonitis. La clave entonces es conservar una buena hidratación en el día a día.