VIDA MODERNA
Estudio: personas que trabajan en turnos tienen más probabilidades de desarrollar tumores en su cuerpo
El retraso en los horarios de sueño afecta al metabolismo y puede ser un primer paso hacia el desarrollo de un tumor.
Cada vez existen más estudios epidemiológicos que establecen una relación directa entre el trabajo a turnos, especialmente el trabajo en turno de noche, y el desarrollo de tumores hormonodependientes como los de mama, próstata y colon, afirmó la doctora Antonia Tomás Loba, jefa del Grupo Ritmo Circadiano y Cáncer de la Universidad de Murcia, quien señaló que esta probabilidad puedes ser hasta un 40 por ciento mayor.
“Se tiene constancia de que los trabajadores a turnos tienen una probabilidad de un 40 por ciento mayor de tener estos tumores. Está claro que algo ocurre, pero molecularmente queda mucho por describir”, afirmó la doctora, quien es miembro del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES), durante su participación en la mesa redonda Ritmos, cronodisrupción y cáncer, un abordaje transversal, celebrada en el marco del XXX Congreso de la SES.
En ese sentido, la doctora durante su intervención mostró los datos preliminares del estudio Cáncer y Cronodisrupción que ella misma lidera, con el que pretende demostrar cómo el jet-lag social (el retraso en horarios de sueño entre los días laborables y los festivos) afecta al metabolismo y puede ser un primer paso hacia el desarrollo de un tumor.
“Me interesa el cáncer, pero me interesan sobre todo los sucesos tempranos que nos pueden llevar al cáncer, porque podemos hablar de prevención”, enfatizó. En el estudio liderado se sometió a unos roedores diurnos a un protocolo de jet-lag social, que consistía en dos fines de semana de acostarse y levantarse más tarde de lo habitual.
“Con apenas dos fines de semana de jet-lag social, el reloj molecular del hígado se ha desincronizado y ha sido suficiente para que los animales mostrasen un hígado con más grasa acumulada (esteatosis) y con cambios importantes en su metabolismo lipídico y glucídico, sobre todo en el primero”, explicó la experta, que añadió que también ha visto otro cambio importante en las células del sistema inmunitario.
En un estado saludable o de homeostasis, las células suelen hacer en determinado proceso en un momento concreto del día; sin embargo, debido al protocolo de jet-lag social, en los órganos de los animales sometidos a cambios en el patrón de luz se ha observado un cambio en la infiltración de células inmunitarias.
“No sabemos si entran y salen de manera desincronizada respecto de los animales control o hay un error en la salida de estas células del órgano (limpieza) provocando un estado pro inflamatorio”.
La inflamación, según explicó la jefa del Grupo Ritmo Circadiano y Cáncer de la Universidad de Murcia, es necesaria, ya que surge de la actividad de las células del sistema inmunitario al eliminar agentes dañinos (virus, bacterias, tejido dañado, etc.). Sin embargo, cuando esa inflamación se coordina como consecuencia de un daño continuo, puede dar lugar a estadios tempranos del cáncer.
“Nuestro sistema circadiano es flexible. Es como un elástico que puedes estirar y luego vuelve a su punto inicial. Sin embargo, si lo estiramos mucho, empieza a ceder y ya no recupera la forma original. Es decir, que obviamente no pasa nada por salir dos fines de semana seguidos, porque nuestro hígado es muy plástico, muy adaptable, se va a recuperar enseguida. El problema es cuando esa cronodisrupción se produce de manera crónica, que es lo que les pasa a los trabajadores a turnos. Las consecuencias que hemos visto en el hígado de los animales del estudio tras dos fines de semana de jet-lag social podrían estar ocurriendo en los hígados de los trabajadores a turnos constantemente”, concluyó la profesional.
*Con información de Europa Press.