Estudio revela que comer chocolate amargo puede ayudar a ser más feliz

Por muchas generaciones, el chocolate ha sido el fiel compañero de los momentos más especiales en la vida de las personas. Algunos lo utilizan como herramienta de conquista, muestras de amor y cariño, o como un pasabocas para quitar un antojo de dulce. Sin embargo, también ha desempeñado un rol de escudero en los momentos tristes, cómo una ruptura, un bajo estado de ánimo o para ahogar las penas.

Según un reciente estudio publicado en Journal of Nutritional Biochemistry, unos pocos cuadrados de chocolate amargo realmente pueden levantar el ánimo de cualquier persona.

Además, los investigadores en Corea descubrieron que los adultos sanos que comían un total de 30 gramos de chocolate negro con un 85 % de cacao al día eran más felices, en comparación con los adultos sanos que comían chocolate con menos cacao. Treinta gramos es aproximadamente un tercio de un rectángulo de 100 g de chocolate negro que se puede encontrar fácilmente en los supermercados.

Los resultados del estudio indicaron que las mejoras en el estado de ánimo estaban relacionadas con cambios microbianos en el intestino por comer chocolate. No obstante, los beneficios se obtuvieron solo al comer chocolate con un alto porcentaje de cacao.

El cacao, que se utiliza en la producción de chocolate, es rico en hierro, fibra y fitoquímicos. Estos últimos son compuestos químicos que se encuentran en las plantas. Además, son muy conocidos por brindarle beneficios al sistema inmunológico y por su ayuda a reducir el riesgo de enfermedades como artritis, demencia, cáncer, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

“Hasta ahora, se ha sabido poco sobre los efectos emocionales de la ingesta diaria de chocolate negro”, afirman los investigadores del Departamento de Alimentos y Nutrición de la Facultad de Ecología Humana de la Universidad Nacional de Seúl. Esto quiere decir que los productos de chocolate con un gran porcentaje de cacao tienden a ser mejores para la salud, porque contienen menos azúcar, grasa y otros aditivos como colorantes y aceite de palma.

Durante muchos años, el chocolate negro ha sido muy reconocido por sus propiedades que alteran el estado de ánimo. Sin embargo, la evidencia sobre los efectos emocionales de la ingesta diaria de chocolate negro es todavía muy limitada. “Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que proporciona evidencia de que el consumo de chocolate amargo en la vida cotidiana influye en los estados fisiológicos y psicológicos”, afirman los investigadores de Seúl.

En el estudio participaron 46 personas que consumieron 30 g por día de chocolate con cacao al 85 %, 30 g por día de chocolate con cacao al 70 % o nada de chocolate todos los días durante tres semanas. Esto pudo evidenciar los estados de ánimo de los participantes, que se midieron utilizando el Programa de Afectos Positivos y Negativos (Panas), una escala psicológica que cuenta con 20 adjetivos exponiendo los estados de ánimo positivos o negativos.

Se pidió a los participantes que calificaran sus sentimientos en una escala de uno a cinco, para cada adjetivo. Además, para poder evaluar la asociación entre los efectos que alteran el estado de ánimo del chocolate amargo y la microbiota intestinal, se analizaron las heces de los participantes.

Por otro lado, el estudio encontró que el consumo de chocolate amargo redujo significativamente los estados de ánimo negativos en el grupo del 85 % de cacao, pero no en el grupo del 70 %. Además, las muestras de heces mostraron que la diversidad microbiana intestinal fue significativamente mayor en el grupo de cacao del 85 % que en el otro grupo.

Así mismo, el grupo del 85 % tenía niveles más altos de Blautia obeum, un tipo de bacteria intestinal que se asoció significativamente con cambios positivos en las puntuaciones del estado de ánimo.

Estudios anteriores habían demostrado que la microbiota de los controles sanos tiene más Blautia en comparación con los pacientes con trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia. La diversidad bacteriana reducida aumenta el riesgo de varias enfermedades, como la ansiedad, la depresión y la enfermedad inflamatoria intestinal.