Salud
Estudio revela todos los beneficios que genera para el cerebro el tener un perro
Estas mascotas generan una serie de reacciones cerebrales favorables, entre ellas, mejorar el estado de ánimo.
Tener mascotas es una tendencia que toma fuerza en el mundo. Sin embargo, muchas personas se abstienen de tomar la decisión de adoptar o comprar, por ejemplo, un perro, por el temor a temas como los malos olores, el adiestramiento y los daños que puedan causar en los espacios en los que habitan, entre otros.
Además, es muy importante saber que más allá de eso compartir la vida con un animal doméstico resulta muy saludable para las personas. Los efectos positivos que aporta el vínculo de un humano con estos seres son numerosos y uno de los órganos que más se beneficia con esta relación es el cerebro.
Así lo confirma un reciente estudio publicado en la revista científica Plos One y titulado “Psychophysiological and emotional effects of human–Dog interactions by activity type: An electroencephalogram study”, con el que los investigadores buscaron descubrir cómo se veía afectado el estado de ánimo por actividades específicas, en lugar de solo la interacción general con un perro, tanto midiendo objetivamente la actividad cerebral como preguntando a los participantes sobre sus emociones subjetivas.
El análisis, que involucró a 30 adultos sanos, se efectuó en una habitación sencilla en donde cada participante tuvo la oportunidad de realizar ocho actividades con un perro durante tres minutos cada una. En la lista se incluyó, jugar, alimentar, masajear, acicalar, fotografiar, abrazar y pasear al animal
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En el proceso, los científicos midieron las ondas cerebrales en los lóbulos prefrontal, frontal, parietal y occipital. La evaluación subjetiva de sus emociones se registró después de cada actividad mediante el Perfil de Estados de Ánimo, el Método Diferencial Semántico y la Escala de Calificación Numérica del Estrés, explican.
“Los espectros de potencia alfa (relativa, relativamente lenta, relativamente rápida) indicaron que el estado de relajación y reposo del cerebro aumentaba significativamente al jugar y pasear a un perro”, precisa la investigación.
Los espectros de potencia beta (relativa, relativamente baja y relativa media) aumentaron significativamente durante las actividades de masaje, aseo y juego del animal, lo que se relaciona con una mejor concentración sin estrés. En particular, jugar con un perro afectó positivamente tanto a la relajación como a la concentración, aseguran.
Por su parte, el análisis del perfil de estados de ánimo mostró que actividades como alimentar, masajear y abrazar al perro disminuyeron la puntuación total del trastorno del estado de ánimo, lo que indicó un efecto positivo en este sentido para los participantes.
Los científicos determinaron que la interacción con un perro puede activar procesos de atención más fuertes y provocar más excitación emocional que si se interactúa con un estímulo no vivo. El estudio efectuado por expertos de la Universidad de Basilea involucró a un grupo de voluntarios a quienes se les pidió que entraran en una habitación y eligieran sentarse junto a un perro que estaba echado en el piso o a un muñeco de peluche.
En un primer contacto, los participantes solo podían mirar al animal o al muñeco y mientras esto sucedía se realizó una medición del flujo sanguíneo en distintas áreas del cerebro con unos sensores infrarrojos. Posteriormente, los voluntarios tuvieron la oportunidad de acariciar y lo que se evidenció es quienes interactuaron con un perro mostraban una importante activación de la corteza prefrontal, que se asocia con la atención, las emociones y la toma de decisiones.
Así las cosas, tener un perro y realizar actividades con él brinda muchos beneficios y por ello es una decisión que debería evaluarse y contemplarse a la hora de pensar en la salud.
Referencia científica: