En los preadolescentes, a mayor tiempo dedicado frente a una pantalla, mayor es el riesgo de sufrir de obesidad. | Foto: istock

Salud

Excesivo uso de pantallas causa obesidad en los preadolescentes

Estudio señalan cómo un mayor tiempo frente a estos dispositivos, pone en riesgo el peso de los más jóvenes.

1 de julio de 2021

De acuerdo con una investigación llevada a cabo en Estados Unidos, y cuyos resultados han sido divulgados en la revista Pediatric Obesity, los niños entre los 9 y 10 años de edad que pasaron más tiempo frente a pantallas, encararon mayores probabilidades de aumentar de peso un año después.

La investigación encontró que cualquier hora extra dedicada a estar frente a una pantalla, sin importar la actividad, es asociado con un mayor índice de masa corporal un año después.

Quienes se excedieron viendo televisión, videos en YouTube, videojuegos, en videollamadas o simplemente intercambiando mensajes de texto en chats, corrieron el riesgo de aumentar su peso, pues al extralimitarse en esas actividades, redujeron de manera significativa la actividad física.

Para nadie es un secreto que cada vez las nuevas generaciones dedican mucho más tiempo a interactuar y desarrollar diferentes actividades usando dispositivos como los televisores, computadores, tabletas y celulares. Sin embargo, los expertos indican que es indispensable limitar el tiempo que se dedica a esto, especialmente en edades tempranas, pues el exceso puede causar sedentarismo en los menores.

Al iniciar el análisis se determinó que el 33,7 por ciento de los niños que fueron sujetos de estudio, estaban en sobrepeso u obesidad. Un año después esta cifra aumentó a 35,5, una proporción que según los investigadores tenderá a aumentar al final de la adolescencia y al principio de adultez.

Para este estudio se analizó el índice de masa corporal (o IMC, que se calcula en función de la altura y peso de cada individuo) de 11.066 pre adolescentes, quienes además respondieron preguntas sobre el tiempo que dedicaron a seis tipos de hábitos distintos frente a pantallas, tales como el uso de redes sociales, chatear y ver televisión.

A pesar de que la investigación se realizó antes de la crisis sanitaria causada por la Covid-19 a nivel mundial, sus autores resaltan cómo los hallazgos son relevantes por cuanto se ha incrementado el uso de las pantallas durante la pandemia.

“Con las clases virtuales, la cancelación de las actividades deportivas y el aislamiento social, los niños han estado expuestos a niveles sin precedentes de tiempo frente a las pantallas”, señaló Jason Nagata, profesor de pediatría en la Universidad de California y autor principal del trabajo.

“El tiempo frente a la pantalla es a menudo sedentario y puede reemplazar el tiempo para la actividad física. Los niños están expuestos a más anuncios de comida y son propensos a comer bocadillos y comer en exceso mientras se distraen frente a las pantallas”, explicó Nagata.

Además como lo expuso Kyle T. Ganson profesor de la Facultad de Trabajo Social Factor Inwentash de la Universidad de Toronto, otro de los autores, “una imagen corporal negativa y comer en exceso pueden ser el resultado de la exposición a las redes sociales y a ideales corporales inalcanzables”.

Por lo anterior, los académicos consideran que se debe investigar más el efecto del uso de las pantallas y el impacto que esto causa no solo en el peso de los jóvenes, sino en su bienestar en general.

Aún así es importante no desestimar el lado positivo que el uso de las pantallas ha supuesto, particularmente en el último año. Pues mal se haría en no reconocer que ha sido gracias a este medio que los niños han podido socializar y continuar su aprendizaje aunque sea de manera virtual.

Por esto los investigadores indican que son los padres quienes deben reconocer las consecuencias que se desatan del uso excesivo de las pantallas en sus hijos. Que pueden ser desde desinterés por otras actividades, reducción del tiempo dedicado al movimiento físico y una mayor ingesta de comida chatarra.

La sugerencia ante estas problemáticas es el diálogo con los menores y la generación de un plan familiar sobre el tiempo que se dedica a usar pantallas. Esto con el fin de establecer horarios y contribuir a una mejor salud en general de todos en el hogar.