VIDA MODERNA
¿Existen evidencias de tecnología extraterrestre en nuestro sistema solar?
El astrofísico Abraham “Avi” Loeb, experto principal de la Universidad de Harvard, señala que ya se tienen evidencias de que existe tecnología extraterrestre en nuestro sistema solar, una afirmación que sus pares ponen en duda.
A pesar de que existen muchas especulaciones sobre la vida en el espacio que los expertos han tratado de resolver mediante el adelanto de varias investigaciones científicas, a la fecha solo se habla de supuestos que señalan, además de teorías sin sustento, algunos avistamientos.
Sin embargo, astrónomos como el astrofísico Abraham “Avi” Loeb, experto principal de la Universidad de Harvard, señala que ya se tienen evidencias de que existe tecnología extraterrestre en nuestro sistema solar, una afirmación que sus pares ponen en duda.
La polémica entre los conocedores de la materia inició en el año 2017 cuando un objeto interestelar no identificado fue detectado mientras cruzaba el sistema solar. De acuerdo con los estudios, por la velocidad a la que se movió tras un encuentro cercano con Júpiter y su dirección de procedencia, se determinó que el cuerpo espacial nunca había estado gravitacionalmente ligado al sistema solar y, por lo tanto, muchos presumen se trató de un objeto interestelar.
Este objeto, que fue denominado Oumuamua por la Unión Astronómica Internacional, entidad encargada de designar los objetos astronómicos, según Abraham “Avi” Loeb no es una roca llegada de otras estrellas o alguna formación natural espacial, sino un objeto de origen artificial, es decir, tecnología extraterrestre.
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Esta teoría se dio luego de que se determinara que Oumuamua no era un cometa o un asteroide, como primero se pensó. Según esto, ocho semanas después de que los astrónomos descubrieran objeto, un grupo de científicos estudió la teoría de que podría ser una gigantesca nave alienígena en forma de cigarrillo.
De acuerdo con los estudios del hecho, Oumuamua mide 402 metros de largo, tiene 79 metros de ancho y viajó a una velocidad de 315.000 kilómetros por hora. De esta manera, no solo su forma resultó sospechosa, sino también que no contiene agua ni hielo y presentó una tonalidad rojiza oscura, probablemente debido a millones de años de radiación de rayos cósmicos.
Además de eso, la velocidad y trayectoria sugieren que estuvo dando vueltas por el sistema solar. La mayoría de los cometas siguen una órbita elíptica alrededor del Sol, pero la de este tenía un ángulo diferente y no alrededor del astro rey. Sin embargo, y a pesar de las suposiciones que los expertos sugirieron, durante el transcurso de estos años el mundo de la ciencia no ha podido llegar a un acuerdo sobre el origen de Oumuamua, motivo por el cual Loeb continúa diciendo que su teoría es una posibilidad.
La confirmación de su postura fue reseñada en su más reciente libro Extraterrestrial: The First Sign of Intelligent Life Beyond Earth (Extraterrestre: el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra), en el que asegura que Oumuamua podría ser una de las primeras evidencias de tecnología extraterrestre en nuestro sistema solar.
Según Loeb, “viajando a una velocidad de 196.000 mph en 2017 –momento en el que se descubrió este cuerpo por primera vez–, Oumuamua se clasificó como un asteroide, y cuando luego aceleró, se descubrió que tenía propiedades más similares a las de los cometas. Pero el objeto interestelar de 0,2 kilómetros de radio tampoco encajaba en esa categoría, y su punto de origen sigue siendo un misterio”.
Según esto, para el experto la clave de su propuesta se basa justamente en esas las anomalías que confunden al resto de los científicos y que, por lo tanto, no han podido ser resueltas o explicadas por la comunidad científica, entre las que están el tipo de desplazamiento, la intensidad de la luz emitida y la posible forma del objeto.
Además de esto, Loeb sustenta su hipótesis señalando que ni los cometas ni los asteroides son capaces de generar la intensidad de brillo que se vio en Oumuamua y que la aceleración de su paso al alejarse del Sol es uno de los más grandes indicios que puede tener dado que a pesar de que algunos cometas también presentan este fenómeno, estos suelen dejar una estela a su paso que muestra su aceleración y desplazamiento. Sin embargo, este objeto interestelar no dejó ninguna señal al respecto.
Pese a estos argumentos, múltiples científicos siguen en contra de las afirmaciones del astrofísico, por lo que Oumuamua sigue siendo un gran misterio del que aún no se tiene suficiente evidencia para determinar su procedencia. No obstante, se espera que con el paso del tiempo –y por las investigaciones– se pueda conocer realmente de qué se trato esta aparición de 2017.