Fibromialgia: ejercicios físicos que ayudan a fortalecer los músculos

La fibromialgia es una afección crónica que se caracteriza por dolor en los músculos y los huesos, de manera generalizada, que además se manifiesta con fatiga y sensibilidad aumentada en diversas áreas del cuerpo. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen.

Aunque no existe una cura definitiva para la fibromialgia, se ha demostrado que el ejercicio físico adecuado puede ayudar a aliviar los síntomas y fortalecer los músculos. La fibromialgia ha sido tradicionalmente difícil de tratar debido a su naturaleza compleja y variada.

Sin embargo, los estudios recientes han revelado que los ejercicios físicos pueden desempeñar un papel crucial en el manejo de esta condición. Estas actividades no solo fortalecen los músculos, sino que también mejoran la movilidad, reducen el dolor y la fatiga, y promueven un mejor estado de ánimo en los pacientes.

“Los síntomas a menudo comienzan después de un evento, como un traumatismo físico, cirugía, infección o estrés psicológico significativo. En otros casos, los síntomas se acumulan progresivamente con el tiempo, sin que exista un evento desencadenante. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar fibromialgia”, explica la Clínica Mayo.

Hay varios ejercicios que han demostrado ser efectivos para fortalecer los músculos y aliviar los síntomas de la fibromialgia:

Los ejercicios aeróbicos, como caminar, nadar o montar en bicicleta, son excelentes opciones para las personas con fibromialgia. Estos ejercicios son de bajo impacto y ayudan a fortalecer el sistema cardiovascular, mejorar la resistencia y aumentar la energía general. Comience con sesiones cortas de 10 a 15 minutos y gradualmente aumente la duración a medida que su condición lo permita.

El entrenamiento de fuerza es esencial para fortalecer los músculos y mejorar la resistencia física. Comience con pesas ligeras o bandas de resistencia y realice ejercicios simples, como levantamiento de pesas o flexiones de brazos. Es importante trabajar con un profesional de la salud o un entrenador personal para asegurarse de que está utilizando la técnica correcta y evitar lesiones.

Los estiramientos suaves y los ejercicios de flexibilidad pueden ayudar a reducir la rigidez muscular y mejorar la movilidad en personas con fibromialgia. Pruebe ejercicios como estiramientos de cuello, hombros, brazos, piernas y espalda. Estos pueden realizarse tanto de pie como sentado, adaptándose a las necesidades y capacidades individuales.

A propósito de disciplinas deportivas, tanto el yoga como el tai chi combinan movimientos suaves con técnicas de respiración y relajación. Estas prácticas han demostrado ser beneficiosas para las personas con fibromialgia, ya que ayudan a reducir el estrés, mejorar la postura, fortalecer los músculos y aumentar la flexibilidad. Busque clases diseñadas específicamente para personas con fibromialgia o trabaje con un instructor experimentado que pueda adaptar las posturas según sus necesidades.

Los ejercicios en el agua ofrecen un alivio suave para las articulaciones doloridas y los músculos tensos. La flotabilidad del agua reduce el impacto en el cuerpo, lo que permite realizar movimientos suaves y sin dolor. La natación, el ‘aqua aeróbic’ y los ejercicios de flotación son opciones populares para las personas con fibromialgia.

Es importante recordar que cada persona es única y puede responder de manera diferente a los ejercicios físicos. Por lo tanto, es fundamental escuchar a su cuerpo y adaptar los ejercicios según sus capacidades individuales. Comience lentamente y aumente gradualmente la intensidad y duración de los ejercicios a medida que se sienta más cómodo.

Recuerde que antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, es esencial consultar con su médico o un profesional de la salud. Ellos podrán brindar orientación personalizada y asegurarse de que los ejercicios sean seguros y adecuados para su condición específica.