Vida Moderna
Fiebre, fatiga y pérdida de peso son índices de este tipo de cáncer
Cuando los síntomas son persistentes lo mejor es consultar con el médico.
La leucemia es el tipo de cáncer de los tejidos que forman la sangre en el organismo, incluso la médula ósea y el sistema linfático, así lo explica el portal especializado en salud Mayo Clinic.
Esta enfermedad involucra a los glóbulos blancos, pero los glóbulos blancos son poderosos al momento de combatir las infecciones, debido a que crecen y se dividen de manera organizada, a medida que el cuerpo los necesita. Pero en las pacientes que sufren de leucemia, la médula ósea produce algunos glóbulos blancos anormales que no van a funcionar correctamente.
Como todos los tipos de cáncer, la leucemia tiene un complejo tratamiento.
Cave mencionar que esta enfermedad aparece cuando algunas células sanguíneas adquieren cambios (mutaciones) en el material genético o ADN, lo que hace que las células sanguíneas continúen creciendo y dividiéndose.
Este proceso hace que las células sanguíneas se descontrolen. Con el tiempo, las células normales se ven desplazadas por las anormales de la médula ósea, lo que genera una disminución de la cantidad de plaquetas, glóbulos blancos y glóbulos rojos sanos.
Según Mayo Clinic, la leucemia se puede clasificar por la velocidad de evolución de la enfermedad en:
- Leucemia aguda. En ella las células sanguíneas anormales son células sanguíneas inmaduras (blastos). “No pueden cumplir sus funciones normales y se multiplican rápido; por lo tanto, la enfermedad empeora con rapidez”, esta afectación pide un tratamiento urgente y muy agresivo para la recuperación del paciente.
- Leucemia crónica. De acuerdo a Mayo Clinic, “existen muchos tipos de leucemias crónicas”, algunas de ellas producen demasiadas células y otras, muy pocas. Esta variedad de la leucemia comprende células sanguíneas más maduras. Esas células sanguíneas afectadas atacan lentamente, por esta razón pueden funcionar con normalidad durante un tiempo.
Expertos indican que la leucemia crónica no presenta síntomas tempranos, por esta razón puede pasar desapercibida.
El riesgo de leucemia aumenta con la edad. “Es más común después de los 60 años”, señalan en Medline Plus, además señalan que el tratamiento para esta enfermedad depende del tipo que tenga de leucemia, la gravedad, la edad, el estado de salud, pero en general esta se trata con:
- Quimioterapia.
- Radioterapia.
- Quimioterapia con trasplante de células madre.
- Terapia dirigida: Utiliza medicamentos u otras sustancias que atacan células cancerosas específicas con menos daño a las células normales.
En Mayo Clinic advierten cuando aparecen estos síntomas, los cuales pueden ser alerta de sufrir de leucemia:
- Fiebre o escalofríos.
- Fatiga persistente, debilidad.
- Infecciones frecuentes o graves.
- Pérdida de peso sin intentarlo.
- Ganglios linfáticos inflamados, agrandamiento del hígado o del bazo.
- Sangrado y formación de hematomas con facilidad.
- Sangrados nasales recurrentes.
- Pequeñas manchas rojas en la piel (petequia).
- Hiperhidrosis, sobre todo por la noche.
- Dolor o sensibilidad en los huesos.
Por otra parte, en el portal Cancerorg describen los síntomas que genera la leucemia linfocítica aguda:
- Sensación de cansancio.
- Debilidad.
- Mareo o aturdimiento.
- Dificultad para respirar.
- Piel pálida.
- Infecciones que no desaparecen o que recurren.
- Moretones (o pequeños puntos rojos o púrpura) en la piel.
- Sangrado, como hemorragias nasales frecuentes o graves, sangrado de encías o sangrado menstrual abundante en las mujeres.
En el sitio web Cuídate plus indican que “no se conoce ninguna forma de prevenir la leucemia”. por otra parte, los especialistas solo aconsejan llevar una vida saludable y sin hábitos tóxicos, que es una recomendación general para evitar cualquier enfermedad oncológica.
Para su diagnóstico existen una serie de pruebas médicas que son comunes a todos los tipos de leucemia, como la analítica que consiste en la realización de un análisis de sangre, también está la “biopsia de la médula ósea o la extracción de líquido cefalorraquídeo, que rodea el cerebro y la médula ósea”, explican en Cuídate plus. La extracción se hace para estudiar la propagación de la enfermedad.