Vida Moderna
Fiebre: métodos naturales para bajar la temperatura corporal sin medicamentos
La fiebre es una reacción natural del organismo, un útil mecanismo de defensa que aumenta la efectividad del sistema inmunológico.
La fiebre es una reacción natural del organismo y es un útil mecanismo de defensa que aumenta la efectividad del sistema inmunológico. Popularmente se habla de fiebre cuando la temperatura corporal supera los 37º, médicamente no se considera así hasta que supera los 38º.
¿Cómo bajar la fiebre en adultos?
Cuando la fiebre se acerca peligrosamente a los 40º C, sobre todo en ancianos (la persona pueden sufrir una alteración del sistema nervioso central).
No es conveniente pasar nunca de los 38º C en caso de personas que sufren diabetes, insuficiencia renal o cardiaca entre otras, porque si no se baja la fiebre alta puede acabar perjudicando a órganos que ya no funcionan del todo bien, por lo que estos trastornos podrían empeorar.
Los primeros pasos a seguir para bajar la fiebre en adultos sin medicamentos son:
Tendencias
- Desabrigar a la persona para que el calor del cuerpo se refrigere.
- Poner paños de agua fresca (no muy fría) en la frente y también en las ingles y las axilas.
- Tomar un baño de agua tibia (no con agua fría ya que el cambio de temperatura es demasiado brusco para el organismo).
- Si la persona supera los 41º C (se habla de hiperpirexia) debe sumergirse poco a poco en agua algo fresca hasta que alcance los 38º C. También debe acudir al médico si la fiebre dura más de 10 días: podría responder a una enfermedad autoinmune, a una infección importante.
Cuando la fiebre causa muchas molestias la persona puede recurrir a ciertos medicamentos (paracetamol, ibuprofeno...) para intentar bajarla un poco. Se debe tomar medicación solo si no deja de subir con el paso de las horas o se acompaña de mucho malestar general.
¿Cómo bajar la fiebre en niños?
Si un niño se acerca o supera los 40º C hay que bajar la fiebre rápidamente porque puede provocar convulsiones en ellos.
A partir de 38º C, también conviene tratar la fiebre si el niño se nota débil y el médico lo aconseja. Y lo mismo hay que hacer si se acompaña de rigidez de cuello o petequias (que son unos puntitos o manchitas rojas en la piel que no desaparecen al presionarla).
Hay que tener en cuenta que si la subida de temperatura afecta a bebés de menos de 3 meses, hay que acudir siempre al pediatra para que evalúe el caso. También conviene consultar con el médico si la fiebre dura 5 días o más, sea cual sea la edad que tenga el niño.
Para bajar la fiebre infantil sin medicamentos, la persona puede seguir los mismos consejos que para los adultos (desabrigarles, aplicar paños de agua fresca o baños de agua tibia), esto geerará alivio en el menor. También es importante ofrecerle agua u otros líquidos (zumos naturales, caldos) a menudo, para reponer el líquido que se pierde con el aumento de la temperatura corporal.
En cuanto a los fármacos, lo habitual es usar también paracetamol o ibuprofeno, ambos de efecto antitérmico. Utilizar el medicamento y la dosis que indique el médico, que varía en función de la edad y el peso del niño.
¿Qué hacer en caso de tener fiebre?
En conclusión, puede afirmarse que, dado su papel defensivo, en la mayoría de los casos la persona no debería hacer nada para bajar la fiebre. Suprimirla “artificialmente” puede crear una falsa sensación de mejoría, pero conviene hacerlo siempre si se acerca o supera los 40º C o en determinados casos cuando alcanza los 38º C, tanto en adultos como en niños.
Al ser un síntoma, la fiebre bajará por si sola cuando se trate el trastorno que la está provocando (con antibióticos, por ejemplo, si el médico determina que responde a una infección bacteriana).
No hay que pensar que si sube mucho y no se logra bajar se debe siempre a una causa grave, pues una enfermedad banal puede dar lugar a fiebre muy alta y al revés; hay trastornos peligrosos que no causan ningún cambio de temperatura.
Y que no produzca una respuesta rápida al tratamiento antitérmico tampoco aporta datos relevantes sobre la gravedad de la patología.