SALUD
Flor de calabaza: así puede consumir para mejorar la visión
Esta flor es fuente importante de vitaminas A, C, B1, B2, B3 y B9, además de minerales.
La flor de calabaza es uno de los ingredientes populares de gastronomías como la mexicana y la italiana gracias a su aporte en sabor y nutrientes, los cuales son aprovechados en ensaladas, sopas y otros tipos de preparaciones.
Información de la Clínica Baviera, de España, indica que la flor de calabaza es una fuente considerable de vitaminas A, C, B1, B2, B3 y B9, contiene múltiples sustancias que actúan como antioxidantes en el organismo, como, por ejemplo, diversos tipos de carotenoides y es especialmente rica en calcio.
También aporta otros minerales como hierro, fósforo, potasio y magnesio. Es un alimento que no contiene grasas saturadas y cerca del 90 % de su contenido es agua.
Uno de los principales beneficios de la flor de calabaza es su aporte a la visión, gracias a que es rica en vitamina A, indica la mencionada institución médica. Este nutriente es esencial para la correcta salud visual, por lo que el consumo diario de alimentos ricos en vitamina A ayudan a retrasar y minimizar los síntomas asociados al envejecimiento ocular.
En este sentido, el consumo de flor de calabaza u otros alimentos ricos en vitamina A, ayudan a prevenir algunos de estos problemas oculares asociados a la edad, como las cataratas, retinopatía diabética y Degeneración Macular Asociada a la Edad (Dmae).
El portal Health Benefits Times explica que esta vitamina puede mejorar la visión, debido a que ayuda a los ojos durante los cambios de luz y los mantiene hidratados, lo cual es clave en la prevención de molestias que se se presentan con el paso de los años.
Otras bondades de esta flor
Otros de los beneficios que ofrece la flor de calabaza es que ayuda en la formación de glóbulos blancos, lo que refuerza el sistema inmunológico y, por lo tanto, la respuesta efectiva del organismo contra el ataque de agentes infecciosos.
Al ser rica en fósforo y calcio, por lo que es recomendable para niños y adolescentes, dado que se encuentran en pleno proceso de crecimiento.
De igual forma, gracias a la presencia de antioxidantes como la vitamina C, contribuye a proteger el organismo y a retrasar el envejecimiento prematuro, aumenta la formación de enzimas reparadoras y anticancerígenas y al igual que otras verduras, la fibra que contiene ayuda a proteger el colon y a reducir el hambre al generar sensación de saciedad.
El portal Mejor con Salud indica que el consumo de estas flores también podrían ayudar en el control de los niveles altos de colesterol. “Al parecer, su abundante aporte de antioxidantes contribuye a la eliminación del colesterol malo (LDL) presente en las arterias”, precisa.
Sobre esto, un estudio publicado en la revista Diseases informó que los flavonoides, sustancias presentes en esta flor, tienen actividad hipocolesterolémica que ayuda a la prevención de la aterosclerosis.
De otra parte, sus propiedades desintoxican el organismo, mejoran la digestión y combaten la retención de líquidos, por lo que al comerla ayuda a eliminar toxinas y a desinflamar el abdomen, asegura un artículo publicado en la revista Glamour, de México.
En la medicina natural, la flor de calabaza se considera coadyuvante para proteger la salud ósea. Esto se explica por su ligero aporte de fósforo y calcio. Ambos minerales se asocian con una mejor densidad ósea y un menor riesgo de trastornos como la osteoporosis.
Sin embargo, el consumo solo de este producto no es suficiente para obtener las cantidades recomendadas. Por lo tanto, debe incluirse en una dieta saludable y variada, con el fin de lograr el fortalecimiento de los huesos.
¿Cómo se consume?
Si bien esta flor puede añadirse a varias preparaciones gastronómicas, una de las formas más fáciles de consumirla es en té. Esta bebida puede disfrutarse durante las meriendas, antes de ir a la cama o en un momento de ansiedad.
Para prepararla se requiere de un litro de agua, cuatro flores de calabaza y miel al gusto. Se lava bien la flor, luego se pone a hervir el agua y, una vez llegue a ebullición, se agregan las flores. Se baja el fuego al mínimo y se deja cocinar por cinco minutos más. Se apaga el fuego y se deja reposar otros 10 minutos y posteriormente se cuela. Por último se agrega un poco de miel y se bebe.