Vida Moderna
Ganglios inflamados del cuello: así podrá aliviarlos con remedios caseros
En el cuello, la axila, el tórax, el abdomen y la ingle hay ganglios linfáticos.
Los ganglios linfáticos inflamados generalmente ocurren como resultado de una infección por bacterias o virus, ya que en raras ocasiones, los ganglios linfáticos inflamados son causados por el cáncer, de acuerdo con Mayo Clinic.
Los ganglios linfáticos, también llamados glándulas linfáticas, juegan un papel vital en la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones. Además, funcionan como filtros, puesto que atrapan virus, bacterias y otras causas de enfermedades antes de que puedan infectar otras partes del cuerpo. Las áreas comunes en las que una persona podría notar inflamación de los ganglios linfáticos incluyen el cuello, debajo de la barbilla, en las axilas y en la ingle.
El sistema linfático es una red de órganos, vasos y ganglios linfáticos situados en todo el cuerpo. Muchos ganglios linfáticos están localizados en la región de la cabeza y el cuello. Los ganglios linfáticos que se hinchan con frecuencia están en esta área, así como en las axilas y en el área de la ingle.
Los ganglios linfáticos inflamados son un signo de que algo está mal en algún lugar del cuerpo. Cuando los ganglios linfáticos se hinchen por primera vez, es posible que la persona note lo siguiente:
Tendencias
- Sensibilidad y dolor en los ganglios linfáticos.
- Hinchazón que puede ser del tamaño de un guisante o un frijol, o incluso mayor en los ganglios linfáticos.
Dependiendo de la causa de inflamación de los ganglios linfáticos, se pueden presentar otros signos y síntomas:
- Secreción nasal, dolor de garganta, fiebre y otras indicaciones de una infección de las vías respiratorias superiores.
- Hinchazón general de los ganglios linfáticos en todo el cuerpo. Cuando esto ocurre, puede indicar una infección, como el VIH o la mononucleosis, o un trastorno del sistema inmunitario, como el lupus o la artritis reumatoide.
- Ganglios duros, fijos y de crecimiento rápido, lo que indica un posible cáncer o linfoma.
- Fiebre.
- Sudores nocturnos.
Además, según la entidad sin ánimo de lucro, en algunos casos, el paso del tiempo y las compresas calientes pueden ser todo lo que una persona necesita para tratar los ganglios linfáticos inflamados.
Sin embargo, el diario español ‘Mundo Deportivo’, en su sección de salud, reveló que existen varios remedios caseros que pueden ayudar con esta molestia, como, por ejemplo, consumir espirulina, ya que es rica en antioxidantes, vitamina B, Omega-3 y otros nutrientes. Además, es antioxidante y antinflamatoria y eso es ideal para reducir la inflamación de los ganglios.
Otro remedio casero es la miel, pues este alimento tiene nutrientes como el calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, zinc, fósforo y potasio, además de aminoácidos, ácidos orgánicos, vitaminas B, C, D y E, y antioxidantes que ayudan a la inflamación.
Asimismo, el diario recomendó consumir ajo por su actividad antiinflamatoria y antibacteriana, lo cual es beneficioso para bajar la inflamación y reducir el dolor de los ganglios inflamados. Lo ideal es consumir entre uno y tres dientes de ajo al día. No obstante, si por el sabor fuerte es imposible consumirlos naturalmente, se pueden tomar en comprimidos que se venden en tiendas naturistas.
Sobre la misma línea, señaló que la caléndula es otro remedio bueno para aliviar los ganglios inflamados, ya que esta flor es antiinflamatoria y antiviral. Además, al ser una planta que contiene características que reducen la inflamación, es ampliamente aprovechada para aliviar hematomas, hinchazones, golpes y aliviar el dolor en general. Hervir unas cuantas flores de caléndula en agua, remojar unas compresas y ponerlas sobre el lugar de la molestia ayuda a la recuperación.
No obstante, si los remedios naturales no ayudan, Mayo Clinic señaló en su portal web que la persona podría tomar un analgésico de venta libre como aspirina, ibuprofeno, advil, entre otros.
Asimismo, explicó que también es ideal descansar mucho, pues el descanso siempre ayuda con la recuperación de una enfermedad no diagnosticada.
De todos modos, antes de consumir algún medicamento o iniciar un tratamiento lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones puede que no sean las indicados para todas las personas.